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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 16.12.2009

José Luis Rodríguez Zapatero no piensa utilizar el acuerdo de asociación entre Marruecos y la Unión Europea, el Estatuto Avanzado, para presionar al país alauí con el fin de que se resuelva el caso Haidar. El presidente ha dejado claro en el Congreso que es partidario de que se siga adelante con este acuerdo, al tiempo que "toma nota" de la resolución aprobada el martes por el Congreso en el que se insta a que se realicen gestiones con Rabat al "máximo nivel".

El jefe del Ejecutivo también ha dicho que confía en que la situación de Aminatu Haidar se pueda "resolver rápidamente", algo que ahora mismo parece francamente difícil. Tras la negativa de EEUU a intervenir en un conflicto que considera "bilateral", el arma más importante con la que cuenta nuestra diplomacia es esa relación de privilegio que ansía Marruecos con Europa y que podría resentirse durante la presidencia española de la UE. Pero, a tenor de lo manifestado este miércoles por Zapatero, no parece que ese vaya a ser el camino elegido. En su respuesta a la portavoz de Nafarroa Bai, Utxue Barkos, se ha limitado a abogar por la "prudencia" que, según él, en casos como el de la activista saharaui "es una buena consejera".

Queda por ver, no obstante, qué ocurre mañana en el Parlamento Europeo apruebe el texto que los grupos han consensuado para pedir el regreso "sin demora" de Haidar. Marruecos sigue con su táctica de amenazas y ya ha avisado veladamente, a través de su ministro de Comunicación, Jalid Naciri, de las consecuencias que podría tener una declaración negativa para Rabat: "Espero que el Parlamento Europeo sea fiel a la tradición histórica de grandes pueblos y naciones europeas que jamás han caído en ese tipo de trampas y que comprenden que si hay un país que es un elemento fundamental no sólo de la región magrebí, sino del espacio euromediterráneo, ése es Marruecos".

En cuanto a la posible mediación del Rey, a la que abría la puerta la proposición no de ley que este martes aprobó el Congreso, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha reiterado en la sesión de control de la Cámara que la solución y las gestiones que puedan conducir a ella "corresponden al Gobierno".

A vueltas sobre quién autorizó la entrada de Haidar en España y en respuesta a otra pregunta del PP, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido tajante: "La decisión la tomó quien la tiene que tomar, que es la Policía".

Entretanto, las noticias que llegan del aeropuerto de Arrecife, en Lanzarote, donde permanece Aminatu Haidar, son cada vez peores. El portavoz de la Plataforma de Apoyo, Fernando Peraíta, ha dicho que la activista tiene ya dificultades para tragar agua con azúcar y que se intensifican las náuseas tras 31 días en huelga de hambre: "Ella está muy débil, con dificultades para tragar, con náuseas y está muy débil. Ya se va notando que tiene problemas para estar aguantando, pero es la fuerza mental y la convicción en la justicia en lo que está defendiendo lo que la mantiene. Esperemos que la resolución del Congreso tenga su peso y que la reunión de Bruselas y de lo que ha habido en Washington tenga su fruto. Es una semana muy decisiva para Aminatu".

Haidar ha salido, como cada mañana, en silla de ruedas y ha sido incapaz de contestar a los medios, mostrando un rostro más cansado que en días anteriores, según testigos presenciales. La activista sigue reclamando volver a su casa con su familia. "Ningún país tiene derecho a echar a nadie, en todo caso, que la lleven a los tribunales o hagan una denuncia, pero no a echarla", insisten algunos ciudadanos que se encuentran por el aeropuerto. Su voz se ha escuchado este miércoles a través del diario argelino 'El Watan, al que Haidar ha concedido una entrevista en la que acusa al Gobierno español de primar "los intereses económicos" y no los Derechos Humanos.

La Plataforma de Apoyo a Aminetu Haidar, CEAS-Sáhara, partidos, sindicatos, organizaciones, colectivos, Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui y de la RASD...han convocado una nueva manifestación para el próximo sábado 19 de diciembre, que partirá de la plaza de Cibeles de Madrid a las 12.00.

Zapatero se resiste a presionar a Marruecos