viernes. 19.04.2024

@jgonzalezok@gab2301 | Los chilenos recordaron este 11 de septiembre el 49º aniversario del golpe militar con un país todavía desorientado, una semana después del rechazo en referéndum del proyecto de Constitución, una carta que pretendía acabar con los últimos resquicios del pinochetismo. El presidente Gabriel Boric encabezó una ceremonia en el Palacio de la Moneda con los miembros de su gabinete e invitados, cerrando una semana especialmente intensa. El fracaso del referéndum le obligó a encarar un cambio de gabinete, mientras en las calles volvieron con especial intensidad nuevas protestas estudiantiles.

El presidente inició la jornada temprano, visitando el Cementerio General, junto con los familiares del ex presidente Salvador Allende. Era una mañana fría y lluviosa, igual que lo fue en 1973. Después, en el acto del Palacio de la Moneda, recordó lo sucedido hace 49 años: “El presidente Salvador Allende y sus colaboradores y colaboradoras nos dieron una lección histórica de lealtad, de consecuencia, por sobre todo de dignidad (...) Creo que hoy lo recordamos como él quisiera, pero no lo recordamos solo a él, porque las gestas históricas no se tratan de una persona sino de un pueblo”. 

Haciendo referencia a uno de los más dolorosos legados que dejó la dictadura, se comprometió a seguir buscando incansablemente a los 1.192 detenidos-desaparecidos durante el régimen militar, “que todavía no sabemos dónde están, no es aceptable, no lo podemos naturalizar”. Reiterando una promesa reciente, anunció la puesta en marcha del Plan Nacional de Búsqueda para tratar de encontrarlos.

“Queremos conmemorar el 11 de septiembre reflexionando sobre el pasado, pero también mirando al futuro. La memoria también es futura y eso es lo que queremos transmitir”

En los balcones del Palacio de la Moneda se colocaron ramos de claveles rojos y antes de que hablara el presidente se escuchó música de Víctor Jara, asesinado en los primeros días de la dictadura en el Estadio Nacional, después de haberle destrozado las manos. 

De su discurso no podía faltar la reflexión sobre lo sucedido una semana atrás, con el triunfo del rechazo a la nueva Constitución: “A quienes vienen a convidar a arrepentirnos de las convicciones que tenemos, les decimos que nosotros no renunciamos, vamos a defender el mandato por el cual llegamos acá, de transformación, diálogo y de generar condiciones de vida digna para nuestro pueblo”. En este sentido remató: “Ese camino de cambios pasa también por hacerse cargo de tener una nueva Constitución escrita en democracia. No cometan el error de creer que el que se haya rechazado el texto propuesto por la Convención, significa un rechazo a los cambios y transformaciones de Chile, eso no es así”. 

Aunque acaban de empezar las negociaciones para encontrar el camino para redactar una nueva Constitución, es decisión del gobierno de que ésta sea una realidad antes de un año, para el país llegue al 50º aniversario del golpe con una nueva Carta Magna. En una encuesta hecha pública en las últimas horas por Encuesta Pública Cadem, el 67 % de los consultados se mostraron de acuerdo con que Chile tenga una nueva Constitución. Una cifra importante, aunque es menor que en estudios anteriores. 

Fue el primer 11 de septiembre del presidente Gabriel Boric, que asumió hace poco más de seis meses. El joven presidente, de 36 años, no había nacido aun cuando se produjo el sangriento golpe de Pinochet y tenía solo cuatro años cuando el país recuperó la democracia.

Además de la ceremonia oficial, se celebró la ya tradicional romería hasta el Cementerio General, donde se encuentra el Memorial de los Detenidos y Desaparecidos, en la que participaron unas 5.000 personas. La marcha, pacífica y autorizada, la encabezaron grupos de Derechos Humanos y de los Partidos Socialista y Comunista. Pero grupos de encapuchados provocaron incidentes, lanzando cócteles molotov contra los carabineros y saqueando algunos locales comerciales. Algunos de los encapuchados llevaban banderas anarquistas. 

Frente a estos incidentes, el presidente Boric señaló que la democracia se construye con diálogo, “respetando a quien piensa distinto y nunca con violencia”, añadiendo que “si queremos salir adelante y volver a encontrarnos, que no me cabe duda es la voluntad de la gran mayoría de los chilenos, tiene que ser en paz y sin violencia”.

A pesar de los incidentes, el espíritu que quiso darle el gobierno chileno a esta fecha fue el que expresó Camila Vallejo, la portavoz presidencial: “Queremos conmemorar el 11 de septiembre reflexionando sobre el pasado, pero también mirando al futuro. La memoria también es futura y eso es lo que queremos transmitir”. 

El golpe del 73 

El golpe del 11 de septiembre de 1973 conmovió al mundo por la brutalidad. No solo se bombardeó el Palacio de la Moneda, con Allende dentro, y su residencia en la calle Tomás Moro. Fue la brutal represión que comenzó en ese mismo instante la que provocó el repudio internacional y la condena en todo tipo de foros. La dictadura duró 17 años, con un balance en términos de represión impactante: hubo 40.175 víctimas, incluyendo ejecutados, detenidos-desaparecidos y víctimas de prisión política y tortura. 

Desde las primeras horas del golpe, los militares decretaron el Estado de Sitio y el toque de queda. Se facultó a comandantes y jefes de zona a dictar medidas y sanciones a través de bandos militares, a realizar consejos de guerra y aplicar la ley de fuga para justificar las ejecuciones. El Estadio Nacional se convirtió en un gran campo de concentración, centro de interrogación y tortura, que llegó a albergar 12.000 personas. También se declara la inhabilitación de todas las organizaciones de trabajadores, campesinos, estudiantes y hasta deportivas. Además, se decretó la nulidad de todos los registros electorales, mostrando que la democracia representativa estaba cancelada. 

Se impuso una férrea censura en los medios, en la universidad y en los libros. El 28 de noviembre de 1986, en Valparaíso, se procedió a la incineración de 14.846 ejemplares del libro “La Aventura de Miguel Littín clandestino en Chile”, de Gabriel García Márquez, y de “Proceso a la izquierda”, del venezolano Teodoro Petkoff. Los cantantes populares fueron represaliados -Víctor Jara fue asesinado-, otros se salvaron por estar fuera del país, y se prohibió el ingreso a Chile de Joan Manuel Serrat. 

El gobierno de Pinochet permitió que Chile se convirtiera en el principal campo de ensayo del neoliberalismo en el mundo, a través del grupo de economistas conocidos como los Chicago Boys. La estructura económica y social de Chile se transformó radicalmente y la Constitución impuesta en 1980 acabó fijando este modelo. 

Primer 11 de septiembre del presidente Boric, bajo el impacto referéndum