sábado. 20.04.2024
Bruselas - B??lgica, d??a 14-06-2021; 
Cumbre OTAN: Foto de Familia 
Photo ?? Horst Wagner / EFE

Un “breve encuentro”. Así es como la Casa Blanca ha descrito el saludo entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el presidente estadounidense, Joe Biden, en el marco de la celebración de la cumbre de la OTAN en Bruselas. La reunión entre ambos mandatarios, que tanta expectativa había generado, acabó siendo un mero saludo que duró tan solo un minuto. Un símbolo que no hace más que reforzar la idea del débil papel que está jugando España en el escenario geopolítico internacional. Una postura que el Gobierno deberá cambiar si quiere estar en línea con el tono y la agenda planteada durante la cumbre que contempla, entre otros objetivos, reforzar la postura contra los “desafíos sistémicos” presentados por China, considerados como un “riesgo para la seguridad” de la alianza occidental.

El encuentro fallido entre Biden y Sánchez, genera aún más decepción teniendo en cuenta el protagonismo del mandatario estadounidense durante la Cumbre. Su participación dio lugar a una nueva etapa en el compromiso atlántico entre Estados Unidos y sus socios europeos. Un gesto clave que lo distingue de su predecesor, Donald Trump, quien en su momento, cuestionó la supervivencia de la OTAN. El paso de Biden por Bruselas también dejó una importante marca en la historia de la Alianza ya que, por primera vez, se hizo foco en la creciente influencia de China y sus amenazas tanto cibernéticas, como híbridas y asimétricas.

Hasta ahora, Sánchez se había mantenido fuera de la disputa entre Estados Unidos y China, posiblemente condicionado por los lazos comerciales y su impacto en la balanza comercial, que en 2020 se tradujeron en 8.169 millones de euros en exportaciones al país asiático. Sin embargo, es momento de que el presidente se plantee asumir un rol más activo en uno de los asuntos más relevantes de la política internacional. Aunque para eso, debe comenzar por sumar la política exterior a su lista de prioridades. Sobre todo, si busca concretar el encuentro con Biden para así adquirir el respaldo de su par estadounidense en otros asuntos de su interés como la situación con Marruecos por el Sáhara Occidental. 

Es por eso que, reforzar el compromiso con los objetivos de la agenda atlántica debe ser una prioridad para el Gobierno español. Sobre todo, teniendo en cuenta que el año próximo y por primera vez en 25 años, España será anfitriona de la cumbre de la OTAN 2022. Durante la misma, está previsto que se apruebe el acuerdo sobre seguridad, el Concepto Estratégico de la Alianza Atlántica que girará en torno a la amenaza planteada por China. Una oportunidad que el Gobierno debe saber aprovechar para poner a España en el radar y así reforzar el compromiso firmado semanas atrás. Como bien lo ha explicado Sánchez, este compromiso “apuesta a consolidar una Alianza más política, más fuerte militarmente y más global”.

La Cumbre de la OTAN pone sobre la mesa otra asignatura pendiente de España, que también debe ser abordada por el Gobierno si busca cumplir con lo acordado con la Alianza. Se trata del objetivo de invertir en defensa que es, tanto más importante para España que para el resto de los aliados. Esto debido a que un informe reciente demuestra que España es el segundo aliado, después de Luxemburgo, que menos proporción del PIB dedica a defensa. El país destinará al gasto militar, tan solo el 1,02% de su PIB. Un reflejo del poco protagonismo del país cuando a política exterior se trata.

Más allá del compromiso acordado con la Alianza cuyo objetivo es alcanzar el 2% de inversión para 2024, el gasto en defensa también es indispensable para estar en línea con el pedido reciente de Japón. Días atrás, el ministro de Defensa japonés, Nobuo Kishi, instó a las naciones europeas a incrementar su presencia militar en Asia, para contrarrestar la influencia de China en la región. “Japón y la UE deben abordar juntos la lucha contra el autoritarismo”, declaró Kishi ante el Parlamento Europeo. 

Un pedido que no debe dejar indiferente al Gobierno español, ya que involucrarse en este objetivo le permitiría, a la vez, reforzar sus lazos con el gran aliado de Estados Unidos. Además, es aún más importante que España se implique rápidamente en este pedido, teniendo en cuenta las señales contradictorias que Japón ha estado enviado a sus aliados occidentales. La más reciente tiene que ver con un sorprendente rumor que circula en la prensa japonesa que, de ser cierto, significaría un verdadero giro. Los rumores señalan que el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional japonés, Shigeru Kitamura, supuestamente sería reemplazado por el diplomático Takeo Akiba. Aunque visto desde España, su impacto parezca menor, lo cierto es que se trata de un cambio sumamente importante y más aún en el contexto actual. Después de todo, Kitamura ha forjado un rol clave en los vínculos bilaterales con Estados Unidos, sobre todo con su fuerte postura anti-China. A su vez, ha desempeñado un papel fundamental en el fortalecimiento de la alianza entre Estados Unidos y Japón, tanto bajo el mandato de Trump, como de Biden. Por el contrario, Akiba, es más bien conocido por su retórica más suave hacia China. De ser cierta, esta decisión podría costarle cara al Gobierno japonés ya que podría enviar un mensaje errado a Washington, en un momento en que se le exige a todos los actores, incluso la UE, implicarse más en la región Indo-Pacífica.

Teniendo en cuenta lo anterior, resulta aún más importante que España se involucre en los grandes desafíos que presenta China. El Gobierno ya no puede quedarse indiferente ante el pedido de las grandes potencias. Tampoco puede continuar mirando para otro lado porque este reto ya forma parte de la agenda europea y así lo ha dejado claro la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen al decir que China es un “rival sistémico para el bloque”. Si Sánchez quiere lograr más que un saludo de manos con Biden, debe empezar por hacer de la política exterior, una prioridad. Si no es ahora, deberá ser en un año, cuando en Madrid, los aliados se reúnan y quede sellado el acuerdo de seguridad, que hoy, no son más que palabras para el Gobierno.

El débil rol de España en el frente europeo contra China