martes. 23.04.2024
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Escudados detrás de la libertad de expresión, los medios de comunicación hegemónicos argentinos han ejercido una oposición salvaje contra el decreto de aislamiento social y las medidas sanitarias impuestas por el gobierno de Alberto Fernández. En la agenda de los informativos de los grupos Clarín y La Nación se impone la construcción de una realidad acorde a los intereses económicos e ideológicos de la elite dominante. El despliegue de falsedades es parte del dispositivo mediático a través del cual estos medios generan confusión respecto de la situación social, política y económica del asilamiento social. La finalidad es la reactivación de la economía, sin importar el costo en vidas. Este es el único interés por el cual los comunicadores de los medios del poder apelan a recursos que se alejan definitivamente del ejercicio periodístico.

Se trata de desinformar en tiempo real, refutar las evidencias científicas, minimizar los informes de la Organización Mundial de la Salud y sumar las intervenciones de opinólogos a contramano que consideran que la cuarentena “atenta contra la libertad".

Los incautos repiten la falacia, predispuestos por su propia ignorancia o por el odio inoculado por estos grupos de poder concentrado cuyo objetivo ahora es erosionar la imagen positiva de Alberto Fernández y garantizar esa férrea y ridícula máxima expresada por el expresidente Mauricio Macri, que en plena expansión de la pandemia del Covid-19 aseguró que el “populismo” era mucho más dañino que el coronavirus. “Que la economía siga girando es fundamental”, afirmaba ese mismo día Clarín en su editorial, sustentando la opinión de quien fue su máximo gerente durante el período 2015-2019.  

La marcha protagonizada el pasado lunes 25 de Mayo dejó postales que describen de manera significativa lo que los medios de comunicación pueden lograr mediante el fogoneo de falsedades."Dictadura", "Alberto tiene miedo" y "Basta de régimen autoritario", fueron algunas de las consignas de la marcha anti cuarentena que reunió en Plaza de Mayo a un grupo de doscientas personas que esgrimieron su sinrazón a bocajarro.

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La eficacia de los medios del poder quedó en evidencia. Los argumentos expuestos por los convocados a la protesta rayan en lo grotesco. Sin embargo estos mismos medios transcribieron en sus portadas la irracionalidad para convertirla en sentido común. "¡Alberto está usando el nuevo orden mundial para controlar la soberanía de los países!”, fue la de la respuesta de uno de los convocados. “El coronavirus es una mentira. Quieren imponer una dictadura y por eso estoy acá”.

Mientras tanto periodistas del diario La Nación instaban a recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para exigir que “el gobierno argentino devuelva la libertar”, como si la intervención del Estado –que recuperó el Ministerio de Salud degradado a Secretaría durante el macrismo- fuese un atentado a los derechos individuales.

Demás está decir que este fenómeno no ocurre sólo en Argentina. Manifestaciones similares se vienen repitiendo aún en los países con elevadas tasas de contagio y mortalidad, como Estados Unidos, España y Brasil. El pasado domingo Bolsonaro promovió una protesta a la que asistieron cientos de seguidores. La cadena O Globo auspició de difusora de este nuevo desafío del ultraderechista que considera al Covid-19 como a una simple “gripecita”. En el caso de Brasil, al reclamo de "libertad" se le sumaron las consignas contra el Supremo Tribunal Federal que le abrió a Bolsonaro una investigación por obstrucción de la justicia. Ese domingo Brasil sumó más de 16 mil nuevos contagios y 965 muertos por coronavirus.

La derecha argentina ya ha advertido sobre una nueva convocatoria en caso de prorrogarse el aislamiento social obligatorio que acaba de extenderse hasta el 7 de junio.    

La derecha anticuarentena en Argentina