viernes. 29.03.2024

El cierre de la campaña electoral de cara a las elecciones Primarias que se llevarán a cabo este domingo en Argentina, dejó al descubierto la desesperación del oficialismo por permanecer en el poder. En un acto que tuvo lugar en el microestadio de Ferrocarril Oeste, el presidente Mauricio Macri se dirigió a su reducida militancia utilizando los recursos de una oratoria vacía pero aguerrida.

Ante la ausencia de propuestas y el incumplimiento de las promesas que lo convirtieron en presidente en 2015, Macri recordó una obra fluvial de su paso como Jefe de Gobierno porteño. De esta manera el presidente argentino pretendió demostrar que, aunque de esto hayan pasado ya muchos años, cierta vez realizó una obra. El corolario de este pasaje de su discurso se tradujo en un grito desaforado que repitió para el deleite -o quizás la vergüenza ajena- de quienes tienen la obligación de aplaudirlo: “¡No se inunda más! ¡No se inunda más, carajo!”. A lo que inmediatamente agregó: “Sorry por lo de carajo”.

Según el diario Clarín, Macri le puso “épica” al cierre de campaña; una épica que gran parte de los televidentes que presenciaron el acto interpretaron como imbecilidad; más aún cuando el primer mandatario, eufórico por sus propias incongruencias, anunció: “Hago el Topo Gigio, como Riquelme



A tres días de las Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias el oficialismo ve con gran preocupación la posibilidad de una derrota, ya que la totalidad de las consultoras estiman triunfadora a la fórmula del Frente con Todos, encabezada por Alberto Fernández. La estrategia de la derecha neoliberal argentina, llamada ahora “Juntos por el Cambio”, es promover el miedo del elector indeciso. El mensaje es claro: “Los argentinos no queremos volver al pasado”, sostiene el oficialismo, convencido de que el electorado confiará nuevamente en las frases del manual de autoayuda en las que está inspirada la campaña oficial: “Juntos cruzaremos el río”.

Lo cierto es que durante el cierre de campaña en la capital argentina, el presidente solo pudo rescatar para su discurso una obra que realizó en 2007 como Jefe de Gobierno Porteño para intentar contrarrestar el desastre económico, social e institucional que dejará cuando culmine su mandato.

Cuando la imbecilidad es épica