viernes. 19.04.2024
bolsas mortuorias argentina

Ni España ni Estados Unidos ni Francia pueden jactarse de poseer el patrimonio exclusivo de una derecha que bordea el extremo, siempre dispuesta a cargarse la democracia en pos de una “libertad” que considera amenazada. El nazifascismo neoliberal parió ese extraño y peligroso espécimen que simula ejercer su derecho a expresar su oposición a las decisiones de gobierno, cuando en realidad está amenazándolo abiertamente para dejar en claro de lo que es capaz.

Las bolsas mortuorias colocadas el pasado sábado en las rejas de la Casa Rosada durante la marcha que la oposición organizó contra el gobierno de Alberto Fernández, son una irrefutable prueba de que aquí los herederos de Videla siguen afianzándose tanto como los nostálgicos franquistas en España. Más similitudes que diferencias existen entre los militantes de VOX y los seguidores del partido que desde las sombras continúa dirigiendo Mauricio Macri, quien –dicho sea de paso- aseguró vía twitter “sentirse orgullo” por la convocatoria que reunió en Plaza de Mayo a la misma turba desbocada que desde tiempos remotos teme convertirse en Venezuela, tanto como ahora teme que se le inocule una vacuna comunista.    

Las bolsas mortuorias, rellenadas de modo que simularan contener cadáveres, llevaban etiquetas con los nombres de los dirigentes y agrupaciones oficialistas; incluso el de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Los medios del poder económico concentrado, Clarín y La Nación, replicaron las imágenes y las declaraciones rabiosas de los ex funcionarios del gobierno de Macri que celebraron el éxito de la convocatoria de manos de Patricia Bullrich, titular del Ministerio de Seguridad durante la administración Macri, responsable de represiones, torturas y del asesinato de Santiago Maldonado. Es el odio que destila la rancia derecha argentina. El mismo odio con el que sus padres y abuelos festejaron el bombardeo a la Plaza de Mayo, la masacre que –en nombre de Cristo- diseminó de muertos el corazón porteño en 1955. Es el odio potenciado por los medios del poder real, por el periodismo de guerra, por las marionetas del stablishment siempre serviles de una causa que incluye mantener en la ignorancia a los simios navajeros consumidores de criterios ajenos.

La derecha argentina no concibe su derrota y arenga a su tropa para socavar al gobierno de Alberto Fernández

La derecha argentina no concibe su derrota y arenga a su tropa para socavar al gobierno de Alberto Fernández que ahora impulsa una querella criminal por la deuda que Macri tomó con el FMI. En su discurso de apertura del período de sesiones ordinarias del Congreso, Alberto Fernández describió  con minuciosidad los detalles de la deuda ilegal tomada por el gobierno de Cambiemos; más de 44 millones de dólares que el ex presidente argentino pactó con la entonces titular del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. Préstamo que sirvió para la fuga de capitales y garantizó la campaña millonaria por la reelección de Mauricio Macri. “Es preciso determinar quiénes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales de nuestra historia", sostuvo Alberto Fernández ayer en el Congreso de la Nación.

La reacción de la derecha nostálgica de los años de plomo no se hizo esperar. “Hay que pisarlos cuando volvamos”, escribió en su cuenta de twitter Sandra Pitta, investigadora del Conicet y ferviente admiradora de Mauricio Macri. La ofensiva ya está en marcha. La derecha neofascista ya convoca una nueva manifestación contra el gobierno de Fernández.

Bolsas mortuorias: la macabra derecha argentina