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La próxima cumbre de los BRICS se celebrará en la ciudad rusa de Kazán los días 22 al 24 de octubre de 2024.
La cumbre se vislumbra como un espacio clave para consolidar una mayor independencia económica para los países en desarrollo, incluyendo a América Latina. La agenda del encuentro incluye temas de enorme interés para la región, como la transferencia de tecnología, un esquema que podría ayudar a los países latinoamericanos a evitar la dependencia que mantienen con las potencias occidentales. Además, el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS se presenta como una opción viable frente a las fórmulas del Fondo Monetario Internacional, que han sido criticadas por generar desigualdad y pobreza en la región.
Además de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a los que el grupo debe su sigla, ahora lo integran también Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán en su versión ampliada conocida como BRICS Plus.
El excanciller boliviano y actual juez del Tribunal de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Rogelio Mayta, señaló que esta cumbre ofrece una gran oportunidad para que más países latinoamericanos puedan ingresar al bloque, lo que implicaría una nueva era del multilateralismo.
«Por convicción o por el imperativo de la realidad, y al margen de los gobiernos circunstanciales, el Sur global somos BRICS», afirmó Rogelio Mayta.
Mayta consideró que los temas que dominarán la cumbre de los BRICS –expansión del bloque, transferencia de tecnología, sistema alternativo al dólar y nuevas fórmulas de financiamiento– reflejan el «potencial del grupo para ofrecer alternativas económicas más justas para América Latina y otras regiones en desarrollo».
Por su parte, el economista mexicano Jorge Luna, integrante de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (Latindadd), destacó la importancia del evento, subrayando que la reunión será crucial para impulsar el multilateralismo a través de una plataforma de intercambio «más equitativa».
«Es una alternativa viable para la región», remarcó Luna, quien explicó que la cumbre podría llevar a los BRICS a un nivel de integración más profundo, con la posibilidad de establecer tratados de libre comercio y fortalecer mecanismos como el Banco BRICS y el sistema de pagos alternativo que promueve Rusia.
«Es muy, muy ambiciosa esta cumbre», enfatizó, destacando que las alternativas económicas que se están discutiendo son variadas y estratégicas.
En este contexto, Venezuela, con sus amplias reservas de petróleo, tiene probabilidades de ser aceptada formalmente en el bloque, lo que representaría un hito para su política económica. Bolivia, por su parte, también podría entrar al grupo debido a su potencial en la producción de litio, lo que sería clave para los BRICS, interesados en asegurar el acceso a recursos estratégicos.
Sin embargo el canciller ruso Serguei Lavrov de Rusia, país organizador del encuentro, ha alertado en el sentido de que es oportuna “una pausa en la ampliación…”. Eso podría significar la ralentización del proceso, toda vez que existe la necesidad de que el grupo se adapte primero a la presencia de los nuevos países que ingresaron el pasado1° de enero. En este contexto, es imprescindible que los nuevos miembros se integren plenamente antes de pensar en mayor cantidad de afiliaciones. Si el consenso entre cinco era difícil, mucho más lo es entre 10 y sin duda, se complicaría aún más si existiera una membresía más amplia.
Así, la pausa sería importante para fijar los mecanismos de funcionamiento ante el riesgo de que una participación numerosa paralice el funcionamiento del grupo si se considera que hasta 40 países han solicitado su adhesión. Por eso, la invitación a estar presente en la Cumbre debería entenderse como un proceso de acercamiento y evaluación que genere las condiciones y mecanismos de incremento de la membresía. Pareciera que hoy, para el BRICS, es más importante organizarse y solidificarse, que crecer.
Por otra parte el no reconocimiento de los resultados electorales en Venezuela por parte de Brasil supone un freno importante a la incorporación de la República Bolivariana a los BRICS.
Se trata de formar “nuevos centros para la toma de decisiones políticas de importancia global en los países del sur y el este” y en general en aquellos que forman la mayoría del planeta como indicó Lavrov en la inauguración del Consejo Ministerial del Brics Plus realizado durante el mes de julio de este año.
Lavrov aseguró que los Estados que desean ingresar al BRICS apuntan hacia “una forma de vida más justa basada en la igualdad soberana de los países y la diversidad de civilizaciones”. No obstante, alertó en torno a que la transición hacia el nuevo orden mundial deberá recorrer una era histórica que “será espinosa” si se considera que Estados Unidos y Occidente, persisten en sus intenciones de mantener su hegemonía, evitando que los procesos de construcción de un sistema multipolar, puedan concretarse en el menor tiempo posible.
TECNOLOGÍA Y BANCO BRICS
Por su parte, Mayta consideró que Latinoamérica tiene sus ojos puestos en la transferencia de tecnología. «Los BRICS plantean un esquema de intercambio económico con transferencia de tecnología que es más equitativo y que podría permitir a nuestros países evadir la esclavitud tecnológica. Se debería ir concretando experiencias y reproduciéndolas», indicó.
El Banco de los BRICS es otra alternativa de «extremo interés» para Latinoamérica, indicó el excanciller. «Las fórmulas del FMI no han hecho ni hacen otra cosa que someter a nuestros países a condiciones que más que ayudar al crecimiento económico y el desarrollo crean desigualdad y pobreza. La labor del Banco de los BRICS puede ser una opción para que nuestros países puedan contar con financiamiento acorde a los requerimientos de desarrollo de nuestros países», agregó.
Al grupo BRICS le corresponde el 34 por ciento del territorio y el 45,2 por ciento de la población del planeta y el 36,7 por ciento del PIB mundial en cuanto a la paridad de poder adquisitivo.
El 4 de septiembre, la canciller boliviana Celinda Sosa manifestó que su Gobierno está realizando «lobby» para ganar apoyos durante la cumbre de los BRICS y así lograr su ingreso al grupo. La ministra resaltó que su país tiene «gran interés y motivación» en ser parte de los BRICS y confirmó la participación del presidente Luis Arce en la cumbre.
COMERCIO CON LATINOAMÉRICA
Con respecto a este tema, Luna indicó que los países latinoamericanos buscarán en esta cumbre impulsar una plataforma que aumente el comercio con los BRICS debido a que China es el principal comprador de materias primas en el mundo.
«Es realmente una gran oportunidad para que puedan incrementar su comercio», afirmó Luna, quien recordó que recientemente China eliminó aranceles a las economías africanas para que puedan incrementar su comercio y favorecer el desarrollo.
«Si un acuerdo como tal se logra con el resto de los países latinoamericanos que estén interesados en entrar al bloque, eso realmente podrá ser un gran avance, que naturalmente incrementaría el negocio y el comercio de los países de la región», dijo.
SISTEMA MIR
Por otro lado, Mayta consideró que la cumbre podría ser el escenario para consolidar los avances de la creación de un sistema de pagos alternativo al SWIFT y al dólar. «Hoy el dólar estadounidense y el SWIFT no son ninguna garantía. No tiene un respaldo real, es pura ilusión, su sostén al final es la capacidad militar de EEUU que está bastante diluida. Que confianza se puede tener en el dólar cuando EEUU tiene una mega deuda prácticamente impagable. Los países no pueden tener sus reservas internacionales, parte o la mayoría, en dólares cuyo valor está expuesto a la fragilidad actual de la economía estadounidense», reflexionó.
SWIFT (acrónimo inglés de Society for World Interbank Financial Telecommunication) es una plataforma que conecta a unas 11.000 instituciones financieras de más de 200 países y sirve de base del sistema financiero internacional.
El excanciller boliviano indicó que la «militarización del dólar» es un riesgo que ningún país debería enfrentar, porque le ha dado el «poder» a EEUU de imponer sanciones económicas «absolutamente arbitrarias» al margen de Naciones Unidas. «Si un país quiere actuar soberanamente y eso no le agrada al Gobierno estadounidense, corre el riesgo de ser sancionado y vuelto paria del SWIFT», sentenció. Por su parte, Luna consideró que es «bastante complicado» que los países latinoamericanos puedan incrementar el uso del sistema de pagos ruso Mir.
«En el caso de las economías latinoamericanas desgraciadamente tenemos tanta presión por parte de EEUU, seguimos siendo la región más dolarizada del mundo, por lo que realmente va a ser complicado», opinó Luna.
Mir es un sistema de pagos ideado en 2014 por Rusia, cuando el país se enfrentó por primera vez a una ola de sanciones en relación con la incorporación de la península de Crimea. Después de que las compañías estadounidenses Visa y Mastercard restringieron en aquel entonces las operaciones con algunos bancos rusos, el presidente Vladímir Putin encomendó elaborar el Sistema Nacional de Tarjetas de Pago, que se convirtió en el operador de las tarjetas Mir, y en diciembre de 2015 se comenzaron a emitir.
Actualmente las tarjetas se pueden utilizar en Abjasia, Armenia, Bielorrusia, Corea del Sur, Cuba, Kazajistán, Kirguistán, Laos, Osetia del Sur, Tayikistán, Venezuela y Vietnam.