jueves. 28.03.2024
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Hace unas semanas, desde la escuela de turismo Ostelea-Madrid se organizó una mesa redonda para debatir los problemas y los beneficios asociados a las Viviendas de Uso Turístico (VUT). Participaron en ella Jorge García Castaño, Concejal-Presidente del Distrito Centro; Santiago Aguilar, Presidente de la ‘Asociación Española de Profesionales del Turismo’; Adolfo Merás, Presidente de ‘Madrid Aloja’, y Eduardo Gutiérrez, miembro del colectivo ‘Lavapiés, ¿dónde vas?’. Moderó y dirigió el debate el periodista Pedro Bravo.

Más allá de las conclusiones que los asistentes al acto pudieron extraer, el hecho de que se sentasen a dialogar algunos de los actores sociales más interesados en encontrar soluciones a los problemas que generan este tipo de alojamientos, ya es un pequeño éxito. Especialmente en un contexto en el que da la sensación de que otros actores directamente implicados, que no quisieron o pudieron estar presentes, parecen tener una estrategia dirigida más a imponer sus condiciones, que acordar soluciones con el resto.

Este diálogo fue, de algún modo, esperanzador, pero lo cierto es que, a pesar del tono constructivo del mismo, se constataron más diferencias que posibles acuerdos. En cualquier caso, quedó claro que todos los participantes apuestan por un tipo u otro de regulación y por la necesidad de sentarse a discutir hacia dónde quiere ir la ciudad de Madrid en materia turística.

Las exigencias de regulación se movieron desde las posiciones del colectivo vecinal de Lavapiés -quienes más sufren el impacto de las VUT en los precios de la vivienda-, el cambio de usos en el barrio y la saturación de los espacios públicos, y la perspectiva de los arrendadores de VUT, los cuales reivindicaron los beneficios del turismo y su derecho a obtener unos ingresos que, para algunos de sus socios, pueden llegar a ser vitales.

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Entre el análisis de ‘Lavapiés, ¿dónde vas?’, colectivo que asegura que con la actual ley el 99% de las VUT de Madrid serían ilegales, y el de ‘Madrid Aloja’, que niega el carácter de actividad económica del alquiler de una vivienda, se posicionaron el concejal del Distrito Centro y el Presidente de la ‘Asociación de Profesionales del Turismo’. Estos, a pesar de su preocupación por limitar los impactos de la masificación turística y el fenómeno de las VUT, parecen mantener una posición timorata, incapaz de frenar el vaciamiento y tematización del centro de la ciudad, con las consecuencias a medio y largo plazo que ello acarrearía tanto para los vecinos expulsados, como para el futuro de Madrid y la industria turística. En cualquier caso, debemos señalar que en, última instancia, la mayor parte de la carga reguladora recae sobre la Comunidad Autónoma.  

Finalmente, para algunos asistentes resultó llamativo que en una escuela de negocios turísticos como es Ostelea se planteasen estas cuestiones de forma abierta y, en un alarde de simplismo, se mostraron casi ofendidos por lo que llamaron “demonización del turismo”. Todo lo contrario, la intención, cumplida con creces, fue abordar en toda su complejidad una de las cuestiones que condicionará el futuro de la industria del turismo y su relación con la sociedad a nivel mundial.


Raúl Travé Molero | Doctor en Antropología Social y Cultural y Profesor de Ostelea School of Tourism and Hospitality

Las viviendas de uso turístico en Madrid a debate