sábado. 20.04.2024
costa
Antonio Costa.

El pueblo portugués ha expresado su voluntad de apoyar un nuevo acuerdo de progreso, votando. Las fuerzas progresistas aumentan su presencia en la Asamblea de la República, mientras las derechas retroceden y se disgregan. La victoria de las fuerzas progresistas y de izquierdas permitiría renovar o reinventar el acuerdo del Bloque de Izquierda (BE) y la Coalición Democrática Unitaria (CDU) con el Partido Socialista (PS) y seguir sustentando un gobierno socialista en minoría durante otros cuatro años. El PS no ha conseguido la mayoría absoluta que el primer ministro Antonio Costa solicitaba para reforzar la estabilidad política y presidir un Gobierno socialista capaz de alcanzar acuerdos, pero también de decir no a las propuestas de sus socios de izquierdas. En un escenario internacional cargado de incertidumbres y una notable desaceleración económica que no harán fácil conciliar la consolidación presupuestaria con el rescate social, la ciudadanía portuguesa sigue apostando por un escenario multipartidista que exige diálogo, cesiones y acuerdos para gobernar.

Con un 98,98% de los votos escrutados y a falta de adjudicar 4 escaños, se ha producido un notable aumento de votos del PS que, con 106 diputados, se queda a 10 de la mayoría absoluta; para seguir gobernando tendrá que pactar con los partidos situados a su izquierda o, al menos, con algunos de ellos. Incluso, aunque sea un escenario muy improbable, el mandato electoral permitiría escalar el acuerdo de la pasada legislatura hacia una nueva fórmula que incluyera rasgos de colaboración gubernamental.

La ciudadanía portuguesa sigue apostando por un escenario multipartidista que exige diálogo, cesiones y acuerdos para gobernar

Resultados Portugal (2)

Una primera aproximación al resultado electoral permite observar dos sombras de cierta importancia: en primer lugar, la abstención aumenta en 1,4 puntos hasta alcanzar un 45,5%, superando su máximo histórico de 2015; en segundo lugar, el impulso electoral que reciben las fuerzas progresistas no afecta a todos sus componentes por igual, el PS experimenta un fuerte avance, mientras sus dos socios de izquierdas pierden votos; en mucha mayor medida el PCP (pierde casi un tercio de sus diputados y 116 mil votos, algo más de una cuarta parte de los logrados en 2015), mientras el Bloco mantiene sus 19 diputados, a pesar de perder unos 58 mil votos, aunque aún falta por escrutar el 1% del censo.

La mitad de la población se desentiende de la participación política, no se siente implicada en la confrontación entre izquierdas y derechas y no utiliza su derecho a elegir a sus representantes políticos ni su capacidad de influir con el voto en el contenido de las leyes y el sentido de la acción política institucional. Un aviso para navegantes que debería ser motivo de preocupación y reflexión para el conjunto de las fuerzas políticas democráticas, porque afecta al núcleo duro del funcionamiento del sistema democrático, a su calidad y supervivencia. A la abstención creciente, hay que sumar un pequeño repunte de los votos en blanco y nulos que en 2015 fueron un 3,7% del total de los potenciales votantes y en 2019 aumentan hasta el 4,3%.

La pérdida de votos del Bloco y, sobre todo, de los comunistas supone un foco de incertidumbres y riesgos, ya que introducirá dudas en las filas de ambos partidos sobre la eficacia o el interés de mantener su apoyo a un gobierno en solitario del PS que es el único componente que rentabiliza y traduce en más votos la colaboración. Aunque no tienen mucho margen de maniobra para hacer otra cosa que seguir dando su apoyo al PS, a cambio de un acuerdo programático que introduzca algunas medidas sociales en la acción gubernamental, el resultado electoral introduce un factor de cuestionamiento de sus estrategias respecto a sus relaciones con el PS y su apoyo a un Gobierno socialista. La acción política gubernamental de la última legislatura ha beneficiado a la mayoría social, tanto por la vía de la reducción a la mitad de la tasa de desempleo, hasta el 6,6% actual, como de la subida en un 20% del salario mínimo, la recuperación de las pagas extraordinarias de pensionistas y funcionarios o, entre otros muchos avances, un tratamiento fiscal más favorable de las rentas del trabajo. Y ha sido el PS el único que ha logrado rentabilizar electoralmente el apoyo social suscitado por esas medidas.

El PS el único partido que ha logrado rentabilizar electoralmente el apoyo social suscitado por las medidas puestas en marcha en la última legislatura

El PS gana 4,4 puntos porcentuales y 20 diputados y se convierte en la fuerza más votada. Demuestra ser la opción progresista que genera más confianza entre los votantes y refuerza su posición como eje en torno al que construir una fórmula de colaboración con las fuerzas de izquierdas para sostener un gobierno y un programa progresistas que garanticen la estabilidad política y social y la continuidad de una acción gubernamental capaz de guardar ciertas distancias con las políticas de recortes, privatización, austeridad y devaluación salarial.

El primer ministro socialista Costa ha anunciado su intención de ampliar el acuerdo de legislatura a dos nuevos pequeños partidos, el PAN, que ha pasado de 1 a 4 diputados tras más que duplicar el 1,4% de los votos obtenidos en 2015, y Livre (L), que entra por primera vez en la Asamblea de la República con un diputado. El primero de ellos, Personas-Animales-Naturaleza, no se ajusta a la división entre izquierdas y derechas, pero tiene evidentes rasgos verdes y progresistas que resultan de la combinación de sus orígenes animalistas con la protección ambiental y la defensa de los derechos humanos y sociales. Livre, por su parte, es un partido ecosocialista de reciente creación, que obtuvo un 0,72% de los votos en 2015 y, ahora, con un 1,1% (no llega a los 56 mil votos) obtiene un diputado.

La intención del primer ministro Costa parece clara, reforzar la centralidad política del PS

La intención del primer ministro Costa parece clara, reforzar la centralidad política del PS, ampliando el acuerdo de legislatura con estas dos nuevas fuerzas políticas progresistas, lo que le permitirían aflojar las ataduras que pudiera suponer repetir el acuerdo de la pasada legislatura con su izquierda y ofrecer una posición más centrada orientada a extender su influencia en el electorado centrista.

Las conversaciones y negociaciones comenzarán de forma inmediata. Tanto el PS como el BE y la CDU tienen experiencia y han demostrado su responsabilidad, por lo que previsiblemente podrán concluirlas en pocas semanas. Veremos cómo se concretan y qué nuevos rasgos adquiere el acuerdo.

Por último, tres nuevos partidos entran en la Asamblea de la República, con 1 diputado cada uno, y amplían el espectro parlamentario. A la formación ecosocialista mencionado antes, Livre (L), se suma Iniciativa Liberal (IL), parecida a Cs, con un liberalismo político y social que apenas sirve de coartada de un ultraliberalismo económico que pretende la reducción del Estado, de los funcionarios, de los impuestos y una mayor desregulación del mercado laboral. Y aunque Portugal sigue escapando a la corriente dominante en Europa y en la mayoría de los países del mundo capitalista desarrollado, de fortalecimiento electoral de partidos de extrema derecha xenófobos y neosoberanistas, a partir de estas elecciones, también tendrá su muestra en la Asamblea de la República, con un partido denominado CHEGA, al estilo de Vox y sus reaccionarias y amenazadoras propuestas políticas.  

Portugal seguirá siendo en las próximas semanas, durante las negociaciones para sostener a un nuevo Gobierno socialista, y posteriormente, con las políticas y formatos de colaboración y disputa que se acuerden, un ejemplo de responsabilidad y buenas prácticas.

Deberían tomar nota los líderes políticos que, en España, no han logrado alcanzar un acuerdo político que estaba en sus manos y han embarcado a la ciudadanía en unas nuevas elecciones y en una campaña electoral en la que aún no han explicado si piensan modificar en algo sus fracasadas estrategias negociadoras y, de paso, asegurarnos que, si las fuerzas progresistas y de izquierdas vuelven a tener mayoría, esta vez habrá acuerdo.

Más Portugal, más responsabilidad