martes. 16.04.2024

La exposición de la dinámica socio-política venezolana en las empresas y medios de comunicación global ha disminuido significativamente. Así como irrumpe el asunto Venezuela en los principales titulares, así se sale: intempestivamente.  Las audiencias consumen otros contenidos y su referencia sobre Venezuela puede que sea ahora lejana.

Parte de los ciudadanos y ciudadanas del mundo han logrado construir una mirada crítica del comportamiento de las empresas y medios de comunicación y se preguntan qué pasa en Venezuela mientras esta fuera del foco. En consecuencia asumen la iniciativa de investigar. Como contribución a estas búsquedas a continuación compartiré al menos cuatro aspectos que se pueden considerar claves en este momento de silencio mediático.

1. Los encuentros en Oslo;

2. El gobierno bolivariano en el laberinto del bloqueo y sus demonios internos;

3. La oposición al chavismo sigue buscando la calle; y

4. La clase trabajadora no ve el fondo de la crisis.

Primero: Los encuentros en Oslo.

Hace poco tiempo se hizo pública una iniciativa del gobierno de Noruega para promover encuentros entre los actores en la disputa política en Venezuela. No se ha declarado gran cosa en torno al contenido de dichos encuentros, sin embargo lo clave es que las partes han participado.

En la oposición sigue el intenso debate sobre el papel de los acercamientos y una labor persistente para lograr una posición unificada

Desde el chavismo se exhibe la disposición monolítica de seguir asistiendo. En la oposición sigue el intenso debate sobre el papel de los acercamientos y una labor persistente para lograr una posición unificada, bien sea a favor en contra, pues cualquier resultado condiciona su actuación futura con efecto inmediato.

El asunto venezolano está vinculado a intereses globales, por cual se estima que los gobiernos de los Estados Unidos de América, la Federación Rusa y la Republica Popular  China, así como la Unión Europea como; estén poniendo a disposición parte de su maquinaria diplomática para que los encuentros favorezca a la parte  con la cual tienen alianza.

En esta materia siguen generándose muchas expectativas y pocos pronósticos. Por ahora solo podemos identificar que el mayor beneficiario en el chavismo, mientras que su oposición terminará como hasta ahora lo ha hecho, asumiendo la orientación definida desde el gobierno de los EUA, que estimo es sostener los mecanismos de asfixia para lograr ventajas en cualquier escenario, incluso el de negociación.

Dos: El gobierno bolivariano en el laberinto del bloqueo y sus demonios internos.

Las medidas coercitivas unilaterales por parte del gobierno de los EUA hacia el gobierno bolivariano siguen mermando las capacidades de operación del Estado venezolano y la sociedad en su conjunto. Recientemente el Banco Central de Venezuela publico cifras sobre el escenario económico en el que nos encontramos y además certificar el proceso de hiperinflación, se constata la contracción sostenida de la economía a niveles de hace décadas.

En la actualidad el gobierno bolivariano sigue ensayando mecanismos para mitigar los efectos del bloqueo económico. En términos prácticos en el exterior implica realizar negociaciones rápidas para acceder a productos claves en países con los cuales se tienen alianzas, sin embargo estas negociaciones no se hacen en el tiempo esperado y los costos suelen aumentar.

Las capacidades del Estado para atender las demandas de la población venezolana están gravemente condicionadas por  redes de corrupción

Las capacidades del Estado para atender las demandas de la población venezolana están gravemente condicionadas por  redes de corrupción que crecen a lo interno, con el apoyo de privados (individuales y colectivos).  Los mermados recursos se desvían de manera irregular y se colocan en el mercado informal a disposición del mejor postor.

Lo preocupante es que en estas redes de corrupción participa parte del liderazgo de chavismo en todos y cada uno de sus niveles, y frente esta situación se mantiene la impunidad.

Tres: La oposición al chavismo sigue buscando la calle.

La oposición venezolana en términos generales ha bajado su exposición en las empresas y medios de comunicación nacional y podemos hablar de ella  transitando cuatro rutas.

Iniciamos con quienes que se encuentran involucrados en actos que el sistema de justicia venezolano considera fuera de marco legal y por ello están judicializados. Un grupo se encuentra a disposición de los tribunales  y otros solicitados, en ambos casos la actividad política de calle de estos es muy limitada, aunque siguen influyendo políticamente a lo interno de la oposición.

Seguimos con quienes asumen que son gobierno, pero no tiene poder como tal. Este equipo cuyo rostro visible es Juan Guaido (Presidente de la Asamblea Nacional)  ha emprendido una gira por el país, donde están realizando actos con sus simpatizantes.  Han dejado por ahora las convocatorias masivas, que en las últimas oportunidades han tenido poca afluencia.

En una tercera ruta encontramos aquellos que se encuentran en el exterior, de los cuales podemos decir que existen grupos que actúan interlocutores y gestionan las relaciones de Juan Guaido con los gobiernos que le reconocen como presidente. Otros que son críticos a la estrategia de quienes asumen que tienen un gobierno. Finalmente encontramos los que buscan construir una agenda alternativa para derrotar al chavismo.

Para terminar contamos a quienes desde Venezuela adversan al chavismo, pero no comparten la idea de soluciones rápidas y esperan que quienes la promueven se devalúen rápido políticamente para entrar a la palestra política. Normalmente no exhiben sus críticas, pero acompañan con reservas a los actores predominantes en este momento en la oposición.

Cuatro: La clase trabajadora no ve el fondo de la crisis. 

Los efectos de la crisis que generan medidas coercitivas unilaterales por parte del gobierno de los EUA y las dificultades del gobierno bolivariano para hacerle frente están generando terribles efectos en la población trabajadora.

En la vida cotidiana de quienes vivimos de trabajo, encontramos cada vez más dificultades para satisfacer las necesidades elementales. Las limitaciones en el acceso a agua potable, energía eléctrica, gas domestico, transporte, combustible para los vehículos, se le suman a las dificultades para contar con alimentos y la provisión de servicios de salud, entre otros aspectos fundamentales.

El ingreso mínimo legal en Venezuela en equivalente a 7  euros o 8 dólares (EUA), un monto claramente insuficiente para acceder a los elementos básicos que permita a una familia trabajadora tener condiciones materiales dignas.

Las salidas  de la mayoría de los trabajadores y trabajadoras son individuales y terminan profundizando los efectos de la crisis. Los mecanismos más comunes para contar con recursos  adicionales son participar en redes de corrupción para obtener beneficios monetarios o en especies o formar parte de redes de especulación donde se revenden productos de cualquier índole. Otros que no son la mayoría son beneficiarios de aportes de familiares en el exterior o sencillamente tener otro trabajo.

Las soluciones o medidas colectivas en medio de la crisis son escasas y muchas se sostienen sin apoyo gubernamental. Las organizaciones sindicales se encuentra burocratizadas e inmersas en la dinámica política, sin que en ella se discuta públicamente las condiciones de quienes vivimos del trabajo y las posibles salidas colectivas. En algunos lugares del país en las  Comunas se ensayan algunas iniciativas orientadas a la producción en un enfoque alternativo al capital y la burocracia.

Claves para seguir a Venezuela fuera del foco comunicacional