viernes. 26.04.2024
carolina dos santos
Imágenes facilitadas por Walter C. Medina.
 

Aunque tarde, la literatura universal le dio su merecido reconocimiento. Carolina María de Jesús, la “favelera” que transcribía en hojas y cartones el drama de su existencia, trascendió como la primera escritora mujer, pobre y negra, que logró convertir su infortunio en un Best Seller. “Quarto de Despejo. Diario de una Afavelada” (cuya traducción es “Cuarto de Desechos”), fue traducido a dieciséis lenguas, publicada en cincuenta y seis países, y sumó una cantidad de ventas que alcanzó los seis millones de ejemplares.

Sin embargo, y a pesar del éxito que significó la publicación de este fenomenal testimonio del hambre y de la miseria, Carolina María de Jesús no pudo sortear el racismo epistémico del Brasil del orden y el progreso, y sólo se le permitió hablar desde el lugar de mujer negra y pobre, condenándosela a morir en la miseria y el olvido en 1977.

“Quarto de Despejo”, título de la edición brasileña, es la imagen creada por Carolina para definir la favela. El significado es “lugar donde se tiran las cosas inservibles”. Para ella, la favela en la que a diario buscaba la forma de alimentar a sus hijos, es el sitio al que son expulsadas ya no las cosas inservibles, sino los seres humanos, los “desintegrados sociales”. Y es en nombre de todas esas criaturas invisibles que se yergue su voz, la voz de Carolina María de Jesús, hoy resonando en toda Latinoamérica.

En esencia, en la tragedia humana que encierran, las favelas cambian de nombre pero son siempre iguales. En Harlem, en New York o en Londres;  los Hog-Sties de New Orleans, las villas-miserias de Buenos Aires o las Banlieues de París o de Marsella. Tal vez difieran las causas de sus desequilibrios, pero las consecuencias son siempre las mismas.

De puño y letra, y en hojas arrugadas que la propia Carolina rescataba de la basura, la favelera había transcripto las vicisitudes a las que cada día debía hacer frente

Carolina María de Jesús había nacido en Sacramento, en el estado de Mina Gerais. En 1960, mientras resumía sus vivencias y sentimientos tras cada jornada de lucha contra su propia hambre y la de sus hijos, un periodista del “Folha de Sao Paulo” descubrió lo que años más tarde iba a convertirse en una de las novelas más leídas de la historia de Brasil. De puño y letra, y en hojas arrugadas que la propia Carolina rescataba de la basura, la favelera había transcripto las vicisitudes a las que cada día debía hacer frente como mujer, madre, negra y pobre. Un tesoro literario que dejaba al desnudo la tragedia de sus días y de los días de toda la comunidad favelera de Canindé, en el oeste de Sao Paulo. “Era la miseria vista por quien estaba dentro de la miseria”, afirmaría más tarde Audalio Dantas, el periodista que vio en aquellos escritos una auténtica obra maestra de la literatura, por la autenticidad de los sentimientos expresados con una prosa cruda, descarnada. Para Dantas, el editor del diario de la favelera, aquella entrevista a Carolina significó el hecho más significativo de su carrera. 

carolina dos santos 2“No se puede hablar de hambre con quien nunca lo ha padecido”, dijo Carolina luego de una conferencia en la que se le solicitó opinión respecto de la pobreza, en una sala en la que los oradores eran mayormente políticos. “Sentí que estaba en la favela. Nadie me escuchaba, todos querían decir lo suyo”, sostuvo antes de abandonar el recinto. Esa era Carolina, la escritora de la favela que alzó la voz para decir que “el hambre es una invención de los que comen” o que “el mayor espectáculo del pobre es tener qué comer”.

Por lo antedicho “Quarto de Despejo” es mucho más que un retrato de la miseria y de la pobreza. Es el diario del hambre, es el testimonio en directo de todo aquello que no podemos o no queremos ver. ¿Cómo se puede pensar siquiera en escribir con el estómago vacío?, ¿Cómo se puede pensar en escribir cuando el hambre duele en el cuerpo de un hijo? Carolina no responde a estos interrogantes. Deja que sea el lector quien comprenda los motivos que impulsaron este testimonio literario sin tiempo titulado “Quarto de Despejo”. 

Carolina María de Jesús y la tragedia del hambre