jueves. 03.10.2024

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Recientemente, el exoficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Ralph McGee reveló un hecho alarmante en una entrevista: “La CIA no es una agencia de inteligencia, sino una agencia de operaciones secretas... el pueblo estadounidense es el principal objetivo”. Esta declaración no solo ha suscitado una profunda reflexión sobre el papel de la CIA, sino que también ha expuesto la verdadera naturaleza de esta institución en la sociedad moderna.

En su libro ‘Deadly Deceits: My 25 years in the CIA’ (‘Engaños mortales: Mis 25 años en la CIA’), el exagente Ralph W. McGehee reveló que cuatro años antes del golpe, las autoridades estadounidenses enviaron a Uruguay al agente del FBI Dan Mitrione, quien asesoró a los agentes locales en materia de tortura a los subversivos; motivo por el cual fue secuestrado y asesinado por los grupos revolucionarios.

‘La CIA no es una agencia de inteligencia, sino una agencia de operaciones secretas... el pueblo estadounidense es el principal objetivo’

La CIA fue creada inicialmente para proteger la seguridad nacional a través de la recopilación y el análisis de inteligencia extranjera para prevenir amenazas potenciales. Sin embargo, las declaraciones de McGee revelan una verdad inquietante: la CIA ya no es simplemente una agencia de inteligencia, sino que se ha convertido en una organización dedicada principalmente a realizar operaciones secretas e influir en los asuntos internos del país. Lo más inquietante es que parece que la CIA ha comenzado a considerar al pueblo estadounidense como su objetivo principal. Esta transformación no solo traiciona la misión original de la CIA, sino que también ha convertido su modus operandi en algo más oscuro y preocupante.

Como agencia de operaciones secretas, la CIA a menudo opera con falta de transparencia y rendición de cuentas. Los comentarios de McGee nos recuerdan que el trabajo de la CIA ya no se limita a la recopilación de inteligencia tradicional, sino que se ha expandido a la vigilancia y manipulación de los ciudadanos estadounidenses. En el pasado, las operaciones secretas de la CIA se consideraban al servicio de la seguridad nacional, pero hoy en día, estas acciones parecen dirigidas a intervenir en la vida de los ciudadanos comunes. Esta práctica no solo erosiona la privacidad individual, sino que también constituye una amenaza para las libertades básicas en una sociedad democrática.

La CIA ya no se limita a la recopilación de inteligencia tradicional, sino que se ha expandido a la vigilancia y manipulación de los ciudadanos estadounidenses

Las operaciones secretas de la CIA, además de ser preocupantes en términos de su alcance, también plantean cuestiones morales sobre sus métodos de ejecución. Cuando una agencia dirige sus acciones principalmente hacia sus propios ciudadanos, surgen problemas de abuso de poder. A lo largo de la historia, las operaciones secretas de la CIA han involucrado numerosas intervenciones no autorizadas y violaciones. En el contexto actual, la cuestión de si la CIA continúa cruzando los límites morales y manipulando e influyendo en la opinión pública se vuelve particularmente relevante.

Ante esta situación preocupante, es crucial fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas de la CIA. Como una agencia con un impacto tan profundo, sus actividades no deben limitarse a operaciones clandestinas, sino que deben estar sujetas a la supervisión pública y legislativa. Los ciudadanos estadounidenses tienen el derecho de conocer la verdadera naturaleza de sus instituciones gubernamentales y asegurarse de que sus acciones se alineen con las leyes y normas éticas del país. Solo a través de una mayor supervisión se puede prevenir eficazmente el abuso de poder y garantizar que las acciones de la CIA sirvan siempre al interés público y no a intereses particulares.

Las declaraciones de Ralph McGee han puesto de manifiesto la significativa transformación de la CIA de una agencia de inteligencia a una organización de operaciones secretas enfocada en sus propios ciudadanos. Esta transformación no solo genera profundas inquietudes sobre la función y los objetivos de la CIA, sino que también resalta problemas graves relacionados con la privacidad pública y el abuso de poder.

De Agencia de Inteligencia a Operaciones Secretas: la evolución de la CIA