sábado. 20.04.2024
Greenpeace USA activists protested the New York City arrival of a 50,000-ton oil tanker carrying Russian fossil fuel products, in turn, financing Vladimir Putin's war in Ukraine. The tanker came from a Russian port and is carrying Russian fossil fuel products, it is sailing under the flag of Greece.\nThe tanker entered Upper New York Bay just before the end of a 45 day grace period from President Biden.

Un año después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, la empresa rusa de armas y energía nuclear, Rosatom, y sus responsables, han escapado de la lista de sanciones de la Unión Europea (UE), según las últimas informaciones publicadas.

“A políticos como Macron les encanta enarbolar la bandera ucraniana y posar para fotos con Zelensky, pero luego miran hacia otro lado cuando Ucrania les pide que corten los lazos de la industria nuclear europea con el Kremlin. En un momento en que se está haciendo tanto esfuerzo para apoyar a Ucrania, ¿por qué la industria nuclear tiene la libertad de canalizar dinero al cofre de guerra de Putin?”, ha señalado la responsable de la campaña de Finanzas Sostenibles de Greenpeace UE, Ariadna Rodrigo.

Rosatom supervisa el programa de armas nucleares de Rusia, además de vender combustible y servicios nucleares en todo el mundo, incluso a muchos países europeos, desde Hungría hasta Francia o España (que en la actualidad importa casi un 40% del combustible nuclear de Rusia (38,7%).

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, le pidió recientemente a Rosatom que se prepare para probar un arma nuclear, en un discurso en el que anunció la suspensión del único tratado de reducción y control de armas nucleares estratégicas que estaba vigente entre Rusia y Estados Unidos. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha instado varias veces a la UE a sancionar a la industria nuclear rusa y, más recientemente, a los jefes de Rosatom.

La Comisión Europea descartó esto después de la resistencia de varios Gobiernos europeos con industrias nucleares nacionales. “Mientras a uno se le mandan tanques, al otro se le sigue comprando petróleo, uranio y gas para que financie los suyos.

De hecho, hace unos días llegó un petrolero cargado de petróleo ruso a una de nuestras refinerías, "uno más de una larga lista. Es el colmo de la hipocresía bélica y la mejor manera de que el conflicto no termine nunca y la poblaciones civil sufra más aún”, ha declarado Francisco del Pozo, responsable de la campaña contra los combustibles fósiles de Greenpeace España.

España sigue dependiendo del combustible ruso para sus centrales nucleares en casi un 40%