viernes. 19.04.2024

El domingo 30 de junio se celebraron elecciones primarias en Uruguay, un trámite obligatorio para los partidos que quieran postular candidatos para los comicios presidenciales del 27 de octubre. Los 2.678.031 de uruguayos habilitados para votar tenían la posibilidad de escoger a los candidatos/as a representantes de los órganos deliberativos nacionales (ODN) y departamentales (ODD) de cada organización política.

Entre los ganadores, debemos situar en primer lugar a Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (PN), quien se impuso con el 53,8% de los votos recogidos por su partido. Lo propio hicieron Daniel Martínez, por el Frente Amplio (FA), con el 42%, y Ernesto Talvi, por el Partido Colorado (PC) con el 53,7%, probablemente la mayor sorpresa de la jornada, puesto que ni el más optimista de sus seguidores le auguraba un resultado tan favorable en su disputa con el expresidente Julio María Sanguinetti.

La interna que más votos recogió fue la del PN, que obtuvo el 41,6% del total de votos -448.132-, una definición que en la previa parecía más cerrada pero dónde finalmente Lacalle Pou se impuso con mucha holgura. Las primarias del Frente Amplio, en cambio, daban a priori la impresión de tener definido al ganador, y con 255.072 votos acabaron recibiendo menor participación a la esperada (el 23,7% del total, 10 puntos por debajo de lo cosechado en 2014). Por último, el Partido Colorado, a pesar de presentarse como la interna más competitiva y con encuestas que, alternadamente, daban como posibles triunfadores a Talvi y Sanguinetti, obtuvo 16,8% de los votos (181.384, el mismo porcentaje que en 2014), dando la victoria al primero.

Participantes y participación

Estas han sido, desde que se instauraron a partir de la reforma constitucional de 1997, las elecciones internas con más precandidatos y partidos políticos en la historia del país. Para las mismas, la Corte Electoral (CE) aprobó a 15 partidos políticos y 28 precandidatos, si bien solamente cuatro de estos partidos -FA, PN, PC y El Partido de la gente- tuvieron efectivamente una disputa interna con un mínimo de 2 precandidatos. Las 11 agrupaciones restantes y que presentaron una única candidatura tenían como objetivo alcanzar al menos los 500 votos para poder participar de los comicios en octubre, quedando 4 de ellas excluidas por no haber alcanzado el umbral: Partido de la Concertación[i], Orden Republicano, Abriendo Caminos y Partido Democrático Unido.

La participación, teniendo en cuenta que las internas no son obligatorias –para los ciudadanos en general, pero sí lo son para los partidos políticos- ni es necesario tener afiliación a uno para votar, ha estado dentro de lo esperable, e incluso unos 3 puntos por encima de 2014. Los votos se concentraron fuertemente en los 3 principales partidos, a los que se sumó, esta vez, la novedad de Cabildo Abierto, con el excomandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos. Si bien este partido no alcanzó el 7% que le auguraban algunas encuestas, sí obtuvo casi 50.000 votos, un porcentaje nada despreciable (4,4%) y que lo convierte en un actor a tener en el radar a futuro.

En la interna del Frente Amplio no hubo sorpresas y fue, de hecho, la que mejor calibraron las encuestadoras, imponiéndose Daniel Martínez tal como avizoraban todos los sondeos. El futuro candidato oficialista, quien había recibido el apoyo de la mayor parte de los sectores que integran el Frente Amplio, cuenta con una amplia experiencia: ingeniero industrial de profesión, se desempeñó como presidente de la petrolera estatal ANCAP (2005-2008), ministro de Industria, Energía y Minería (2008-2009), senador de la República (2010-2015) e intendente de Montevideo (2015-2019).

Tras un apretadísimo escrutinio, finalmente en segundo lugar quedó Carolina Cosse, la única mujer que se presentó de entre los 28 precandidatos –presidenta de Antel entre 2010 y 2015, ministra de Industria, Energía y Minería entre 2015 y 2019-. De esta forma, el Frente Amplio transitará con estas figuras el complejo proceso de recambio generacional de sus máximos dirigentes, tras el prolongado predominio de Tabaré Vázquez, José Mujica y Danilo Astori, quienes dominaron la escena hasta el momento y ahora ceden la posta.

Por el Partido Nacional, si bien no se alteraron las posiciones respecto a lo que se preveía, la victoria fue más cómoda de lo imaginable. Imponiéndose por más de 30 puntos, Luis Lacalle Pou será, al igual que en 2014, quien buscará la Presidencia por los blancos. Hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle y bisnieto de Luis Alberto de Herrera –uno de los máximos exponentes del PN en el siglo XX-, el abogado cuenta con la experiencia de haber sido diputado de la República por Canelones (2000-2015) y desempeñarse actualmente como senador desde 2015 –además de la mencionada candidatura presidencial de 2014, en la cual perdió con Tabaré Vázquez en el balotaje-.

En segundo lugar quedó Juan Sartori, un multimillonario que se presentaba como un absoluto desconocido hace tan sólo seis meses. Carente de trayectoria política, ganó notoriedad gracias a una inmensa inversión publicitaria, creciendo rápidamente en las encuestas; si bien ratificó su segundo puesto el domingo, lo hizo por un porcentaje bastante menor al que esperaba. Quizás aprovechando este momento de vulnerabilidad de Sartori y fortaleza propia, cerca de la medianoche Lacalle Pou aprovechó para anunciar desde su sede de campaña a Beatriz Argimón como su compañera de fórmula, prescindiendo así de Sartori y Larrañaga.

La interna del Partido Colorado ha sido, en la previa, la más disputada, decantando las últimas mediciones de todas las firmas –a excepción de Factum- por Talvi, tal y como finalmente ocurrió. Sin embargo, al igual que pasó con los blancos, nadie avizoró este triunfo tan holgado. De este modo, Ernesto Talvi, economista que se desempeñó desde 1997 hasta 2018 como director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), será el candidato colorado, habiendo derrotado nada menos que al dos veces presidente, Julio María Sanguinetti.

¿Qué nos dejan estas internas?

Como primera consideración, hay que destacar que si bien el Partido Nacional se ha impuesto nuevamente este domingo –fue la fuerza más votada en las últimas 3 internas-, no es este necesariamente un indicador de una tendencia de cara a la primera vuelta. De hecho, tanto en 2009 como en 2014, el PN se erigió como el partido más votado en las internas pero, posteriormente, no pudo ratificar en octubre, sucumbiendo ante el Frente Amplio tanto en las primeras vueltas como en los balotajes.

Sin embargo, el oficialismo ha recibido un llamado de atención en las urnas. El FA obtuvo una votación por debajo de la esperada, evidenciando que la combinación de 15 años consecutivos siendo Gobierno y el hecho de enfrentar una elección sin sus históricas figuras será un desafío no menor en la búsqueda de afianzar su proyecto político. Una de las claves probablemente se encuentre en que, si bien el oficialismo evidenció una caída, la misma no fue capitalizada por los principales partidos de la oposición –blancos y colorados-, quiénes no parecen atraer a estos “frenteamplistas desencantados”. De este modo, la llave de la elección de octubre bien podría encontrarse en los indecisos, aquellos que aún no tienen decidido su voto o cuya adhesión partidaria es más débil. Quién logre captarlos estará, sin dudas, más cerca de hacerse con la Presidencia.

[i] Aún con alguna mínima posibilidad de ingresar puesto que se ubicaba con 480 votos faltando 3 Circuitos por escrutar y la revisión del escrutinio definitivo.

Guillermo Javier González | Licenciado en Sociología (UBA) (Argentina)

Artículo publicado en CELAG

Primarias en Uruguay no permiten aventurar escenario claro cara a generales de octubre