35 ANIVERSARIO DE LA APROBACIÓN DE LA CARTA MAGNA

“La reforma de la Constitución ya está en la calle”

El debate sobre la reforma constitucional cobra fuerza en el 35 aniversario de la aprobación de la Carta Magna. La mayoría de las fuerzas políticas, con excepción del PP, abogan por modificar la ley fundamental en aspectos tan relevantes como el modelo territorial. El profesor de Derecho Constitucional Manuel Alcaraz explica para nuevatribuna.es cuáles son, a su juicio, los ejes de esa necesaria reforma.

La reforma de la Constitución me parece necesaria e imprescindible

“La reforma de la Constitución me parece necesaria e imprescindible. Esta celebración, por diversas razones, está pivotando en torno al debate, no ya sobre la necesidad de reforma, eso todo el mundo lo tiene claro, sino sobre el alcance de esa reforma, sobre la oportunidad política. En este momento, los únicos que están diciendo que no hay que reformar la Constitución es el PP, pero lo dice con la boca pequeña y por intereses tácticos. Creo que hay un consenso generalizado y que llega a capas de la población que hasta ahora se han mantenido muy alejadas de ese debate”.

Así opina Manuel Alcaraz Ramos, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante, que defiende la reforma de la Carta Magna en un momento de crisis económica y de identidad colectiva. Pero pedir su reforma no significa estar contra ella –precisa- sino de reconocer su papel y que “a través de su mecanismo de reforma pueda dar respuesta a la incertidumbre que es el factor psicológico que mejor define a la sociedad española en este momento”.

Alcaraz recuerda que solo los mayores de 52 años pudieron votar la Constitución en 1978 y que, pasado todo este tiempo, “cuando una constitución se anquilosa o se vuelve tan rígida, o recurre al propio procedimiento que quiso el poder constituyente, el poder soberano, o acaba por romperse. Es algo que tenían que tener en cuenta los dos grandes partidos que tienen capacidad para promover esa reforma”, afirma en referencia al PP y al PSOE.

Hay un debate abierto que hay que abordar, que es el de la jefatura del Estado: monarquía o república

Pero, ¿qué hay que reformar?, ¿qué puntos hay que tocar?, ¿en cuáles puede haber suficiente consenso? Alcaraz no es partidario de hacer una nueva Carta Magna desde cero, de “provocar al poder constituyente” como defienden algunos, “eso no ayuda en la cohesión necesaria de los españoles”, dice, sino de buscar aquellos puntos de encuentro que sirvan para poner en marcha las distintas propuestas de reforma. Tampoco se trata de buscar el consenso que hubo en 1978, “eso sería muy complicado”. Más bien, “impulsar acercamientos entre todas las fuerzas políticas”; en ese sentido –añade- “hay caminos andados, por ejemplo en la reforma del Senado o en la forma de sucesión en la Corona, pero lo que van surgiendo son paquetes de reformas que todavía no encuentran su precisión legal concreta”.

Alcaraz apunta una primera cuestión: “Hay un debate abierto que hay que abordar, que es el de la jefatura del Estado: monarquía o república, la sobrecarga de errores que está haciendo la monarquía debe querer decir algo más a que el rey está haciéndose viejo”. También el debate territorial donde el PSOE apuesta por la senda federal: “Hay que empezar por un punto claro, el reconocimiento de la plurinacionalidad el Estado”; así como “redefinir los derechos e incorporar algunos”, como por ejemplo, “los derechos vinculados al respeto medioambiental convertirlos en derechos subjetivos; trasladar de lugar algunos derechos como el de vivienda, para que el que no tuviera vivienda digna pudiera acudir a los tribunales”. Respecto al derecho al trabajo, Alcaraz reconoce que “es muy complicado”, pero se podría colocar en lugar de los derechos máximos, de los de protección absoluta, una renta de inserción social básica. “Hay una serie de derechos que pueden aparecer o que a veces hay que cambiar o que reformular”, resume.

Quitar todo privilegio a la Iglesia y profundizar la democracia serían otros asuntos a tratar: “reformas en el plano electoral (también a través de la propia Ley Electoral); buscar fórmulas que flexibilizaran la moción de censura al presidente del Gobierno, para que no lleguen a producirse bloqueos tan tremendos como los que se producen; facilitar algunas fórmulas de democracia directa, semidirecta, en varios niveles, facilitando los referendos, las iniciativas legislativas populares; fijar unas normas de funcionamiento interno más claro en los partidos políticos, unos mínimos de financiación; y hacer reformas que garanticen y blinden los derechos de igualdad entre hombres y mujeres y para los inmigrantes”.

Hay que recuperar el sentido primigenio del estado social

Alcaraz también cita la necesidad de revertir la reforma acometida bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, “una reforma infamemente obligada por una institución externa que es la Unión Europea, un atentado en la línea de flotación de la lógica del estado social”. En su opinión, hay que “replantear el pacto social porque esto se está convirtiendo en la Constitución solo de los poderosos, hay que recuperar el sentido primigenio del estado social”, y ahí “el papel de la izquierda es fundamental y el PSOE es una pieza clave”, enfatiza.

Como él mismo reconoce, Alcaraz le da una buena vuelta a la reforma constitucional, pero hace hincapié en la necesidad de esa reforma como “esperanza” para que “la sociedad pudiera debatir de verdad sobre esta cuestión, que los partidos no se ahogaran en el corto plazo, que surgieran populismos de izquierda y de derecha que piden no se sabe qué al final, porque todo vale, y luego, a veces, te encuentras cosas patéticas, la ingenuidad es muy peligrosa en política…”, advierte.

EL RETRATO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA A TRAVÉS DE LOS JÓVENES

Como profesor de derecho constitucional, Alcaraz nos cuenta las experiencias que está teniendo con sus alumnos sobre la reforma de la Constitución. En los últimos seis años ha podido comprobar qué opinan los jóvenes sobre la Carta Magna que ellos no pudieron votar. Según ha podido comprobar, “el retrato de los alumnos es bastante progresista en valores en general muy asumidos, la vivienda, el trabajo, mezclado con algunos valores conservadores”, y también un “viraje prorepublicano”.

¿Y qué reformarían de la Constitución los jóvenes? Según Alcaraz coinciden en reformar “la sucesión en la Corona, quitar todos los privilegios a la Iglesia, que desaparezca la pena de muerte…”. Sin embargo –continúa-, “hay un elemento propio del pensamiento conservador que se repite también mucho, la cadena perpetua”, un debate que se ha intensificado a raíz de la doctrina Parot. También hay otras cuestiones en las que no entran, como el tema autonómico, aunque sí apuestan por la supresión del Senado.