En los últimos meses, diversos foros sobre África se han centrado sobre el eventual nacimiento de criptomonedas que ofrecerían independencia y alternativas de crecimiento a las economías africanas.
La revista francesa “Capital” analizaba en agosto 2019 un proyecto de moneda africana llamado Zynecoin, desarrollado e impulsado por un equipo de técnicos magrebíes, entre los que destaca el nombre de Karim Benabdelkade, el jefe de proyecto.
En el artículo de la revista financiera gala, se impone un tono escéptico y receloso, que cuestiona directamente la experiencia de quienes anuncian el lanzamiento de la criptomoneda, así como la falta de transparencia.
El futuro requiere nuevas habilidades y visiones, nuevos conocimientos y nuevas plataformas que conecten a las economías africanas
Según los redactores, el proyecto no especifica el protocolo empleado para validar los mecanismos de la blockchain (los más conocidos son PoS o PoW), mientras que los desarrolladores defienden la necesidad de mantener el secreto sobre ciertas características por cuestiones de seguridad. En todo caso, los periodistas reconocieron la existencia inequívoca del Zynecoin y de su lanzamiento oficial previsto para noviembre 2019.
La revista presenta también el apoyo del humorista franco-camerunés, Dieudonné Mbala, como otro motivo para la desconfianza. Este último protagonista es conocido por sus claras críticas al Franco-CFA (la moneda impuesta desde las esferas económicas francesas en todo el África francófona, y vista por muchos como un instrumento colonialista). De hecho, Dieudonné argumenta que la animadversión de la revista Capital se debe simplemente a la postura política de una moneda que choca contra los “intereses franceses”.
Independientemente, de quienes apoyen la criptomoneda africana previamente citada, o de quienes la estén lanzando al mercado, la problemática que interesa en este espacio es la siguiente: ¿Qué aportaría una criptomoneda a las economías y poblaciones africanas en general?
Primero se considera que los atributos de la criptomoneda pueden ser una oportunidad para las economías en vía de desarrollo: una “blockchain” no pertenece a nadie, no se encuentra en un sitio específico, y, por lo tanto, escapa del control de organizaciones financieras y especuladoras. Además, las criptomonedas facilitan enormemente las transacciones internacionales –lo que estimula la inversión–, no están ligadas a economías específicas, y los impuestos que las regulan suelen ser bajos.
En el caso del Zynecoin, los promotores explican que el continente africano se ha convertido en una mina de oro para las empresas que se reparten los 7% de comisión que se aplica habitualmente a las transferencias (en un mercado que representa más de 70 billones de dólares). Una nueva criptomoneda podría, entonces, convertirse en una herramienta para rebajar a unos 0.5% las comisiones de 7% sobre transferencias internacionales.
El atleta franco-marroquí Hassan Hirt, detentor de algunas de las mejores marcas en 5000 metros en Europa, también se ha mostrado muy entusiasta por la hazaña del Zynecoin. En una reciente entrevista, resaltó abiertamente el mensaje de independencia que supone este lanzamiento: “Lo magnífico de esta blockchain es que tiene la particularidad de ser la primera blockchain africana y sólo por este motivo va a atraer muchas miradas”.
La experiencia del cantante Akon
Pero cuando se habla de criptomonedas y de independencia económica no podemos desconocer el proyecto ambicioso del cantante estadounidense de origen senegalés, Akon, quien ha sido una de las primeras figuras del mundo del espectáculo en mostrar interés por las criptomonedas.
Ya a mediados del 2018, Akon explicaba que las criptomonedas “podrían ser los salvadores de África de muchas maneras, porque devuelve el poder a las personas y trae de vuelta la seguridad al sistema monetario”.
Su proyecto de blockchain, llamado Akoin y enmarcado dentro de la gran iniciativa “Lightning Africa” (que dirige el cantante para impulsar el uso de la energía solar en el continente negro), ya se encuentra en funciones y puede considerarse un ejemplo de moneda con visión de futuro.
En distintos foros, el cantante y empresario afro-americano reveló que planeaba la creación de una ciudad cien por ciento criptográfica con 810 hectáreas de tierras concedidas por el gobierno de Senegal, ubicada a pocos kilómetros del aeropuerto internacional de Dakar.
La “Akon Crypto city” se construiría sobre los diseños de una ciudad inteligente y estaría abierta a que inversores y empresarios se involucren en el proyecto. Parece ser que lo que inició como una pequeña idea (es decir como parte de una organización que ayuda al financiamiento de paneles solares a pequeña escala) se ha convertido en un mega proyecto de desarrollo. En efecto, la idea ya se ha extendido a 17 naciones africana y recibió, además, el apoyo de una línea de crédito de mil millones de dólares de China.
Más allá de estas dos iniciativas, es bueno reflexionar sobre la pertinencia de los proyectos y escenarios que buscan una reducción del letargo del continente negro en el campo digital. El futuro requiere nuevas habilidades y visiones, nuevos conocimientos y nuevas plataformas que conecten a las economías africanas. Algunos emprendedores lo han entendido, pero, ¿está el continente africano preparándose para ello?