viernes. 19.04.2024
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Lo que nos compete ahora es el tema de división de clases, hablar del Movimiento de los Sin Tierra es hablar de disparidad de oportunidades, es hablar de gobiernos ausentes. La Organización La Haine, un auto declarado proyecto de desobediencia informativo en coautoría con Insurgente y Kaosenlared publicaron el 28 de junio de 2019 un artículo titulado El régimen de Bolsonaro no va a acabar con los campamentos del MST, un artículo escrito por el periodista Pedro Biondi, un texto claramente opositor al gobierno socio liberal que lidera a la República de Brasil desde las últimas elecciones del 1 de enero de aquel año. Por su parte, el portal El Orden Mundial (E.O.M.) publicó el 3 de mayo de 2016 un artículo con la historia de las personas sin tierra, Echando raíces: El Movimiento Sin Tierra de Brasil, investigación llevada adelante por Inés Lucia. En ambos casos es evidente la preocupación que emerge desde los sectores no gubernamentales hacia aquellas personas aisladas de todo concepto de bienestar social. En el libro Iniciación al Vocabulario Histórico de Pierre Vilar, de dónde venimos extrayendo los conceptos de Estructura y Coyuntura, nos topamos con la idea de estratificación y jerarquía, conceptos que Vilar ve desafortunados a la hora de realizar un análisis más exhaustivo del Movimiento, ya que aduce que evocan capas sucesivamente colocadas unas encima de otras. Esta idea de función y de solidaridad entre gobernantes y gobernados, entre trabajadores y acumuladores de capital, entre organizaciones y ejecutores dan inicio a la aparición de las Clases Sociales. En el texto de Vilar hay una clara analogía del cuerpo humano y sus partes, una alusión concreta de la importancia que reviste o que debería revestir la interacción de todas sus partes en un organismo multicelular (el hombre). Pedro Biondi nos trae la necesidad de una reforma agraria que enfrente la cuestión del latifundio, de la distribución de las tierras, pero para producir alimentos sanos y preservar el medio ambiente. Habla de la urgencia de sustentabilidad ambiental, trabajo digno, salud e igualdad, en oposición a la escalada en deforestación, los agrotóxicos. la comida ultra procesada y la violencia hacia la mujer. Es la clase trabajadora la que alimenta a toda la sociedad, es la población económicamente activa la que sustenta todo el sistema republicano, pero esta necesita de todo una sobre estructura política y una sobre estructura ideológica para funcionar. Justamente aquí es donde difieren ambos escritores, pues ese sobre estructura pensada hacia los sectores más vulnerables está ausente, Inés Lucia asocia esta realidad a la desigual distribución de las tierras en Brasil. Ya durante la colonización portuguesa, la Corona había dividido entre varias familias el territorio sobre el que además tenían un derecho de propiedad hereditario. Hay una tendencia de las clases superiores a ignorar la parte más baja de las clases sociales, aparecen en escena Vigneron (campesino arrendario pobre), Laboratores (campesino creador) y Viticultor (campesino arrendario mediano), en forma gradual el Movimiento Sin Tierra fue testigo de esa división de clases, ocupando lugares en la periferia de las tierras. Hay una cuarta clase que gobierna a las tres anteriores, los Usureros, comienzo de los burgueses y su implicancia en las esferas de poder, al igual que en la Revolución Francesa, voceros de la clase trabajadora, clase dominante de ahora en más. Los Oratores o clero, los Bellatores o nobleza y los Laboratores o campesinos simbolizaron la pirámide de poder. Merece observarse según Vilar que los excluidos se denominan a menudo “castas” y que existe la tendencia a segregar las categorías físicas o sociales que dan miedo, características primordiales de los Sin Tierra. Si bien es cierto que en una sociedad de órdenes religiosas hay privilegios legales que reconocen todas o parte de las distinciones sociales, es también cierto que, a menudo, aunque no tanto como en una sociedad abierta compuesta por simples clases, existe una tendencia de los estados inferiores a alcanzar los estados superiores. Es evidente que ricos y pobres no representan lo mismo en la sociedad, pero para conocer en profundidad hay que conocer los mecanismos de enriquecimiento y los mecanismos de pauperización. La importancia histórica de los gremios, la tendencia de formar cuerpos organizados y muchas veces defensivos y cerrados es objeto de estudio para Pierre Vilar, también lo es para Inés Lucia y para Pedro Biondi. Según Lucia además de una función ideológica, la iglesia sirvió para organizar el movimiento y darle prestigio fuera de Brasil. Por un lado, proveía de un servicio local que movilizaba a la población, creando vínculos comunitarios. “Pese a los múltiples intentos de criminalizar el movimiento, tanto por parte de la 2prensa, como por parte de los poderes judicial y político, que en ocasiones buscaban tildarlo de antidemocrático e ilegal, éste ha logrado tener un papel crucial en la transición democrática, dando voz a las clases populares rurales, proveyendo de organización a las mismas y defendiendo derechos básicos. Se ha consolidado como un actor con capacidad de negociar con las autoridades públicas, apoyar campañas, impulsar reformas legislativas y ganar batallas legales para implementar de forma efectiva lo dispuesto en la Constitución. En un país con las disparidades económicas de Brasil, que frecuentemente se traducen en un abismalmente menor acceso a los recursos políticos y judiciales de las clases populares, el MST ha logrado canalizar las demandas de un importante número de población y ha realizado una labor social apremiante, que era lograr tierras para miles de familias campesinas desplazadas. Es más, ha propuesto una amplia gama de políticas al poder ejecutivo para resolver las cuestiones de la desigual distribución de la tierra en un país que posee, según informes del gobierno brasileño, el 22% de las tierras cultivables del planeta, y en el que, a pesar del crecimiento industrial, el sector primario y la población rural siguen ocupando un puesto importante en los indicadores económicos y sociales”. Hasta ahora se han puesto parches en la rueda, las estructuras parecen no inmutarse, los movimientos coyunturales han venido en aumento y los Sin Tierra están apareciendo diseminados en otras latitudes del globo. Jair Bolsonaro es el presidente de Brasil, pero no gobierna al total de su población, hay sectores relegados que gritan permanentemente, que necesitan ser escuchados, en este último tiempo la Amazonia fue el cónclave, la deforestación indiscriminada, los incendios forestales, coyunturas de un país que ve en sus clases sociales no una división del trabajo genuino, sino un impedimento creciente de los sectores vulnerables en detrimento de los sectores más favorecidos.

Movimiento de los 'Sin Tierra'