viernes. 19.04.2024

Después de veinte años de intervención norteamericana en Afganistán, el 31 de agosto se retiran las tropas al igual que las de  muchos otros países de la OTAN dejando el país de nuevo en manos de los talibanes.

Estos “hombres barbudos, fanáticos y violentos”, como  relato en el libro Los Sueños de Nassima  (Ed La Galera) están eufóricos. Relatan en vídeos que difunden por todo el mundo que ocupan grandes porcentajes del país. Y numerosas familias huyen de la llegada de estos hombres a sus pueblos. Comienza de nuevo una nueva salida de refugiados.

No sería de extrañar que acaben conquistando Kabul, la capital y formando gobierno. A partir de ahí volverán los burkas para las mujeres y las armas para los hombres. No habrá servido de nada veinte años de intervención militar de occidente ni los millones y millones de dólares gastados. De momento sólo quedarán tropas turcas que vigilarán el aeropuerto de Kabul, pero no se sabe hasta cuándo.

Entre las filas de los que ahora quieren reconquistar el país están los talibanes pero también miembros de Estado Islámico y es muy difícil saber cuántos hay de cada lado y quién se apoya en quién.

Como propaganda pura y dura dicen querer pactar con el Gobierno de Kabul, presidido por un afgano con pasaporte norteamericano, Ashraf Gani, aunque eso es falso.

”No queremos guerra, queremos una solución política” dijo recientemente el representante de los talibanes en Catar. También afirman que respetarán los derechos de las mujeres, pero si alguien tiene memoria tendrá que recordar cómo estos mismos hombres tenían encerradas a las mujeres en casa, sólo podían salir a la calle con marido o padre, tapadas con un burka, no podían estudiar, ni cantar, ni ver la televisión y no podían ir a hospitales donde hubiese hombres. La policía “vicio y virtud” sigue funcionando a día de hoy en las zonas controladas por los talibanes.

Vuelta al pasado.

Las cifras dicen que el número de menores que van a la escuela ha pasado de 0, 9 millones en 2001 a 9,2 millones en 2017 de los cuales un 39% son niñas.

Ningún observador internacional piensa que los talibanes harían otra cosa que repetir lo que ya hicieron. Es un volver a empezar.

Eso sí, para no repetir la imagen de los americanos saliendo precipitadamente de Saigón (Guerra de Vietnam), esta vez lo han hecho con nocturnidad. No quieren que se les juzgue como perdedores, pero la realidad es que 20 años de ocupación han servido para poco.

Como ejemplo de la situación actual, podemos citar un informe de Human Right Watch en donde relata que en junio de este año los talibanes entraron en varios pueblos de la zona de Kunduz saqueando e incendiando viviendas. Unas 400 familias tuvieron que huir.

Mientras tanto mujeres de la provincia de Ghor, al norte del país salían a la calle a manifestarse, no quieren volver a vivir asustadas y atemorizadas como en años anteriores. Algunas, pocas de momento, están dispuestas a defender su libertad portando armas e integrándose en el Ejército afgano sabiendo que no hay nada peor para un talibán que ser asesinado por una mujer. Y no hay nada peor para una mujer que ser gobernada por un talibán.

Eso significa que, tras los soldados americanos, dejarán el país, organizaciones de derechos humanos y periodistas porque sin el apoyo de las tropas de Occidente, poca o nula  protección de las tropas afganas recibirán ya que son bastante mediocres.

De momento miles de personas re reúnen a diario ante la oficina de pasaportes para huir del país. Según la BBC, militares afganos que están lejos de las grandes ciudades se rinden ante los talibanes a cambio de comida y agua.

Estamos ante un estado fallido en donde cualquier cosa puede pasar. Sus países vecinos, de momento, tiemblan. No olvidemos que estamos en un país en donde no ha habido paz desde la invasión soviética de 1979.

Mientras tanto, recibíamos la noticia de que el pasado mes de junio fallecía  Danish Siddiqui, premio Pulitzer de Fotografía,  cerca de un cruce fronterizo con Pakistán, según ha comunicado un comandante afgano a Reuters. Ha sido el primero tras la retirada pero habrán más. Comienzan a fulminar a los testigos incómodos

Y por si esto fuese poco, Francia ha comenzado a anunciar su repliegue militar parcial en el Sahel donde está desde hace ocho años. Macron, sutilmente habla de “reconfiguración de la presencia” pero eso no es ni más ni menos que se va. Que se retiran y dejan paso libre a los yihaidistas.

Afganistan al borde del abismo