sábado. 20.04.2024

Las tendencias de ciertos partidos políticos en España nos recuerdan lo que pasó en Reino Unido en 2015 y 2016, y como se legitimó de repente una dialéctica que no había sido hasta antes usada por nadie que no fuera un racista, xenófobo, homófobo, retrogrado, y misógino…y no, no estaban a la vista por aquellos entonces.

Los políticos que mostraban lo peor de la política era los menos y eran ridiculizados por la mayoría de la población, y los medios apenas les prestaban atención.

Hubo carteles en la campaña por el Brexit que se asemejan al que se usó en Madrid hace unos meses, criticando una inexistente discriminación positiva hacia los “malvados” menas.

Tras el referéndum del Brexit esos carteles y chascarrillos contra los inmigrantes pasaron a convertirse en leyes, propuestas legislativas y muros para separar y clasificar a la población.

Lo más grave es que la pequeña minoría que mostraban su verdadero rostro favorable a discriminar y excluir, se vinieron arriba por un resultado en referéndum que pensaba que justificaba y legitimaba su ideología que hasta entonces escondían y camuflaban en una cierta corrección política.

En España al tener un estado de autonomías con 17 gobiernos diferentes, ya se ha estado en los últimos años jugando con el fuego que es dar cierto escenario a los que teníamos escondidos en cavernas de las que nunca debieron salir.

El Brexit es la prueba concreta de que jugar con decisiones a largo plazo basadas en ciertas ideologías tiene un impacto grave en la economía, en el futuro del país, en las relaciones con terceros países, y en los salarios y sectores productivos…por mucho que los negacionistas del Brexit achaquen la situación actual a otros motivos.

El caos actual del gobierno de Boris Johnson es derivado de aquel 23 de junio de 2016.

Boris llegó al gobierno tras dejar que Theresa May se quemara como Prime Minister durante la decisión de como ejecutar la salida de la UE. Esperó desde la barrera, echando leña al fuego según le convenía y prometiendo que salir a las bravas daría rédito al país.

La arrogancia, la falta de tener en cuenta otras posturas, las mentiras rotundas que se repiten, así como basar todas las decisiones en una pretendida libertad arrebatada por la UE, se asemejan en muchas ocasiones a las barbaridades que ciertos políticos en España han tomado como consigna en los últimos tiempos.

Hubo un partido al que evito mencionar que hablaba de la posibilidad de un Spexit.

Un Spexit que se basaba como en Reino Unido en banderas para tapar huecos, crisis, y cualquier problema en el país.

La salida de España de la UE se basaría en tener más libertad… ¿para qué? ¿Para retirar derechos a trabajadores o sectores desfavorecidos? ¿Para atacar a menas? ¿Para hacer manifestaciones anti ciertos colectivos a sus anchas por una capital que una vez fue moderna en vez de casposa?

Quizás tengan algún cerebrito en su partido que quiera que España salga para liderar industrialmente fuera del yugo de la UE…pero eso ya lo hemos visto y estamos viendo que un país como Reino Unido con proclamas parecidas, ahora se enfrenta a que muchos lideres en diferentes industrias están diciendo que la vida fuera de la UE no es tan de color de rosa, y los clientes que iban a llover desde el Pacifico no llegan mientras que los de Europa han sido diezmados.

Y todo esto no se ha confirmado vía rumores, ni historias de terror, sino con datos estadísticos, hechos y supermercados con falta de productos, trabajadores y camiones parados.

Los patriotas que arreglan a golpe de bandera y anhelan España fuera de la UE, anhelan una España caciquil y que recorte derechos, salarios mínimos, y traigan una peseta de vuelta que puedan imprimir según les venga en falta, y sumarse a Reino Unido como “reinos independientes y soberanos”.

Para tapar el Brexit se usa la COVID, y el negacionismo de las vacunas en Reino Unido lleva a que el 23 de octubre, por ejemplo, sea el segundo país con mayor número de infecciones en un solo día en el mundo. España estaría igual con estos populismos, con mucha libertad para tomar copas y no llevar mascarilla y con 200 muertos diarios.

Cuando los lideres no dan importancia a la COVID se para el ritmo de vacunación como ha sucedido en el país liderado por Boris Johnson, que en la reunión de Naciones Unidas se pasea sin mascarilla y dándose la mano con el ministro de sanidad de Brasil…que acaba de dar positivo en coronavirus…

Podemos reírnos de las ocurrencias de estos lideres mundiales mientras sus colegas en nuestro país intentan implantar desgobiernos parecidos. Allí donde tienen poder de influencia ya han logrado que el negacionismo suba y algunos sigan hablando del Spexit.

¿Se imaginan que los productos agrícolas españoles no pudieran entrar en el mercado europeo como lo hacen en la actualidad, con total libertad?

Si quieren saber que pasaría, solo hay que ver el efecto en estos sectores en Reino Unido y como están sufriendo la perdida del mercado europeo, con las alternativas de mercados menores a miles de kilómetros. El cordero, la pesca, el queso, y la agricultura que sufre la perdida de mano de obra pierden producción y ventas a diario, y se traduce en un debilitamiento de un sector importante de su economía.

¿Se imaginan que tras la crisis de 2009 los más de 1 millón de jóvenes españoles que emigraron principalmente a otros países europeos, no hubieran podido moverse libremente, o no pudiéramos acoger a los cientos de miles de ciudadanos escandinavos, alemanes, holandeses sin mirar dos veces por cuanto tiempo vienen a nuestra costa, sin un visado de por medio?

Finalmente yo prefiero que las manifestaciones xenófobas, y homófobas de momento no se extiendan por la geografía nacional y que allá donde se permiten la población con dos dedos de frente recapaciten y se planteen si merece la pena ser cómplices de esta banda del Spexit.

El Brexit como aviso de las consecuencias de los populismos que vienen