viernes. 19.04.2024
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“Las grandes empresas no quieren ruido”, señala un destacado empresario madrileño a este ‘mentidero’. Y ahí quizá hay que buscar la clave de los comicios en CEIM, en el hecho de que “no ha sido Arturo Fernández quién ha ganado las elecciones, sino Hilario Alfaro el que las ha perdido”, al airear en la calle los supuestos trapos sucios de la patronal madrileña “en lugar de bajar el pistón”.

Pero no es esa la única lectura de unos comicios en los que Arturo Fernández revalida cargo al frente de CEIM. Su victoria supone un balón de oxígeno para Joan Rosell que también optará a la reelección en las elecciones que CEOE celebrará a final de año. Tanto Fernández como Rosell están siendo muy cuestionados y no por las mismas razones. El primero se jacta de tener ‘amistades’ en los círculos de poder aguirristas y su imputación en Bankia y el escándalo por el supuesto fraude en los cursos de formación le han dejado ‘tocado’… aunque no ‘hundido’. El segundo intenta contener fuertes resistencias en determinados sectores empresariales por su falta de firmeza en la cuestión catalana pero también por desavenencias en el propio modelo de gestión de la gran patronal española.

Y la bronca persiste por mucho que a los empresarios les disguste figurar en un primer plano incómodo para sus intereses. Fernández no debería cantar victoria pese al respaldo unánime a su reelección ya que hay quien cree que no agotará este nuevo mandato. Como dice nuestra fuente “es muy complicado” apostar por su permanencia otros cuatro años que “se pueden hacer muy largos”. “Su situación no es fácil ni cómoda…”. Eso se escucha ahora… si bien “hay que templar gaitas”.

Hay que templar gaitas