viernes. 29.03.2024

El dirigente socialista hizo un repaso de lo que se vio obligado a hacer debido a la crisis que calificó de cambiante, pero considera que la "persistencia" de esta y las "dudas" de que se vaya a salir de ella han llevado a los ciudadanos al "cambio por el cambio".

Zapatero basó en la crisis económica y en su carácter cambiante casi toda su explicación ante el Comité Federal del PSOE, reunido hoy, seis días después de la derrota electoral, para analizar los resultados y convocar el Congreso del partido.

Comenzó achacando los malos resultados a las "consecuencias adversas de la crisis", de la que dijo que es "muy intensa y muy cambiante", la "peor" en décadas y probablemente, apuntó, nunca se vuelva a conocer otra peor. Por ello, alegó que la exigencia de los ciudadanos ha "teñido" la valoración de los gobernantes, debido a la "incertidumbre creciente" ya que, precisó, los ciudadanos achacan la responsabilidad al Gobierno que está a su alcance. Según recordó, así pasó en las municipales y autonómicas y también en el resto de países donde ha habido elecciones.

Sin embargo, el jefe del Ejecutivo en funciones no quiso eludir la "autocrítica" por respeto, dijo, "a los ciudadanos" y a ellos mismos. Así, explicó que estos hechos no quieren decir que "con la gestión de la crisis no hayamos cometido errores de gestión y de comunicación". Unos errores, añadió, que son sólo imputables "a nosotros".

AUTOCRITICA CON CORAJE INTELECTUAL

Añadió, incluso que estos errores también pueden estar en razones "menos coyunturales" y por ello, pidió a sus compañeros hacer la "autocrítica" con "buena disposición y coraje intelectual".

En el relato de los hechos, Zapatero situó el inicio de la desafección de los ciudadanos hacia el PSOE en mayo de 2010 cuando apareció la primera crisis de deuda soberana, que supuso la intervención de Grecia, y que obligó a adoptar medidas impopulares, con importantes recortes de gasto.

En este sentido, destacó que el Ejecutivo se vio obligado a reaccionar a la primera fase de la crisis cuando en España ya se había perdido mucho empleo y los indicadores apuntaban un inicio de la recuperación. Sin embargo, afirmó, "la crisis se transmutó" en otra crisis de deuda soberana y, dijo, "para protegernos" fue necesario adoptar medidas que afectaron a la renta de los ciudadanos. Sin embargo, prosiguió, "seguramente no acertamos a dar una explicación en un discurso global y coherente" de lo que se había visto obligado a hacer.

Zapatero se justificó en todo momento por su gestión de la crisis: "hicimos lo necesario porque no había otra alternativa"; "desplegamos un esfuerzo agotador"; "hemos hecho lo necesario para evitar que ocurriera lo que en otros países que han perdido autonomía interna".

Además, alegó que, aunque 2011 había iniciado con unas perspectivas más positivas con cierta recuperación del consumo, la recuperación se "frustró" en el verano con la agudización de la deuda soberana y los malos pronósticos de crecimiento mundial. Una frustración, dijo, que en el caso de España se volvió a traducir en pérdida de empleo.

Por ello, alegó que es "difícil imaginar un escenario más adverso" para llevar a cabo una campaña electoral, teniendo en cuenta además, que la UE no ha sido capaz de encontrar una solución estructural al problema de la deuda y que después de más de tres años de crisis tan dura "no se ve el fin" y siguen los malos augurios.

Zapatero reivindicó ser el Ejecutivo de la introducción de derechos para los ciudadanos y dijo que su organización es la que más se identifica con los valores predominantes de la mayoría social, como la defensa de los derechos y libertades cívicas y o con los principios fundamentales del Estado social.

Por ello, insistió en que ahí no están las causas de su derrota, sino en la persistencia de la crisis y en las dudas en la capacidad para salir de ella, aunque no dependa "principalmente de nosotros". Sin embargo, admitió que el PSOE, que ha introducido tantos derechos estos años, ahora aparecía como el ejecutor de los ajustes. No obstante, pidió respetar el deseo de los ciudadanos de cambiar la realidad por la vía del cambio del Gobierno. Esta situación, dijo, es lo que ha llevado a muchos al "cambio por el cambio".

SALIMOS HERIDOS DE ESTA DERROTA

El dirigente socialista admitió que el PSOE sale "herido" de esta derrota y que es un tiempo particularmente difícil para ellos, pero apuntó que ésta no merma su confianza en el partido y añadió que la historia de los socialistas se construye con "victorias y derrotas" y también y "sobre todo congreso tras congreso, con el debate robusto y la libre elección democrática de nuestra dirección". "Así lo hicimos en todos los congresos y así lo haremos ahora también", apostilló.

Dijo que son una "huella de modernización" y que el objetivo es volver a serlo "pronto" para lo que pidió saber tomar el pulso a los valores mayoritarios de la sociedad española en un mundo global y cambiante y en un proceso de la UE "absolutamente determinante".

Ahora, precisó, "es el tiempo del congreso, de los militantes, de abrir la nueva etapa". Finalmente, dio las gracias al apoyo recibido estos años "tan complicados para todos".

LA AUSENCIA DE ETA QUEDARA COMO PATRIMONIO DE TODOS

Además de este análisis de las causas de los resultados, Zapatero quiso iniciar su intervención dejando claro que ha sido la primera campaña electoral sin la "amenaza del terrorismo". Se trata, según dijo, del hecho "histórico" de mayor alcance en muchos años. "Otros hechos pasarán y este quedará como patrimonio de todos los demócratas", exclamó.

En el capítulo de agradecimientos, se dirigió en primer lugar al candidato Alfredo Pérez Rubalcaba de quien dijo que no ha utilizado este asunto en campaña y que nadie puede acusar al PSOE de "sacar pecho con fines espúreos".

En su opinión, Rubalcaba, ha puesto empeño y ha desplegado energía y esfuerzo, que agradeció. En opinión de Zapatero el programa del candidato es el que debe guiar ahora la labor de oposición.

Zapatero: "Salimos heridos de esta derrota"