sábado. 20.04.2024
macri casado
Mauricio Macri y Pablo Casado en El Escorial.

Mientras que en Argentina van quedando al descubierto los fraudes y demás ilícitos cometidos durante su mandato, el ex presidente de ese país, Mauricio Macri, fue convocado por el Partido Popular para exponer su punto de vista respecto de la pandemia, la economía global y el “populismo”.

Con Pablo Casado como anfitrión del encuentro que se llevó a cabo en El Escorial, Macri reflexionó sobre diversos temas; y lo hizo –como es su costumbre- trazando alegorías futbolísticas y desplegando las incongruencias que caracterizan sus exposiciones. “Tenemos que pedir permiso para salir a caminar, pasear el perro y qué es lo que se puede comer. Todo al revés y con un poder tremendo”, sostuvo, refiriéndose (supuestamente) a las restricciones sanitarias del gobierno de Alberto Fernández

Presuntamente preocupado por la “falta de libertad” que padece la Argentina a consecuencia de la pandemia, el ex mandatario procesado por enriquecimiento ilícito y acusado de espionaje ilegal, afirmó nuevamente que “más peligroso que el coronavirus es el populismo”. Según afirmó, el gobierno de Fernández cercena las libertades y encamina al país en dirección Venezuela. La trillada falacia es un clásico en el paupérrimo repertorio de Mauricio Macri y los suyos. A tal punto que durante los últimos meses -e iniciada la carrera hacia las elecciones primarias-, los candidatos de la derecha argentina han decidido intercalar Venezuela con Honduras y Haití. “Argentina va camino a ser Haití”, aseguraba ayer el actor Luis Brandoni, referente indiscutible de Juntos por el Cambio.    

Macri lamentó que el dinero que se recauda con un sistema impositivo solidario sea destinado a garantizar y satisfacer los derechos de la sociedad y las necesidades de los sectores productivos. “En un modelo absolutamente liberal no habría ningún tipo de impuestos”, dijo, quizá recordando el obsequio que le hizo a los ricos argentinos en su primer mes de presidencia, cuando quitó los impuestos a los coches de alta gama y al champán, mientras brindaba por la “medida económica” con Héctor Magnetto, dueño del Grupo Clarín, encargado de la campaña que lo convirtió presidente y sepultó las estafas y el contrabando, actividades a las que estaba íntimamente ligado.

La analogía futbolera no podía faltar en este encuentro con Pablo Casado. Al hablar de “meritocracia” el ex presidente argentino –heredero de la fortuna de su padre, Franco Macri- dijo que “La forma de confiar en vos mismo es confiar en un gobernante que no te prometa que lo va a resolver sino que te prometa que va a haber una cancha donde vos vas a poder jugar”. Y, como si esta exacerbación de la pobreza intelectual no fuese suficiente, continuó diciendo que “Un gobierno es responsable de cortar el pasto, pintar las rayas, poner los arcos, y los ciudadanos hacen los goles”.

Además, en este encuentro entre Macri y Casado, el ex mandatario argentino aseguró ser una víctima de persecución. “Soy un perseguido político”, dijo sin ruborizarse el responsable de persecución y encarcelamiento ilegal de los líderes del partido que gobernó la Argentina antes de su llegada al poder.

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