jueves. 25.04.2024

El líder progresista chileno, Gabriel Boric, se convirtió este 11 de Marzo de 2022, en el sexto presidente de Chile desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y protagonizó la octava investidura en 32 años, lo que da una idea de lo complicado que es gobernar en el Palacio de la Moneda.

Solo el dignatario saliente, Sebastián Piñera, y su predecesora, Michelle Bachelet, la primera jefa de Estado, acumularon dos mandatos durante este periodo considerado por algunos expertos como de transición hacia la democracia.

Ex diputado y originario de la austral región de Magallanes, líder de las revueltas estudiantiles a inicios de la década pasada y activista de los movimientos sociales, Boric llega a La Moneda con 36 años y en un contexto de cambios profundos para la sociedad chilena, cristalizado en la redacción de la nueva Constitución que será sometida a plebiscito este año.

A diferencia de distintos gobiernos surgidos desde 1990 en adelante, la colación que lidera, bautizada "Apruebo Dignidad -y que incluye el Frente Amplio y el Partido Comunista, se basa en un programa de "cambios estructurales" con un modelo de bienestar parecido al europeo en el horizonte y y fuertes críticas a la economía ultraliberal mantenida por diversas administraciones.

"Vamos a dar lo mejor de nosotros mismos para estar a la altura de los desafíos que tenemos como país", dijo Boric en unas breves declaraciones a la salida del Congreso, donde en una solemne ceremonia recibió la banda presidencial y prestó juramento.

La elaboración de la nueva Carta Fundamental no es, no obstante, el único elemento que distingue la apertura de este ciclo presidencial: se trata también del primer gobierno que llega por fuera de los dos grandes bloques que se han repartido el poder durante los últimos 30 años y que se asume como "heredero" del proceso iniciado por el líder de la izquierda Salvador Allende, al que el Ejercito, en colaboración con EEUU, le arrebató el poder en 1973.

Por otro lado, también de manera inédita, la médica Izkia Siches llega a la cabeza del ministerio del Interior y Seguridad Pública como la primera mujer en la historia del país en ocupar el cargo, líder además del comité político del Gobierno con un gabinete compuesto mayoritariamente por mujeres.Una de ellas porta, además, un simbolismo político de gran relevancia: al frente del ministerio de Defensa estará Maya Fernández, nieta de Allende.

SEXTO PRESIDENTE DESDE PINOCHET

Así, Boric se transforma en el nuevo jefe de Estado chileno después de Patricio Aylwin (1990-1994), Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), Ricardo Lagos (2000-2006), Michelle Bachelet (2006-2010 / 2014-2018) y Sebastián Piñera (2010-2014 / 2018-2022).

Para muchos expertos, el proceso constituyente y la llegada al Gobierno de una coalición joven (el Frente Amplio fue fundado en 2017) son elementos que hablan del principio del "fin de la transición" postdictadura,

Un hito que llega en medio de complejos desafíos para Boric como la crisis migratoria sin precedentes en el norte, violencia rural intensa en la zona sur y una economía golpeada por la pandemia y presionada por históricos índices inflacionarios.

Minutos antes de la ceremonia, en la que Boric ha dejado esa impronta de nuevos tiempos con numerosos guiños -como el hecho de no vestir corbata, apelar a los pueblos indígenas, confiar en unas costureras revolucionarias para su banda-, la portavoz de su gobierno, Camila Vallejo, ya dejó claro cuales iban a ser sus prioridades.

En declaraciones a Efe, Vallejo, una de las personas más cercanas al nuevo presidente, la portavoz del nuevo Gobierno chileno, aseguró que la misión de éste será promover transformaciones profundas en la sociedad chilena para avanzar hacia la igualdad y los derechos.

"Es un cambio de mando ciudadano, un día para nosotros muy importante, histórico, estamos en medio de un proceso constituyente además, y un gobierno que plantea esas transformaciones profundas, paso a paso, pero profundas", subrayó.

"Porque lo necesitamos para reconstruir vínculos que se han ido perdiendo en nuestra sociedad. Falta de derechos, falta de garantías, de certidumbre, de seguridad, de justicia e igualdad muy contentos con este gobierno feminista que tiene grandes tareas", explicó.

Su compañera en el Ejecutivo, la nueva ministra de Exteriores de Chile, Antonia Urrejola, aseguró, por su parte, que el gabinete quiere representar a una nueva izquierda en América Latina, alejada de los viejos regímenes que usan esta misma denominación.

"Una nueva izquierda con una mirada moderna, una mirada joven, una mirada democrática, representada en los derechos humanos y la política feminista", agregó.

La vicepresidenta del gobierno español, Yolanda Díaz, felicitó hoy al nuevo presidente de Chile, y aseguró que su llegada al Palacio de La Moneda abre las puertas a un nuevo futuro y "puede suponer un impulso para en relaciones, tanto para España como para el resto del mundo".

En declaraciones a Efe desde la ciudad costera chilena de Valparaíso, donde este viernes tuvo lugar la ceremonia solemne de investidura, Díaz se congratuló de la llegada al Ejecutivo de un proyecto que auna ecologismo, feminismo y economía social.

"Acabamos de vivir un momento muy emocionante para la historia de Chile y del mundo, la historia se reconcilia con Chile y abre las puertas a un nuevo futuro. Un proyecto de país amplio, feminista, con mayoría de mujeres, plural, ecologista, que da el protagonismo a los jóvenes", subrayó. Un gobierno "ambicioso para los más y las más importantes: los chilenos y las chilenas, con esa ciudadanía en el centro para caminar""Su suerte será nuestra suerte, toda la fuerza para Boric y adelante", dijo a la salida de la ceremonia, a la que acudió junto al rey de España, Felipe VI, el presidente del Senado español, Ander Gil, y la ministra de Igualdad, Irene Montero.

"Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí, prometo", proclamó el exlíder estudiantil cuando asumió el cargo en un inédito guiño a los pueblos originarios, que representan el 13 % de la población del país.

El nuevo presidente del Senado, el socialista Álvaro Elizalde, le impuso la banda presidencial a un Boric, visiblemente emocionado y que acudió a la investidura acompañado por su pareja, Irina Karamanos, tras desayunar horas antes con unos dirigentes sociales.

Posteriormente, se subió a un Ford Galaxy descapotable, conducido por una agente de Carabineros, en otra señal inequívoca de que el feminismo será un eje central de su Gobierno, el primero del continente con más mujeres que hombres. En el automóvil le acompañaba además la nueva ministra del Interior, Izkia Siches, la primera mujer en la historia chilena en ocupar dicha cartera. El gobernante se bajó  tras recorrer unos metros para saludar a la gente que le esperaba fuera del perímetro de seguridad y partió para la vecina Viña del Mar para almorzar con las delegaciones internacionales.

"Es un cambio de mando ciudadano, un día histórico. Estamos en medio de un proceso constituyente y (este es) un Gobierno que plantea transformaciones profundas, paso a paso, pero profundas", subrayó la portavoz del Gobierno, Camila Vallejo. 

Defensor del proceso constituyente en el que está inmerso el país para enterrar la actual Constitución, heredada de la dictadura y de corte neoliberal, Boric ha prometido una profunda agenda de reformas para construir un modelo parecido al europeo.

"NUEVA IZQUIERDA"

A la toma de posesión acudieron los presidentes de Perú, Ecuador, Uruguay, Argentina, República Dominica, Paraguay y Bolivia, mientras que Estados Unidos, en plena guerra de Ucrania, envió a su encargada para las pequeñas y medianas empresas, 

"Chile es un país tradicionalmente hermano de buenas relaciones con Ecuador desde siempre y teníamos que estar presentes para felicitar al presidente Boric y desearle mucho éxito en su gestión", indicó el mandatario ecuatoriano, Guillermo Lasso.

Además de las delegaciones internacionales, Boric extendió invitaciones personales a un puñado de personalidades nacionales e internacionales, entre las que se estaba Gustavo Gativa, el joven que se quedó ciego en la ola de protestas de 2019 y se convirtió en todo un símbolo de la violencia policial. También acudió a la ceremonia la escritora nicaragüense Gioconda Belli, una de las principales opositoras al régimen de Daniel Ortega. "Tengo enorme esperanza que esta nueva izquierda se convierta en una nueva alternativa en América Latina", indicó la antigua guerrillera sandinista.

Belli fue una de las invitadas personales a su toma de posesión, junto a otros referentes de la izquierda latinoamericana como el candidato presencial colombiano Gustavo Petro, la expresidenta brasileña Dilma Rousseff o el exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera.

Entre los presidentes que acudieron este viernes a la investidura en el Congreso chileno, ubicado en la costera Valparaíso, a 120 al kilómetros al este de Santiago, estaba el peruano Pedro Castillo, quien calificó a Boric de "hermano".

"Que no solamente nos una la historia de nuestros pueblos, sino los compromisos y los desafíos y, en ese marco, queremos decirle que cuente con nuestro respaldo", dijo Castillo tras la investidura.

Quien también habló con los medios tras la ceremonia fue el argentino Alberto Fernández, que reconoció tener "la mejor expectativa" sobre Boric, cuya llegada al palacio presidencial La Moneda supone "un gran impulso" para América Latina, dijo.

"Los chilenos hoy deben estar muy felices, porque han vivido momentos de mucha conmoción social y han resuelto la discusión respetando la institucionalizad y eso es un mérito (...) Habla bien de la calidad democrática del país", agregó.

Con 36 años, Boric será también el primer mandatario que no forma parte de los dos bloques de centro que gobernaron el país desde el retorno a la democracia y encabezará el primer Gobierno en Chile con más mujeres que hombres y el más izquierdista desde el derrocado Salvador Allende.

Crítico del modelo neoliberal instalado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), el exdiputado promete una profunda agenda de cambios para ampliar el papel del estado en la provisión de servicios básicos y construir un estado del bienestar similar al europeo, con acento ecologista, feminista y regionalista. 

"Felicitamos al nuevo presidente Boric y al pueblo de Chile, con el que compartimos una larga historia de lucha y resistencia latinoamericana. Tenemos la certeza que su investidura permitirá fortalecer nuestros lazos de hermandad, creando más puentes de integración", indicó por su parte en Twitter el gobernante boliviano, Luis Arce.

No fueron invitados, sin embargo, los mandatarios de Nicaragua y Venezuela, con los que Boric ha marcado distancia desde que se embarcó en la carrera presidencial  y ha criticado en reiteradas ocasiones.

El nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo este viernes que su Gobierno promoverá "siempre" y "en todo lugar" el respeto a los derechos humanos "sin importar el color del gobierno que los vulnere".

Boric, que con 36 años es el gobernante más joven de la historia chilena, pidió también a sus pares latinoamericanos promover la integración regional y prometió que desde Chile se harán "esfuerzos para que la voz del sur se vuelva a escuchar firme en un mundo cambiante".

"Practicaremos la autonomía política en el ámbito internacional sin subordinarnos a ninguna potencia", aseguró ante miles de simpatizantes, que en algún momento durante el discurso le interrumpieron al grito de "¡Boric, amigo, el pueblo está contigo!".

Bregado en las luchas estudiantiles y crítico del modelo neoliberal instalado durante la dictadura militar, Boric dijo que es necesario "redistribuir" la riqueza en Chile, uno de los países más desiguales de la región y donde miles de personas salieron en masa a manifestarse en 2019 a favor de un modelo más justo.

"Cuando la riqueza se concentra solo en unos pocos, la paz es muy difícil", afirmó en un emotivo discurso.

Consciente de que no lo tendrá fácil para llevar a cabo su amplia agenda de reformas con un Parlamento muy fragmentado, el exdiputado por la austral Magallanes, señaló que su gobierno "no se agota en sus adherentes" y que tratará de buscar acuerdos transversales.

"Tenemos que abrazarnos como sociedad, volver a quereros, volver a sonreír (...) que este sea el gobierno del pueblo y ustedes lo sientan como su gobierno (...) y para eso nos vamos a necesitar todos, gobierno y oposición, empresarios y movimientos sociales", apuntó.

Boric, que en su discurso hizo alusiones al derrocado Salvador Allende. Liderará además el primer gabinete con más mujeres que hombres del continente y ha primetido que el la lucha feminista será un eje fundamental de su gobierno.

"Quiero que sepan que no llegamos aquí solo para llenar cargos, para generar distancias inalcanzables, sino para entregarnos en cuerpo y alma al compromiso de hacer mejor nuestra patria", proclamó desde un balcón del capitalino Palacio de La Moneda, sede de Gobierno.

Entre ovaciones y al son de “El pueblo unido jamás será vencido” y “Chile despertó”, miles de personas escucharon la intervención, un evento mucho más informal y cercano que la tradicional ceremonia de la mañana, en la que prestó juramento y recibió la banda presidencial de la mano de su antecesor Sebastián Piñera.

Junto a las banderas afines a Boric, el público también ondeaba telas de otros colectivos minoritarios: de los indígenas mapuches -que representan el 7 % de la población-, el movimiento feminista o la comunidad de la diversidad sexual.

"El pueblo de Chile es protagónico (protagonista) en este proceso. No estaríamos aquí sin sus movilizaciones", señaló Boric durante su intervención, cargada de gestos hacia el feminismo, el ecologismo, economía social o diversidad.

Para la politóloga de la Universidad de Chile, Daniela Campos, este primer discurso ha sido "muy emotivo y cargado de simbolismo"."Habló de las mujeres, de las disidencias, de los pueblos imaginarios. Le dio mucho protagonismo al pueblo, pero también les advirtió de alguna manera que no podrá hacer todo en su mandato"

"Hemos visto una toma de mando nueva, con mucha participación, menos acartonada, sin corbatas. Me parece interesante esta mezcla y cómo Boric va a modernizar las instituciones con componente popular”, puntualizó Julieta Suárez-Cao, de la Universidad Católica y Red de Politólogas.

GUIÑOS A ALLENDE

Una vez más, el presidente citó al socialista Salvador Allende, que en 1973 y en el mismo palacio desde donde Boric ofrecía su discurso, fue derrocado durante un bombardeo que marcó el inicio de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

"Adelante siempre, sabiendo que pronto se abrirán las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre, para construir una sociedad mejor", señaló más de medio siglo después de que Allende pronunciara las mismas palabras.

Este no fue el único gesto al expresidente socialista: antes de ingresar a La Moneda, Boric visitó y saludó la estatua que hay a las puertas del palacio, levantada en su honor, en un gesto de homenaje.

El mandatario también puso en relieve a otros líderes chilenos como Eduardo Frei Montalva (1964-1970), Patricio Aylwin (1990-1994) o Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018).

“EL PRESIDENTE DEL CAMBIO”

Boric, que lidera una alianza entre el Partido Comunista y el Frente Amplio, trae bajo el brazo una amplia agenda social y, según los expertos, encarna los anhelos de quienes salieron a las calles en 2019 para reclamar más derechos sociales, mejor educación y salud.

“Toda mi esperanza, presidente”, reza el cartel de Gladys Ovalle, una jubilada de la primera línea de público.

“Estamos aquí porque Chile va a cambiar. Tiene que cambiar la educación, porque los niños se endeudan mucho para estudiar, también la salud y las pensiones”, dijo a Efe.

Moira Suyal, una indígena mapuche de 29 años, agregó por su parte que “nunca pensó que Boric fuera a pasar de líder estudiantil a presidente” en tan poco tiempo. “Estoy muy emocionada, llevamos años esperando a alguien así. Yo marché en las calles en 2011 junto a él, por una mejor educación, y ahora está liderando el país. Esto es muy emocionante. Él es el presidente del cambio”, señaló.

Boric insistió en su discurso en la idea "reparar las heridas que quedaron del estallido social", que dejó una treintena de fallecidos, miles de heridos y numerosas denuncias por violaciones a los derechos humanos hacia las fueras de seguridad.

Asimismo agregó que promoverá "siempre" el respeto a los derechos humanos "sin importar el color del gobierno que los vulnere", en una clara referencia a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El exdiputado y antiguo líder estudiantil recalcó que el cumplimiento de sus metas "no será fácil", y aclaró que será necesario e invitó a todos a apoyar su proyecto, sus defensores y detractores, "porque los ojos del mundo están mirando".

Entre los principales retos que citó figuran: el cambio climático, la crisis energética, la situación migratoria en la frontera norte o la violencia contra las mujeres y disidencias, citó.

"Cometeremos errores y lo deberemos enmendar con humildad escuchando siempre a los que piensan distintos, apoyándonos en el pueblo de Chile", manifestó.

Para los expertos, su gobierno supone el inicio de una nueva era política, puesto que es el primer presidente ajeno a los dos grandes bloques de centro que gobernaron desde el retorno a la democracia en 1990 y trae bajo el brazo una agenda de cambios profundos y la idea de instalar en Chile un estado de bienestar.

Para lograrlo, dijo rotundamente, "se necesita redistribuir la riqueza que producen quienes habitan nuestra patria".

"Mi sueño es que, cuando terminemos, podamos mirar a nuestros hijos, a nuestras hermanas, a nuestras vecinas, y sintamos que hay un país que nos protege y acoge, que nos cuida, que nos garantiza derechos", concluyó.

Boric promete "un nuevo Chile" en un histórico discurso con referencias a Allende