viernes. 19.04.2024
walter

En octubre de 2019, luego de ser derrotado por amplia mayoría en las elecciones presidenciales, Mauricio Macri aseguró que ejercería una oposición responsable. El presidente que degradó al Ministerio de Salud, convirtiéndolo en Secretaría, que recortó en partidas para insumos hospitalarios, que despidió a miles de trabajadores de la sanidad, que eliminó la gratuidad de medicinas para jubilados y discapacitados, ha iniciado ahora una campaña contra el gobierno de Alberto Fernández. Apoyado por los medios de comunicación que en 2015 -silenciando sus procesamientos por corrupción- lograron catapultarlo a la presidencia, el ex presidente lleva adelante su “oposición responsable”.

La iniciativa de esta ofensiva tiene como cara visible al ex Jefe de Gabinete, Marcos Peña; coordinador del equipo de trolls que, desde las redes sociales, fogonean cacerolazos con el supuesto fin de que los políticos se bajen el sueldo para colaborar con la lucha contra el coronavirus.

El cacerolero sale al balcón a pedir que los políticos se bajen el sueldo, con el fervor que no tuvo mientras el macrismo subía los suyos

Las medidas tomadas por el gobierno argentino para frenar el avance del Covid-19 han disparado la imagen positiva de Alberto Fernández, que ha dispuesto grandes partidas presupuestarias para atender las necesidades de la porción de la sociedad más desfavorecida, esa que durante los años del macrismo creció en hambre y miseria.

La comprobación de la ascendente imagen de Fernández enerva a la derecha más reaccionaria que ya ha puesto a trabajar a sus escribas a sueldo para instar a los desmemoriados a que agiten cacerolas cada noche a las 21.30 horas.

El ex presidente, que vacacionó 146 días durante su gestión mientras le pedía a la clase trabajadora hacer “un esfuerzo”, está detrás de la ofensiva. “El populismo es peor que el coronavirus”, aseguró en plena pandemia, pocos días antes de llamar a Alberto Fernández para pedirle que cuidara la economía; como si la deuda a cien años -por mencionar solo una de sus incontables malapraxis- no hubiese producido ningún efecto dañino a la economía argentina.

El trabajo de los medios de comunicación de la derecha argentina está dando sus frutos. El virus de la imbecilidad lleva al cacerolero a manifestar su apoyo hacia los monopolios con el mismo ímpetu con el que lo hacen los accionistas

La guerra del macrismo contra el gobierno de Alberto Fernández incluye el pedido del no pago de impuestos por parte de las Pymes (Pequeñas y Medianas Empresas), que, en los cuatro años de gestión de Mauricio Macri, se vieron obligadas a cerrar de a cientos por día -dejando a miles de trabajadores en la calle- como consecuencia de la brutal recesión que produjeron las políticas neoliberales.  

El trabajo de los medios de comunicación de la derecha argentina está dando sus frutos. El virus de la imbecilidad lleva al cacerolero a manifestar su apoyo hacia los monopolios con el mismo ímpetu con el que lo hacen los accionistas. El cacerolero sale al balcón a pedir que los políticos se bajen el sueldo, con el fervor que no tuvo mientras el macrismo subía los suyos. Nadie vio a estos indignados a contramano asomar una sola cacerola cuando Mauricio Macri cerró el Ministerio de Salud, produjo una catástrofe en las pequeñas y medianas empresas, pauperizó el empleo y favoreció a la clase a la que pertenece. Clara demostración de que los medios tienen el poder de perfeccionar la imbecilidad de los imbéciles.

El virus de la imbecilidad