viernes. 19.04.2024
sub-buzz-24873-1500326594-1

@jgonzalezok / @gab2301 | El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, llega al segundo turno de las elecciones del domingo (30) liderando en todas as encuestas, aunque por un margen pequeño, y fortalecido por un frente amplio en defensa de la democracia. En los 28 días que separaron el primero y segundo turno, Lula reunió el apoyo de sectores políticos de centro, incluyendo los candidatos que quedaron en tercero y cuarto lugares. El presidente Jair Bolsonaro, por su parte, aprovechó esto intervalo para abrir las arcas públicas y usar a fondo la máquina del estado en favor de su campaña electoral.

La última encuesta del instituto Datafolha indica que Lula tiene el 49% dos votos y Bolsonaro el 45%. Blancos y nulos suman 5% y los indecisos son el 2%. Al fin de la campaña más tensa, violenta y radicalizada desde la primera elección post dictadura, en 1989, los dos candidatos se enfrentaron en la noche del viernes en el último y decisivo debate en TV Globo (Ver recuadro).

La candidatura de Lula se vio reforzada con el apoyo de sectores políticos que hasta el 2 de octubre, fecha de la primera vuelta, eran adversarios. “Nuestro gobierno no será un gobierno del PT, sino de todos los que nos apoyan”, dijo en los últimos días Lula. Y añadió que si fuera electo oirá las demandas del pueblo y no gobernará como si “fuera el dueño del país”, estilo de gestión que atribuyó a Bolsonaro.

Lula reunió el apoyo de sectores políticos de centro, incluyendo los candidatos que quedaron en tercero y cuarto lugares

Al enfatizar a importancia del dialogo con los contrarios, citó una frase adaptada del pedagogo Paulo Freire, afirmando que es preciso “reunir a los divergentes para vencer a los antagónicos”. El primer gesto en esta dirección fue la elección de su compañero de fórmula, Geraldo Alkmin, un tradicional político de centro, con transito fácil entre las élites empresariales.

En los últimos días el apoyo más importante vino de una mujer, la senadora Simone Tebet, de centroderecha, que quedó en tercer lugar en la primera vuelta. Ligada familiarmente al agronegocio, Tebet defiende la compatibilidad de dicha actividad con la defensa del medio ambiente. Su figura política adquirió una dimensión mucho más allá del 4,2 % de los votos que sacó en la primera vuelta. A partir de anunciar su apoyo a la candidatura de Lula se sumó activamente a la campaña, compartiendo actos con el candidato y aportando ideas, que el ex presidente ya acordó sumar a su gobierno. Ciro Gomes (centroizquierda), cuarto colocado, también declaró su apoyo a Lula, pero sin sumarse activamente a la campaña.

Lula se reconcilió con la que fuera su ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, una referencia mundial en la defensa de la Amazonía y demás biomas. Marina, al lado de Tebet, fue un importante refuerzo para la campaña. Los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso y José Sarney también pidieron el voto para Lula, lo mismo que los economistas que idearon el Plan Real, de estabilización y reformas económicas que logró doblegar la inflación en la década del 90. Y hasta tuvo apoyos de ex integrantes del Supremo Tribunal Federal, en su momento muy críticos con los casos de corrupción en los primeros gobiernos de Lula.

Lula citó una frase adaptada del pedagogo Paulo Freire, afirmando que es preciso “reunir a los divergentes para vencer a los antagónicos”

Justo antes del último debate, este viernes, Lula divulgó otro documento donde se compromete con la responsabilidad fiscal, como complemento a la responsabilidad social y el desarrollo sostenible. El documento se llama Carta Para el Brasil de Mañana y tiene 13 puntos, un guiño al número con que se identifica su candidatura, siendo el de Bolsonaro el 22. Las propuestas son las que viene divulgando en la campaña, con el aporte de sus nuevos aliados.

Por el contrario, Bolsonaro no pudo sumar sectores o figuras importantes. Y no parece haber conseguido aumentar su base electoral a pesar de haber puesto toda la máquina del Estado a su servicio. Asaltó las arcas públicas con fines clientelísticos, dando beneficios insostenibles en el tiempo e incompatibles con sus ideas. Descubrió a los pobres y ahora les promete el oro y el moro, como aumentar el salario mínimo por encima de la inflación, después de tenerlo congelado durante los cuatro años de su mandato.

Al día siguiente de la primera vuelta, decidió adelantar el pago del programa Auxilio Brasil, para ser cobrado antes del segundo turno. Inmediatamente anunció bajada de interés para pequeños empresarios, descuento de deudas con descuentos de hasta el 90 %; auxilio para camioneros y taxistas, de reconocida militancia bolsonarista; vendrían después créditos para quienes reciben el programa social conocido como Auxilio Brasil y créditos a mujeres. Como no era suficiente, hizo promesas a la región del Nordeste, donde más fuerte está Lula, y después de declaraciones en las que relacionaba la baja tasa de educación de la región con los votos para su adversario.

Bolsonaro no pudo sumar sectores o figuras importantes. Y no parece haber conseguido aumentar su base electoral a pesar de haber puesto las arcas públicas con fines clientelísticos

Otros errores parecen pasarle factura. A una semana exacta de la vuelta a las urnas, el ex diputado Roberto Jefferson, aliado de la primera hora de Bolsonaro, protagonizó un episodio gravísimo, al recibir a tiros a los policías que lo iban a detener. Jefferson tenía un arsenal en su casa, estaba en prisión domiciliar y es investigado por atentar contra la democracia. El acto criminal de su aliado fue considerado un desastre por la campaña bolsonarista.

Horas después la campaña bolsonarista hizo la denuncia de que radios del nordeste del país no habrían emitido los espacios electorales gratuitos de su campaña. Motivo por el cual uno de los hijos del presidente habló de la necesidad de retrasar las elecciones. El juez Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Supremo Electoral, archivó la denuncia ante la falta de cualquier indicio mínimo de prueba. Los documentos -basados en un informe de una empresa que no está especializada en auditorías- no aportaban datos, indicios ni circunstancias. El magistrado determinó también que los autores de la denuncia fueran investigados por posible crimen electoral, por perturbar y tumultuar el segundo turno de las elecciones. Estableciendo que el caso sea contemplado dentro de la investigación sobre milicias digitales que actúan contra la democracia.

Este domingo (30) los brasileños serán protagonistas de la elección más trascendental de las últimas décadas, después de cuatro años en los que el actual presidente sometió a las instituciones a un desgaste inusitado, amenazando los fundamentos de la democracia. El uso partidario de las Fuerzas Armadas, los ataques a la independencia del Poder Judicial, el deterioro de todos los organismos de control y la imposición de un agenda basada en el extremismo religioso, son algunas de las cuestiones que se ponen en juego.


EL DEBATE

Casi dos horas y media duró el segundo debate entre Lula y Bolsonaro en la noche de este viernes en la red Globo de TV. Dividido en cinco bloques, dos de ellos fueron de media hora cada uno, con el tiempo dividido en 15 minutos para que cada candidato lo usara como quisiera, haciendo preguntas o presentando sus propuestas. La realidad es que hubo poco tiempo para las ideas y lo que más se escuchó, de uno y otro lado, fue la acusación de mentir. Especialmente por parte de Bolsonaro, que insistía en decir “para de mentir, Lula”. Éste, por su parte, insistió en varias ocasiones en pedir perdón a la audiencia por el bajo nivel del debate, dada la falta de respuestas y propuestas del actual presidente.

El debate/combate fue ganado por Lula a los puntos. Debería ser suficiente para asegurar su victoria el próximo domingo

Bolsonaro estuvo a la defensiva cuando se trató de economía y políticas sociales, atacando en los temas de costumbres y la agenda conservadora, como el aborto. En determinado momento intentó provocar a Lula como en el primer debate, en que le pidió que se quedase cerca de él y le tomó por el hombro, ante la incomodidad de su adversario. En este segundo debate Bolsonaro le dijo a Lula en determinado momento: “Quédate aquí, chaval (Fica aquí, rapaz)”, encontrando como respuesta “no quiero estar cerca de ti”. Bolsonaro incluso cometió un error en sus consideraciones finales, lanzando su candidatura a diputado federal, en vez de presidente. Lula, con ventaja en las encuestas, tenía como principal objetivo evitar un error grave, cosa que consiguió. Los analistas políticos coincidieron en que el debate/combate fue ganado por Lula a los puntos. Debería ser suficiente para asegurar su victoria el próximo domingo, teniendo en cuenta que está al frente en las encuestas. Pero ninguna elección se gana hasta que se cuentan todos los votos.

Lula llega fortalecido con el apoyo de un frente amplio