Desde principios de diciembre de 2019, coincidiendo con la visita del Ministro de Exteriores de Marruecos y la convocatoria del Congreso del Frente Polisario, aparece en la web de nuestro Ministerio de Exteriores una recomendación de no viajar a los campamentos saharauis por amenazas terroristas. Ahora se mantiene en el apartado correspondiente a Argelia en las fichas de países, lo que lleva a algunas entidades oficiales a desautorizar los viajes.
Por lo tanto, en Argelia, aparte de las recomendaciones generales y de algunas zonas: “Se desaconseja viajar salvo que sea absolutamente necesario a la frontera con Túnez, a la Kabilia (especialmente wilayas de Tizi Ouzu, Blida, Bouira) y Medea”. Resulta que a pesar de encontrarse al extremo opuesto de la geografía, los campamentos de refugiados que tanta solidaridad y cooperación reciben de entidades españolas, siguen con la advertencia producto de las presiones del socio preferente de la UE, incluso obviando la protesta de Argelia, los comunicados del Frente Polisario o los comentarios de la MINURSO, que no ven cambios importantes en la situación.
“ a) Zonas de riesgo (deben ser evitadas):
Se desaconseja viajar bajo cualquier circunstancia al Gran Sur incluidos los campamentos de refugiados saharauis y a las zonas fronterizas con Mali, Níger, Libia y Mauritania.
La zona de Tinduf, en la que se encuentran los campamentos de refugiados, se considera de riesgo, por lo que debe ser evitada. Los cooperantes deberán, además, tener en cuenta las recomendaciones de la AECID y se recomienda encarecidamente que informen de sus desplazamientos a los campamentos, de forma previa, al consulado general de España en Orán y a la Oficina Técnica de Cooperación (OTC) de la AECID en Argel. Se recuerda asimismo que el transporte de bienes de cualquier clase a los campamentos desde un puerto argelino requiere preceptivas autorizaciones de estas autoridades.”
Aparte de incluir mensajes algo contradictorios y mezcla geográfica, en el fondo, el texto demuestra que son conscientes de que los cooperantes seguirán viajando. El problema se convierte en un verdadero conflicto para organismos oficiales o entidades públicas, que no disponen de independencia suficiente para contradecir las advertencias. Las familias, las ONGs y cooperantes habituales, de forma bastante generalizada, continúan viajando y desarrollando sus proyectos.
Resulta asombroso que proyectos financiados por organismos internacionales se vean afectados por estas restricciones y las protestas de los saharauis caigan en saco roto. Este artículo pretende, precisamente, difundir esta realidad casi desconocida; realidad que tienen que asumir quienes nos gobiernan o manifestar claramente si existe alguna voluntad de apoyo para solucionar 44 años de injusticia, asumir responsabilidades o al menos, no obstaculizar las acciones de solidaridad y cooperación.
Es necesario que se levante esa alerta de riesgo, porque no es real y porque existen suficientes medidas de seguridad, tanto de Argelia como de la República Árabe Saharaui Democrática. Si existiera al menos un compromiso por tratar de solucionar el conflicto, mucho mejor, ya que España tiene responsabilidades concretas desde aquel cruel abandono del Sáhara Occidental allá por 1975…
