jueves. 18.04.2024
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Javier Castro Bugarín (EFE). Visibilizar la labor de las mujeres y acabar con las desigualdades de género dentro del mundo gastronómico: esta es la misión del 'Mapa de Barmaids y afines', una plataforma creada desde Argentina y que une a cientos de mujeres gastronómicas de América Latina.

La idea surgió hace tres años a raíz de un blog, llamado 'Drink Me', en donde la periodista argentina Laura Marajofsky escribía acerca de coctelerías y bares nocturnos, un trabajo con el que descubrió la creciente presencia femenina en estos ambientes, ya sea detrás de las barras o en la mezcla de los licores.

"Una cosa que noté es que había cada vez más mujeres (...). No sólo mapeamos mujeres en su rol de bartenders o de barmaids, sino a todo el espectro de lo que son las disciplinas o las distintas tareas dentro de la gastronomía", explica la coordinadora general de un proyecto que ya se ha expandido por Chile, Perú, México y Uruguay y que "próximamente" podría dar el salto a España.

DE VISIBILIZAR A CREAR CONCIENCIA

Con un diseño y estética muy atractivos, por ahora el mapa tan sólo está armado en Argentina, agrupando a más de 400 mujeres del sector gastronómico de siete especialidades distintas: destilados, vino, café, té o mate, cerveza, cocina y emprendimiento, "siete grandes categorías" que incluyen a cocineras, sommeliers y camareras, entre otras.

Más del 30% de las mujeres del sector han sufrido algún tipo de abuso en su trabajo, casi el 30% procedente de jefes o superiores

Aunque la comunidad en redes concentra a miles de personas, Marajofsky admite que las mujeres anotadas en el mapa representan un "número bajo" teniendo en cuenta el gigante gastronómico que es Argentina, por lo que la idea es incluir a la mayor cantidad posible.

"Buscamos desde la señora de más de 50 o 60, que trabajó toda la vida en el rubro, a las chicas que están ingresando, gente joven que se acerca a la gastronomía porque es el primer empleo", sostiene la responsable de la plataforma.

A medida que avanzaba esa primera labor de visibilización, Marajofsky y el resto de sus compañeras comenzaron a detectar "problemáticas puntuales" en el trabajo de esas mujeres, motivo que les llevó a desarrollar otro tipo de actividades complementarias al mapa.


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Una de las más importantes fue la elaboración en 2019 de un protocolo, en colaboración con el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, para capacitar al personal gastronómico en caso de que surja una situación de violencia machista, un programa del que se beneficiaron más de 60 bares.

"No hay políticas federales integrales ni infraestructura para esto. Tuvimos que salir como actores de la sociedad civil", asegura Marajofsky sobre esta actividad de "concientización", a la que se suman otros proyectos de formación con perspectiva de género y de promoción de hábitos saludables en la industria gastronómica.

UN SECTOR RETRÓGRADO

3Esas mismas labores de educación en cuestiones de género son especialmente relevantes dentro del mundo gastronómico, un ámbito "muy precarizado" y en donde "se pone mucho el cuerpo".

"¿Cómo puede ser que al año 2021 estemos discutiendo que a una chica no le tienen que tocar el culo en su espacio de trabajo? (...) ¿De dónde viene esto? De que muchas de las personas que hoy dirigen y tienen equipos a cargo son de otra época", sostiene Marajofsky.

La coordinadora de 'Barmaids y afines' cita un caso particular de hace pocas semanas en Argentina, cuando una joven de 24 años denunció ante la Justicia a un reconocido chef por acoso sexual.

De hecho, según la Encuesta de Género en Gastronomía realizada por la propia plataforma el año pasado, más del 30% de las mujeres del sector han sufrido algún tipo de abuso en su trabajo, casi el 30% procedente de jefes o superiores.

"Pareciera que nos estamos dando cuenta ahora. Nunca es tarde, pero indigna un poco que sepamos que estas cosas suceden desde hace años y nadie hace nada", lamenta Laura Marajofsky.

"Mientras esperamos que llegue el recambio generacional y cultural de la gastronomía, necesitamos un poco más de colaboración. Por supuesto no somos las únicas, también hay otras comunidades y redes seguro trabajando, pero necesitamos que el Estado aparezca un poco más y que las empresas también participen", agrega la responsable de 'Barmaids y afines'.


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LOS SIGUIENTES PASOS

Mientras continúa la implantación definitiva del mapa en otros países, el principal objetivo de Laura Marajofsky y de sus compañeras en Argentina es convertir 'Barmaids y afines' en una organización civil sin ánimo de lucro, para así enfocarse en un trabajo tan silencioso como necesario: formar, educar y hacer sondeos.

"Queremos que esto crezca para no sólo seguirlas visibilizando (a las mujeres gastronómicas), sino poder generar masa crítica y sobre todo volumen político" con el objetivo de provocar "más cambios sustanciales y tener una incidencia concreta en el sector", asevera Marajofsky.

Con todo ese esfuerzo, la periodista aspira a conseguir un sector gastronómico menos precario, más equitativo, diverso y que en ningún caso pierda de vista la "dimensión humana" que existe detrás de todos sus trabajadores.

Y también que los propios consumidores modifiquen sus prioridades, que valoren la igualdad de género a la hora de decidir en qué lugares tomarse una copa o celebrar una cena, o lo que es lo mismo: que la "sostenibilidad humana con perspectiva de género" sea una "variable más" dentro de la gastronomía.

Mapa para acabar con las desigualdades de género en la gastronomía argentina