viernes. 29.03.2024
Bulgaria | Valle de las Rosas

Bulgaria vota el domingo 4 de abril en unas elecciones legislativas llenas de incertidumbre que coinciden con el peor momento de la pandemia.El país se sitúa el último de Europa en vacunación y entre los que registran más mortalidad.

Las encuestas dan una victoria del primer ministro, Boiko Borisov, un populista conservador que ha liderado en tres ocasiones el Ejecutivo, pero el resultado será tan ajustado que el veterano político de 61 años necesitará otros socios para gobernar.

Los escándalos de corrupción, la crisis económica, unas reformas que nunca llegan y una gestión deficiente de la pandemia hicieron que Borisov pierda parte de su aura ante la ciudadanía.

BORISOV, EL CONTINUISMO

Con todo, el primer ministro y su formación conservadora Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) vuelven a presentarse como garantes de la estabilidad y el desarrollo, con la vista puesta en la llegada de los fondos de reconstrucción de la Unión Europea (UE).

Las encuestas otorgan al GERB alrededor del 28 % de los votos, unos cinco puntos menos que en los comicios de 2017. La oposición del Partido Socialista (BSP) lograría alrededor del 20 %, también por debajo del 27 % que consiguió en las últimas elecciones.

El lema de campaña de Borisov ha sido "Trabajo, trabajo y trabajo", y ha destacado las inversiones en infraestructuras, sanidad y educación como prioridades para un nuevo mandato al frente del país más pobre de la UE.

Las subidas en el salario mínimo, de 230 euros en 2017 hasta los actuales 325, y el aumento del sueldo medio desde 500 euros a unos 730 euros en ese mismo periodo de tiempo son datos a favor del Gobierno en medio de la incertidumbre de la pandemia.

"Borisov ofrece políticas previsibles a los votantes que no quieren cambios revolucionarios", resume para Efe el analista Parvan Simeonov.

En los últimos cuatro años Borisov gobernó con tres formaciones de extrema derecha que se han desplomado en las encuestas y sólo el partido nacionalista VMRO aspira a entrar en el Parlamento.

El pasado verano hubo durante semanas una oleada de protestas contra el Gobierno denunciando la corrupción y el trato de favor a una oligarquía económica y política con buenos contactos. Al mismo tiempo, la respuesta del Gobierno a la pandemia ha sido ineficaz, ya que sus restricciones no evitaron un crecimiento de los contagios y muertes desde otoño.

Bulgaria, con siete millones de habitantes, ha registrado más 13.000 fallecidos por la covid y en las últimas semanas se sitúa entre los cuatro con mayor mortalidad de la UE. El país está además a la cola de la UE en vacunación al haber inmunizado sólo a un 6 % de su población adulta.

LA OPOSICIÓN, FRAGMENTADA

La principal formación opositora, el Partido Socialista (BSP), no sólo no ha sabido capitalizar el descontento contra el Gobierno sino que su apoyo electoral baja también respecto a los comicios de 2017. La líder del BSP, Kornelia Ninova, ha apostado por una agenda social conservadora para hacer frente a Borisov, con la defensa de la familia tradicional como prioridad. En el pasado Ninova criticó que Bulgaria se uniera al Convenio de Estambul contra la violencia machista -que el Gobierno de Borisov no ratificó por presión de la Iglesia Ortodoxa- y manifestó su admiración por el ultranacionalista húngaro Viktor Orbán.

Gran parte de los estudiantes y profesionales jóvenes que han protestado contra el Gobierno no ven al BSP como una alternativa sino como parte del mismo sistema oligárquico que combaten. "A lo largo de estos cuatro años el Partido Socialista no logró presentarse como una alternativa auténtica", expone el politólogo Dimitar Ganev, que también destaca que la prevista baja participación castigará especialmente a esta formación.

El BSP tiene claras posiciones prorrusas como acabar con las sanciones de la UE contra Moscú y ha criticado la expulsión de ocho diplomáticos rusos desde 2019, acusados de espionaje en Bulgaria.

NUEVAS FORMACIONES

La gran irrupción electoral será la del partido Existe Tal Pueblo (ITN) una formación populista anticorrupción y antielites del personaje televisivo Slavi Trifonov, a la que se otorga alrededor del 12 % de los votos.

El Movimiento por los Derechos y las Libertades (DPS), que aglutina el voto de la minoría turca, también obtendría alrededor del 12 % y podría ser un potencial socio de Gobierno para Borisov.

Otros dos nuevos partidos que lograrían entrar en el parlamento son Bulgaria Democrática, de corte liberal, y ¡Levántate Bulgaria! ¡Mafioso Fuera!, de centroizquierda. Ambos surgen de las protestas antigubernamentales y podrían obtener hasta el 7 % de las papeletas.

Ninguna de esas tres formaciones nuevas quiere pactar con Borisov.

Con tal fragmentación política y vetos cruzados para pactar se augura una difícil formación de Gobierno. Una gran coalición entre conservadores y socialistas es rechazada por ambas formaciones.

"Estamos en una situación que se podría describir como la tormenta perfecta", describe Simeonov la difícil formación de gobierno.EFE

Elecciones legislativas entre la incertidumbre y la pandemia