viernes. 29.03.2024
donald trump

Cuando el presidente de los Estados Unidos anunció por Twitter que designaría al movimiento Antifa como “organización terrorista”, no hizo más que avivar las llamas de una hoguera que crece de costa a costa de los Estados Unidos. Trump pretende encontrar culpables de las protestas derivadas del asesinato de George Floyd, y ha puesto el foco en los Antifa, una amalgama de grupos diversos sin líderes reconocibles ni estructura jerárquica, que desde hace décadas han estado vinculados a la lucha contra el autoritarismo, el racismo, la homofobia y la xenofobia. 

La estrategia de Trump para llegar a las elecciones de noviembre es el caos. Los grupos antifascistas son apenas la respuesta a un malestar creciente. Estados Unidos está sumido en una profunda crisis económica, radicalizado y con una desocupación que ya alcanzó a 40 millones de ciudadanos. Y como si este cóctel no fuese suficiente, desde la Casa Blanca, Trump legitima y apoya al racista, a sabiendas de que su discurso de odio capta a la facción electoral que desde 2016, y bajo la consigna “América primero”,  mantiene una disputa permanente contra negros e hispanos.

El rebrote del racismo y las respuestas incendiarias de Trump no hacen más que evidenciar la incertidumbre en la que está inmersa la primera potencia mundial

Esta no es la primera vez que Trump amenaza con designar como organización terrorista a Antifa. En 2019 el presidente escribió en Twitter que eso “facilitaría a la policía hacer su trabajo”. Sin embargo la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) le respondió que “el terrorismo es una etiqueta inherentemente política, de la que fácilmente se abusa y está mal utilizada. No hay autoridad legal para designar un grupo (terrorista) interno”.

El rebrote del racismo y las respuestas incendiarias de Trump no hacen más que evidenciar la incertidumbre en la que está inmersa la primera potencia mundial. La pobreza ha alcanzado niveles históricos, el desempleo llegó al 15 por ciento, la organización Feeding America calcula que por lo menos 17,1 millones de personas pasarán a enfrentar inseguridad alimentaria en los próximos meses (un aumento del 46%), los nuevos parados aguardan por un seguro de desempleo que no llega, y la reacción tardía contra el coronavirus provocó más muertes que la guerra de Vietnam.

En manos de Trump el Sueño Americano ha tornado en pesadilla. Designando a terroristas, dispuesto a sacar al ejército a las calles o decretando toques de queda no conseguirá acallar las voces que se han alzado contra el racismo estructural y constitutivo del sistema político, social y económico de los Estados Unidos.   

La estrategia del terrorismo