jueves. 18.04.2024
NO PASARÁN
 

Aún resuenan en Bogotá los ecos del polémico I Encuentro Regional del Foro de Madrid que la formación de Santiago Abascal celebró el pasado viernes, y que tuvo como consigna la supuesta amenaza para la Democracia y el Estado de Derecho que representa el posible triunfo y regreso al poder de la izquierda en América Latina.

Los lazos que Vox teje en la América Latina rebautizada por los de Abascal como “Iberosfera”, crecen a fuerza de mítines y debates que giran en torno a la misma y trillada consigna. El texto de la Fundación Disenso, presidida por Abascal y abalada por un documento que lleva la firma de más de diez mil representantes de la ultraderecha, pretende alertar respecto de los “regímenes totalitarios que actúan bajo el paraguas de Cuba e iniciativas como el Foro de Sao Pablo y el Grupo Puebla”, lo que para Vox y sus seguidores no es sino una alianza comunista contra la que está dispuesta a batallar.

Al igual que en Argentina y en Brasil, el mitin de Vox en Colombia no estuvo exento de voces opositoras que hicieron oír su repudio a la demostración de fuerza que significó la reunión de la ultraderecha local con la española. Entre gritos de "no pasarán" y "Bogotá será la tumba del fascismo", un grupo de sesenta manifestantes se concentró a las puertas del Hotel Radisson, resguardado por policías. "Vox representa la punta de lanza del neofascismo internacional", sostuvieron mediante un comunicado desde la Coordinadora Antifascista en rechazo al partido español VOX y sus "prácticas xenófobas, machistas y clasistas".

La elección de Bogotá como sede de este encuentro no es casual. Colombia está inmersa en una precampaña electoral y el izquierdista Gustavo Petro lidera hasta el momento todas las encuestas. Del foro de la ultraderecha participaron Francisco Tudela, ex vicepresidente de Perú durante el régimen de Alberto Fujimori; Ernesto Araújo, ex ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Jair Bolsonaro, y el diputado ultraliberal de Argentina,Javier Milei, entre otras figuras de la extrema derecha. "O apuestan por un modelo que defiende la propiedad privada y la libertad, o se retrocede hacia el comunismo", fue la advertencia que Vox hizo al pueblo colombiano, a sabiendas de la posibilidad del triunfo de Petro.

La internacionalización del partido de ultraderecha español se viene gestando desde 2018, año en el que Javier Ortega Smith brindó en Buenos Aires un seminario junto a la abogada argentina Victoria Villaruel, líder de una organización negacionista de los crímenes de la dictadura militar que asoló al país entre los años 1976 y 1983. Los intentos de Vox por trascender las fronteras españolas mediante mítines, conferencias, cumbres y seminarios, se han intensificado en la agenda del partido. La esperanza de la ultraderecha está puesta en los foros en los que nacen las nuevas alianzas de un neofascismo cada vez más internacionalista.

En Bogotá Vox volvió a la retórica encendida de la Guerra Fría:  "¡Gran primera jornada del I Encuentro Regional de Foro Madrid! Ahí donde la Libertad, la Democracia y el Estado de Derecho estén bajo amenaza, ahí estaremos unidos para defenderlos". Con esta aseveración triunfal, Vox pasó por Colombia, arengando a sus cachorros a pelear contra el comunismo que, como si se tratara de un fantasma, solo pueden ver en el horizonte los partidarios del odio. “Un eventual triunfo de la izquierda representaría un retroceso en los valores que defendemos”, sostienen los voceros de la “iberoesfera” de Abascal, sin precisar cuáles son esos valores a los que refieren; quizás porque a estas alturas -y dada la notoriedad que Vox se ha granjeado desde su fundación- profundizar en ellos es un ejercicio vano que solo conduce a reforzar la idea de que el fascismo está vivo y vigente; aggiornado a los nuevos tiempos, pero sin perder su esencia. Y es Vox su representante más digno.     

Lo que Vox sembró en Colombia