jueves. 28.03.2024
Foto: Público.es

El odio racista, xenófobo y anti-indígena no es un fenómeno necesariamente nuevo en Argentina. Desde hace varios años existe una campaña de estigmatización y criminalización del pueblo mapuche, alentada por el conservadurismo político y los medios de comunicación del poder económico concentrado. Con el objetivo de deslegitimar el justo reclamo de tierras que ancestralmente les pertenecen, desde las esferas del poder se los asocia con el terrorismo y la delincuencia, se les niega su identidad y su preexistencia en suelo argentino. 

Fue durante el gobierno de Mauricio Macri cuando el ensañamiento contra el pueblo mapuche sobrepasó los límites de lo racional mediante la construcción del “enemigo interno”; un dislate que sirvió para promover la materialización de violentos desalojos y ataques armados de las fuerzas del estado. 

El pueblo mapuche es testigo de cómo los intereses de empresas agropecuarias, mineras, petroleras o de turismo prevalecen por sobre sus derechos

Amnistía Internacional reveló más de trescientos casos en todo el país, en donde las comunidades demandan el cumplimiento de sus derechos. “Son múltiples los actores a los que debe enfrentarse uno de los colectivos más relegados de Argentina. Por un lado ejercen sus reclamos ante gobiernos que sistemáticamente han negado su herencia, y por otro, son testigos de la impunidad con la que las grandes multinacionales avanzan sobre sus territorios con la anuencia del Estado”, señalan desde esa entidad. 

El pueblo mapuche es testigo de cómo los intereses de empresas agropecuarias, mineras, petroleras o de turismo prevalecen por sobre sus derechos. En la mayoría de estos casos, jueces y fiscales del Poder Judicial han sido cómplices, desoyendo las normativas vigentes. 

Mapuche significa gente de la tierra. Los mapuches, como todos los pueblos indígenas del continente, construyen su identidad a partir del vínculo con el territorio

Las comunidades indígenas reclaman el efectivo acceso a sus territorios de ocupación tradicional como también políticas de reparación ante el despojo sufrido a través de diferentes momentos de la historia argentina, tal como se encuentra reconocido en el Art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional y en diversos instrumentos internacionales de derechos humanos.

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En Argentina, las comunidades indígenas no cuentan con el reconocimiento legal de sus tierras acorde a sus formas de uso y ocupación tradicional. En este contexto de ausencia de políticas de Estado que garanticen de manera efectiva sus derechos, surgen los diferentes conflictos y reclamos.

Tal como señala la analista Paola García Rey, “en lengua mapuzungun Mapuche significa gente de la tierra. Los mapuches, como todos los pueblos indígenas del continente, construyen su identidad a partir del vínculo con el territorio. Esta relación no es meramente una cuestión de posesión y producción, sino un elemento material y espiritual, para preservar su vida y su legado cultural, y transmitirlo a las generaciones futuras. Es parte constitutiva de su ser, de su historia, y de esa esencia dependen sus hijos, nietos y su futuro como pueblo”. 

Gente de la tierra