Un diputado popular llama "cacatúas" a los socialistas

En plena bronca por el caso de los espías, Juan Soler, diputado del PP en la Asamblea de Madrid, tuvo su tarde de gloria y titulares por exhibir su afilada lengua que le valió la reprimenda de la presidenta de la cámara.
I.G.C. / NUEVATRIBUNA.ES | 05.02.2009

Primer pleno del año en la Asamblea de Madrid. Primera sesión de control al Gobierno. Y primer rifirrafe político en el ‘coso’ del parlamento regional por el caso del espionaje a horas de que se constituya la comisión de investigación pedida por la izquierda.

Bien arropada y chula como buena madrileña, Esperanza Aguirre dio lo mejor de sí (ya saben, antes muerta que sencilla) y puesto que está bajo sospecha por la supuesta red de espionaje en la Comunidad, nada mejor que atacar la primera escarbando en el pasado del PSOE y afirmando que es el partido cuya seña de identidad es el espionaje político. Como si eso que recuerda justificara esto.

La presidenta dio motivos para hacer jalear a su grupo. Luciendo un foulard verde esperanza, su color de la suerte, la lideresa negó cualquier relación con la trama de los espías. Ella, más torera que nadie, sí se atreve a poner la mano en el fuego por todos y cada uno de los miembros de su gabinete. Y por todos los madrileños si hace falta.

Su entrada triunfal para la tarde vallecana comenzaba con una sesión de fotos y un ‘canutazo’ a la prensa (declaraciones que los políticos hacen en pasillos, deprisa y corriendo), donde se vio que llevaba la lección bien aprendida ya que repitió lo mismo en el pleno. Poca originalidad y mucho asesor devanándose los sesos.

Pero ella gusta a los suyos y fue aplaudida con ímpetu en su bronca con las portavoces del PSOE y de IU, Maru Menéndez e Inés Sabanes, quienes no parecieron precisamente ovejitas asustadas frente al lobo feroz.

Como siempre pasa en estos casos alguien tiene que dar la nota y ganarse su tarde de gloria. Fue el caso del diputado popular Juan Soler, que queriendo hacerse el gracioso llamó “cacatúas” a los diputados socialistas. El insulto obligó a la presidenta de la Asamblea, Elvira Rodríguez, a pedir a su compañero de filas que rectificara lo dicho para que no constara en el diario de sesiones.

La sesión estaba calentita y la presidenta de la cámara cortó el micrófono a Menéndez, Sabanés y a los diputados Miguel Reneses (IU) y Encarnación Moya (PSOE), porque se les había acabado el tiempo, dejándoles con la palabra en la boca.

Y todo esto a modo de aperitivo, porque como siga in crescendo sus señorías tienen la batalla asegurada en la que se anuncia explosiva comisión de investigación. Sabanés parece tenerlo claro al afirmar que está dispuesta a cruzar el desierto aún sin cantimplora para saber la verdad de la trama. Ella sabrá. Enfrente tiene a los aguerridos aguirristas: mano dura y sin piedad contra los difamadores.