Núñez Feijóo ante el espejo de la dura realidad

Alberto Núñez Feijóo gobierna Galicia desde 2009, y ahora prepara unos presupuestos para 2016 que toda la oposición tacha de electoralistas. Al parecer intenta recuperar en un año una imagen que sus hechos de seis años de gobierno tal vez no avalen. Es curioso que a lo largo de estos años, Núñez Feijóo ha ido construyendo una proyección sobre sus logros, que si se analizan fríamente los números en los que dichos logros deberían reflejarse, a todas luces la realidad le desmiente.

En próximas ediciones trataremos de recabar la opinión de expertos en cada materia, para analizar con más detenimiento la realidad, circunstancias y consecuencias de esos datos negativos.

Igual que trataremos de reflejar algunos de los posibles mitos con los que Núñez Feijóo ha tratado de forjar su imagen y –según piensan algunos- tal vez postular su candidatura para dar el salto a Madrid. Igual que analizaremos grandes promesas incumplidas o decisiones presentadas en su momento como “proezas”, que posteriormente resultaron ser un fiasco completo. Véase, por ejemplo, la ruinosa fusión de las dos Cajas gallegas; o el paraíso prometido del resurgir de los astilleros gallegos a partir de un pacto con inversiones mexicanas, con “Eldorado” de floteles incluido; o la anulación del plan eólico, ya adjudicado por el gobierno de Pérez Touriño, con la acusación de irregularidades que jamás demostró, y de la sustitución por otro plan eólico que nunca se puso en marcha…

Pero vayamos a algunos de los datos básicos de la situación económica y financiera. El Producto Interior Bruto y la Renta per capita (la productividad y la riqueza) han disminuido por encima del 2%, mientras la deuda pública se duplica:

Se produce una disminución de la población activa, cae en un 10% el número de empleados y se reduce en un 7% la afiliación a la Seguridad Social:

Por sectores de actividad, durante el mandato de Feijóo la Industria ha perdido 25.500 empleados (una disminución de un 13,45%) y ha decrecido su peso sobre el total, pasando de suponer un 16,38% sobre la población empleada al 15,78%: más de medio punto porcentual. Los restantes sectores de actividad económica también han disminuido de modo considerable. Aparte de la Construcción (que se reduce por razones obvias), la Agricultura y Ganadería pasa de ser el 6,19% de la actividad a suponer el 4,46%. Mientras el Sector Servicios, pasa a tener un peso del 70,96% sobre el total de la actividad económica; aunque también ha sufrido una reducción de empleos de un 2%.

Por otra parte, el número medio de horas trabajadas a la semana por cada trabajador ocupado ha decrecido en un 3,95%, pasando de 40,5 horas en 2010 a 38,9 horas en 2015. Pero no están mejor retribuidas: el salario medio bruto anual fue en 2009 de 19.806,66 euros, y en 2014 de 19.854,44 euros. Un incremento de 47,78 euros: 0,24% en cinco años.

El paro –aun habiendo disminuido la población activa en un 4,20%- ha aumentado en un 38,28%, pasando de 161.100 desempleados en el tercer trimestre de 2009 a 222.800 en el mismo trimestre de 2015.

Los jóvenes desempleados entre 16 y 29 años pasan de ser el 23,33% en 2009 al 29,52% sobre ese segmento de población en 2015. 6,19 puntos porcentuales más.

Y para completar el panorama social, el balance en el número de profesores de la Enseñanza Pública en Galicia también es negativo. Y si de médicos de la Sanidad Pública se trata, la lista de médicos interinos, aumenta en casi una tercera parte. Dos indicadores que nos dan una idea del deterioro de la calidad social de Galicia en los tiempos de Feijóo:

No pensamos que Alberto Núñez Feijóo pueda sentirse internamente muy halagado cuando se mire en el espejo de sus propios resultados.