viernes. 29.03.2024
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La llegada de Mauricio Macri a la presidencia argentina produjo un enorme retroceso en política migratoria; tanto es así que una de las prioridades del oficialismo fue el endurecimiento de las leyes de inmigración que trajo como consecuencia la vulneración de derechos adquiridos y el fomento de una retórica xenófoba alineada con la que caracteriza los discursos de Trump y Bolsonaro.

La semana pasada Amnistía Internacional presentó ante la ONU un informe en el que revela su “preocupación por las medidas regresivas” que Argentina experimentó en los últimos cuatro años, en detrimento de cientos de inmigrantes de países limítrofes que residen en Buenos Aires.

“Hay que echarlos a patadas”, sostenía en 2016 el ahora candidato a la vicepresidencia por el oficialismo, Miguel Ángel Pichetto. “Los inmigrantes llegan al país y al día siguiente ya tienen un plan social”, “las cárceles están llenas de delincuentes extranjeros”

La Ley Nacional de Migraciones sancionada en Argentina hace quince años fue un modelo para muchos países del mundo e inspiró reformas en la región. Sin embargo en el transcurso del gobierno de Cambiemos el cambio en este sentido fue exponencial, y se manifestó en la regresión de la normativa migratoria, en la separación familiar, en el aumento de las barreras y dificultades para la regularización, y en el incremento de casos de discriminación y xenofobia.

aarggLa preocupación de Amnistía Internacional llegó al Comité para los Trabajadores Migratorios de Naciones Unidas (CTM) que durante el próximo mes de septiembre se reunirá en Ginebra. El informe de la entidad no gubernamental considera que la modificación de la Ley de Migraciones habilitó las llamadas “deportaciones exprés” y creó trabas al acceso a la defensa oficial, lo que provocó el aumento del número de expulsiones en procesos en los que no solo se vulneran las garantías sino que además se viola el derecho a la unidad familiar.

Atento al significativo cambio sociocultural experimentado por Argentina desde la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada, el informe hace hincapié en el discurso que caracterizó el proceso de gobierno que se inició en diciembre de 2015. “Hay que echarlos a patadas”, sostenía en 2016 el ahora candidato a la vicepresidencia por el oficialismo, Miguel Ángel Pichetto. “Los inmigrantes llegan al país y al día siguiente ya tienen un plan social”, “las cárceles están llenas de delincuentes extranjeros”, “Argentina es un país totalmente generoso, estúpido e ingenuo”. “A Argentina solo vienen vagos y delincuentes”, son algunas de las declaraciones oficiales desprendidas de discursos encendidos a través de los cuales Cambiemos y su equipo dejó en claro su postura respecto del “tema inmigración”.  Pero buceando en los perfiles públicos de estos funcionarios sobran las razones para entender que no están refiriéndose a la inmigración sino dejando al descubierto su extrema postura ideológica.

Desde Amnistía Internacional denuncian que las medidas del gobierno argentino son un claro retroceso y una violación de derechos fundamentales

Amnistía Internacional tomó nota de los xenófobos discursos del oficialismo y desmintió con datos estadísticos cada uno de los lugares comunes que caracterizan el relato del gobierno. Las cárceles no están llenas de delincuentes extranjeros y a la Argentina no vienen “vagos y delincuentes” sino familias dispuestas a trabajar.

La preocupación de la entidad que presentará el informe en detalle en Ginebra también se centra en el incremento de la persecución policial y judicial hacia manteros senegaleses en la capital argentina. En este aspecto sobran ejemplos de operativos en la vía pública que han terminado en episodios de extrema violencia, malos tratos, abuso de fuerza y detenciones arbitrarias.

Desde Amnistía Internacional denuncian que las medidas del gobierno argentino son un claro retroceso y una violación de derechos fundamentales. Ni el presidente argentino ni miembros de su gabinete han hecho ninguna declaración respecto de esta seria denuncia.

Malos Aires