lunes. 07.10.2024
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La Organización Internacional del Trabajo organiza una Cumbre mundial sobre la COVID-19 y el mundo del trabajo que supone la mayor reunión en línea que ha tenido lugar hasta ahora sobre el trabajo, con participación de representantes de trabajadores, empleadores y gobiernos para debatir las repercusiones económicas y sociales de la pandemia y cómo abordar la reconstrucción y recuperación para garantizar empleos de calidad que no dejen a nadie atrás.

El miércoles 1 de julio de 14.00 a 17.30 ha tenido lugar la reunión regional de Europa y Asia evento que se ha centrado en dos de las cuatro prioridades que estructuran la respuesta de OIT ante la COVID-19: apoyar a las empresas, los empleos y los ingresos; y proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo. Las otras dos son:  estimular la economía y el empleo, y recurrir al diálogo social para encontrar soluciones.

El evento ha sido moderado por el Director Regional de la OIT para Europa y Asia Central, Heinz Koller, junto con Conny Czymoch, periodista y presentadora de televisión, y ha contado en la sesión de apertura con la intervención, entras otras, de Hubertus Heil, Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales de Alemania -que acaba de asumir a 1 de julio la Presidencia del Consejo de la UE- quien ha señalado que la prioridad de los próximos meses es que Europa salga reforzada de esta crisis. Tres son los aspectos centrales señalados: la adaptación tecnológica, la protección social y las cadenas globales de suministro. Asimismo, ha destacado la necesidad de robustecer la salud y seguridad en el trabajo que se ha evidenciado como una dimensión clave del mundo del trabajo en esta pandemia.

Nicolas Schmit, Comisario de Empleo y Derechos Sociales de Comisión Europa, ha manifestado que la UE ha adoptado más de 400 medidas en los últimos tres meses para garantizar una protección adecuada de los trabajadores y el funcionamiento del mercado único, señalando más en detalle algunas de ellas como el ‘Fondo de Recuperación y Resiliencia’. Asimismo, ha indicado que la solidaridad es una dimensión clave para el proceso de recuperación y reconstrucción que sigue.

Luca Visentini, Secretario General de la Confederación Europea de Sindicatos, ha indicado que en unos meses se han destruido tres veces más de empleos que los que se destruyeron en cinco años en la crisis de 2008. Ha señalado que uno de los desafíos más inminentes es la necesidad de fortalecer y prolongar las medidas de emergencia con respecto al apoyo al empleo y los ingresos que se han adoptado en la mayoría de las economías europeas y asegurar que aquellos colectivos que no han tenido ningún tipo de apoyo lo reciban. Otra prioridad es asegurar que estas ayudas sean adecuadas, y en tercer lugar es preciso empezar a diseñar un futuro más resiliente, que no suponga caer en las medidas de austeridad de la anterior crisis, ni tampoco volver a la antigua normalidad. Asimismo, ha manifestado que un debate decisivo será definir qué entendemos por garantía laboral universal, abordado durante las discusiones en el marco de la Declaración del Centenario de la OIT.

Renate Hornung-Draus, Vicepresidenta para Europa y Asia Central de la Organización Internacional de Empleadores, ha señalado que los impactos de esta crisis son más graves y profundos que la de 2008. Ha manifestado que los actores privados son imprescindibles y deben poder confiar en las políticas sólidas del Gobierno, para ello el diálogo y la cooperación resultan imprescindibles. Asimismo ha indicado que muchas de las medidas adoptadas hasta ahora han sido claves para asegurar la asegurar la continuidad de las empresas -reducción de la jornada laboral, prestamos para PYMES, liquidez…-  todo ello medidas a corto plazo, pero alerta que ahora toca prepararse para asegurar una recuperación duradera.

La primera mesa se ha centrado en el eje ‘apoyar a las empresas, los empleos y los ingresos’, abordando aspectos como las medidas de protección social de los distintos colectivos de trabajadores y sociales, los mecanismos adoptadas para el mantenimiento del empleo y las empresas, con referencia a colectivos especialmente vulnerables en la economía informal o sector de las plataformas tecnológicas.

El panel ha contado con intervenciones, entre otras, de la Ministra de Trabajo, Solidaridad y Seguridad Social de Portugal, Ana Mendes Godinho, quien ha señalado que la reconstrucción debe centrarse en el ámbito tecnológico, ambiental y social; asimismo se ha referido a la necesidad de avanzar en nuevas medidas en protección social ante los nuevos desafíos. Por ello, ha manifestado decidieron incluir a los trabajadores informales en el sistema de seguridad social y acceso a las prestaciones relacionadas para asegurar mayor cohesión y con el compromiso de que luego se mantenga 30 meses de alta en el mismo. Boris Zürcher, jefe de la Dirección de Trabajo (SECO) de Suiza ha señalado que las tres prioridades definidas ante la pandemia con relación al mercado de trabajo ha sido el mantenimiento de empleo, salvaguardar los salarios y salvar las empresas. La mesa ha contado con la participación de representantes de gobierno, sindicatos y empleadores de diferentes países: Armenia, Serbia, Lituania, Suecia.

La segunda mesa sobre ‘la protección a los trabajadores en el lugar de trabajo’ se ha centrado en analizar las medidas sobre salud y seguridad laboral adoptadas para hacer frente a la pandemia, analizando las medidas de confinamiento adoptadas, promoviendo el teletrabajo, dando cobertura a las y los trabajadores de los servicios esenciales, trabajando sobre los criterios y medidas de vuelta al trabajo, y poniendo también de manifiesto los desafíos que la pandemia ha planteado en términos generales y para colectivos específicos -trabajadores en el sector cuidados y de la economía informal-. El panel ha contado con intervenciones del Ministro de Empleo y Relaciones Laborales de Uzbekistán, Nozim Khusanov, de la Ministra de Empleo de Suecia, Eva Nordmark, de la Secretaria General de los Sindicatos Independientes de Croacia (NHS), Marija Hanzevacki y el Primer Consejero de la Federación de Empresas de Bélgica (FEB), Kris de Meester. Así, como la intervención de Cristina Faciaben, Secretaria Confederal de Internacional y Cooperación de CCOO, quien ha señalado que para los sindicatos españoles la prioridad ha sido la salud, y en segundo lugar minimizar el impacto en el empleo y los efectos sociales. ‘Estamos muy orgullosos del diálogo social’ ha afirmado, y en la ‘actitud proactiva que hemos mantenido junto con los empleadores para definir las medidas para dar respuesta de los impactos de la pandemia’. Asimismo, ha manifestado la importancia de la puesta en marcha del ingreso mínimo vital, que venían reivindicando los sindicatos y del subsidio extraordinario para los y las trabajadoras domésticas, y ha apelado a la urgencia de que España y resto de Estados ratifiquen el Convenio 189 para equiparar plenamente los derechos incluida la salud y seguridad en el trabajo. 

En la mesa de conclusiones, ha intervenido la Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, quien ha manifestado ‘Me gustaría comenzar por los aprendizajes comunes, por la necesidad de tomar nota de los errores, y abordar esta crisis de una forma mejor y más eficaz que la anterior. Las viejas fórmulas, ya aplicadas, no nos sirven. No nos sirve la austeridad ni el “sálvese quien pueda”. Estos meses nos han valido para comprender el valor de lo esencial, la salud y los trabajos que nos han permitido salvar vidas. Hemos comprendido la necesidad de poner la vida en el centro, la conciliación y los cuidados, de forma que los ciclos del trabajo y los de las personas se acompasen armónicamente. La Declaración del centenario lo sintetiza cuando dice desarrollar su enfoque del mundo del trabajo centrado en las personas’ Y ha añadido: mi propuesta se resume en una frase. El trabajo decente debe estar en el corazón de la reconstrucción. El trabajo decente es una feliz expresión que resume nuestras aspiraciones como OIT: empleo estable y de calidad, seguro y saludable, con derechos y sin desigualdades, con salarios dignos que permitan sacar adelante una familia. Reconstrucción significa construir de nuevo. Es recuperar lo esencial, lo valioso para la vida y para el trabajo. Volver a la normalidad no puede significar volver a la precariedad. Necesitamos seguridad en el ámbito laboral, en la salud, en los contratos, en la evolución profesional, seguridad para la vida. Necesitamos certezas en momento de crisis.

‘El trabajo decente debe estar en el corazón de la reconstrucción’