martes. 23.04.2024
presidente del STF Luiz Fux
El presidente del STF, Luiz Fux.

@jgonzalezok  | Río de Janeiro

Después de los discursos de golpismo explícito del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, este pasado martes (7), se esperaba con gran expectación cuál sería la respuesta de las instituciones agredidas por el mandatario, especialmente el Supremo Tribunal Federal (STF).

Fue el presidente del STF, Luiz Fux, quien formuló la respuesta con un vídeo en el que, con tono especialmente severo, afirmó que las amenazas a la autoridad de la Corte o el desprecio por las decisiones judiciales configuran un delito (“crimen de responsabilidad”). Bolsonaro había anunciado que no pensaba cumplir más las decisiones de uno de los integrantes del alto tribunal, Alexandre de Moraes, al que además calificó de “canalla”, y al que pidió que deje el STF.

Fux, que en ningún momento citó el nombre de Bolsonaro, aunque no hay ninguna duda del destinatario de sus palabras, agregó: “El Supremo Tribunal Federal tampoco tolerará amenazas a la autoridad de sus decisiones. Si el desprecio a las decisiones judiciales ocurre por iniciativa de cualquiera de los poderes, esa actitud, además de representar un atentado a la democracia, configura un delito, a ser analizado por el Congreso Nacional”. También consideró como prácticas antidemocráticas e ilícitas la ofensa a la honra de los ministros (nombre que reciben los integrantes del STF) e incitar a la población al incumplimiento de decisiones judiciales.

Bolsonaro es un político que no está, jamás estuvo, a la altura del cargo que ejerce, pues le falta estatura presidencial y sentido de estadista

El ex ministro del STF, Celso de Mello, que se jubiló recientemente, dijo por su parte lo que algunos consideraron la frase del día: “Bolsonaro es un político que no está, jamás estuvo, a la altura del cargo que ejerce, pues le falta estatura presidencial y sentido de estadista”.

Los presidentes de la Cámara de Diputados (Arthur Lira) y el del Senado (Rodrigo Pacheco), hicieron una defensa del sistema democrático, aunque no pasaron de las generalidades. En el caso de Pacheco, con algo más de convicción, y esto es una señal de advertencia a Bolsonaro, ya que en dicha cámara es donde encuentra mayor oposición. Valga como ejemplo el intento presidencial de que el Senado apruebe la nominación de su candidato, André Mendonça, a una plaza para el STF, hasta ahora sin éxito, por falta de los votos necesarios.

Fueron los líderes políticos de oposición los que hicieron las definiciones más firmes, pidiendo en muchos casos que se activen los pedidos de juicio político contra el presidente, que se acumulan en el despacho del presidente del Congreso, Arthur Lira, hasta ahora aliado político del presidente. Si él no libera alguno de los pedidos, el proceso no se inicia.

Además, hay todavía posiciones diferentes sobre la necesidad de impulsar nuevamente el juicio político, aunque se abre paso la idea de juntar una masa de votos, de derecha, centro e izquierda, para presionar a favor del impeachment.

El PSDB, el partido del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, acaba de declarar su oposición al presidente e inició el debate interno sobre el juicio político. Puede resultar extraño, pero hay sectores del partido que se aliaron al bolsonarismo en algunos estados, algo común en el extraño mapa político brasileño, con 30 partidos y mucho pragmatismo a la hora de perseguir el poder.

El senador Tasso Jereissati (PSD), precandidato presidencial, afirmó que es fundamental “una reacción firme de los partidos políticos, que necesitan estar unidos en la defensa y preservación de las instituciones, y en el fortalecimiento de nuestra democracia”. La senadora Simone Tebet, líder del grupo femenino en el Senado, afirmó que los parlamentarios tienen que tener coraje, no solo para hablar, sino para actuar. El también senador Alessandro Vieira, recuerda que la ley 1079, que define las responsabilidades del Presidente de la República, habla en su artículo 4º del no cumplimiento de las decisiones judiciales, que la pena es la pérdida del cargo por impeachment y de los derechos políticos por hasta 5 años. “¿Avisan a Lira, por favor?”, añadió irónicamente.

seguidores bolsonaro

Seguidores de Bolsonaro

En cualquier caso, es previsible que las embestidas del presidente y de su tropa de choque contra las instituciones continúen. Trascendió que el propio presidente, en su reunión con los ministros, pidió una solución para lo que llamó “una escalada autoritaria” del Supremo Tribunal Federal. Según el sitio O Antagonista, durante el encuentro, algunos participantes, incluyendo el presidente, llegaron a sugerir que el ministro de Justicia, Anderson Torres, buscase una salida jurídica para que la Policía Federal no cumpla las decisiones del juez Alexandre de Moraes en todo lo que tenga que ver con el caso de las fake news, en el que el propio presidente está siendo investigado.

Y este mismo miércoles (8), un día después de los discursos de Bolsonaro, camioneros seguidores del mandatario bloquearon carreteras en 14 estados para “destituir a los ministros del STF”.

Entretanto, las turbulencias políticas provocadas por el presidente Bolsonaro, provocaron inestabilidad en el mercado financiero: horas después de sus discursos golpistas subió el dólar (2,93 %) y bajó la bolsa de São Paulo (3,78 %). La inestabilidad y la incertidumbre política, señalan los analistas económicos, están ahuyentando las inversiones.

Las instituciones brasileñas responden al discurso golpista de Bolsonaro