viernes. 29.03.2024
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Más de 24.000 niños fueron asesinados, heridos, mutilados, reclutados a la fuerza y secuestrados, o sufrieron abusos sexuales y otras violaciones de sus derechos humanos durante el año 2018, según el último Informe Anual del Secretario General sobre Niños y Conflictos Armados publicado este martes.

De esa cifra, más de la mitad corresponde a quienes perdieron la vida o quienes resultaron con graves heridas, como la pérdida de algún miembro de su cuerpo, principalmente por incidentes de fuego cruzado, restos de explosivos de guerra, minas terrestres y otras acciones de combate perpetradas tanto por grupos no estatales, como actores estatales y fuerzas multinacionales.

De esta forma, el año 2018 se convierte en el año con los más altos niveles de niños asesinados o heridos en un conflicto armado desde que las Naciones Unidas comenzaron a monitorear y reportar esta grave violación.

Además, el reclutamiento y el uso de niños como soldados continuó en 2018 con más de 7.000 niños involucrados en combates de primera línea o desempeñando otros papeles de apoyo en los conflictos a nivel mundial.

“Es inmensamente triste que los niños continúen siendo desproporcionadamente afectados por el conflicto armado, y es horrible verlos asesinados y mutilados como resultado de las hostilidades”, dice la representante especial para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados

La representante especial para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados, Virginia Gamba, lamentó durante los últimos tres años, cada año, los actores dedicados a la protección de los niños en los conflictos hayan sido reducidos y advirtió de que, si esto continúa, “no habrá posibilidad de supervisar o informar acerca de nada”. A su juicio, “es ridículo recortar el coste de las misiones de paz en su tejido más blando”, dijo.

Virginia Gamba agregó que “es inmensamente triste que los niños continúen siendo desproporcionadamente afectados por el conflicto armado, y es horrible verlos asesinados y mutilados como resultado de las hostilidades”, por ello, “es imperativo que todas las partes den prioridad a la protección de los niños”, exigió.

Para Gamba, ese imperativo es además urgente: “Esto no puede esperar: las partes en conflicto deben proteger a los niños y poner en práctica medidas tangibles para terminar y prevenir estas violaciones".

Por su parte, el Secretario General, Antonio Guterres calificó las cifras como “descorazonadoras” y coincidió con su representante en la necesidad de que las partes en conflicto “garanticen el cumplimiento de sus obligaciones en virtud del derecho internacional, incluido el respeto y la protección especiales que el derecho internacional humanitario otorga a los niños afectados por conflictos armados”.

En la conducción de las hostilidades, las partes en conflicto deben abstenerse de dirigir ataques contra civiles, incluidos los niños, e instalaciones civiles, de acuerdo con las Convenciones de Ginebra, recuerda la organización.

Guterres reiteró que la mejor forma de proteger a los niños es la paz y pidió a todas las partes y a los mediadores que trabajen “en favor de acuerdos políticos que resuelvan los conflictos existentes”.

Somalia, el peor caso

Según la ONU, la peor situación está en Somalia. En 2018, hubo más de 1000 niños asesinados o heridos, se reclutaron a la fuerza 2300, se detuvieron a 375 y 331 sufrieron abusos sexuales. Además, se registraron 77 ataques contra escuelas y 14 contra hospitales.

En todo el mundo, se documentaron 1.056 ataques a escuelas y hospitales, mientras el uso militar de los colegios “es una tendencia preocupante y la privación del acceso a la educación es alarmante”, afirma el informe.

También es preocupante la detención de miles de menores por su supuesta asociación con grupos armados.


Fuente: ONU

2018 se convierte en el año con más niños muertos y heridos en guerras