viernes. 29.03.2024
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La población de 25 a 40 años residente en España se verá reducida en un 40 por ciento en 2023 en relación a la del año 2008, es decir, en tan sólo 15 años, según las estimaciones elaboradas por el director de la Fundación Renacimiento demográfico, Alejandro Macarrón Larumbe.

En el informe de la Ponencia de estudio para la adopción de medidas relacionadas con la despoblación rural en España, aprobado el pasado miércoles en el Senado tras dos años y medio de trabajos, se incluye este documento que analiza el problema de la despoblación y plantea el fomento de la natalidad como vía para solucionarlo.

En este análisis queda reflejado que el segmento de la población de 25 a 40 años se incrementó desde el año 1978 hasta el 2008: en 30 años este segmento poblacional experimentó un aumento del 40% en su tamaño. Pero éste es el porcentaje que va a disminuir en tan sólo 15 años, desde 2008 --cuando comenzó la crisis económica-- hasta el 2023.

Así, el informe refleja que el número de habitantes jóvenes y de mediana edad va a disminuir considerablemente en el caso de que se mantenga la tasa de fecundidad como en la actualidad (menos de 1,3 hijos por mujer) y en ausencia de nueva inmigración neta.

El caso extremo por despoblación nacional es Soria

Según el informe, más del 70 por ciento de las provincias españolas, un total de 36 de las 50, ha sufrido una pérdida neta de población española por emigración. El caso extremo por despoblación nacional es Soria, donde por cada 100 sorianos de nacimiento vivos sólo había 54 españoles residentes en Soria en enero de 2014.

Hasta el comienzo de la crisis económica, la merma de la población española por emigración en muchas de estas 36 provincias pudo ser compensada con la llegada de inmigrantes extranjeros. Sin embargo, esto ya no sucede porque han perdido el atractivo "debido a la falta de oportunidades" laborales.

De hecho, según destaca el documento aprobado por la Cámara alta, el Padrón Municipal (INE) de principios del año 2014 señala que en estas provincias residen menos inmigrantes extranjeros que en el resto: el 9 por ciento de la población residente en ellas había nacido en el extranjero, frente al 17 por ciento de población de origen extranjero que vive en las demás.

Por lo general, las otras 14 provincias han ganado población ya que también residen en ellas un número de españoles mayor al total los que nacieron allí y aún viven. Estas regiones, que registran una ganancia neta de población española, cuentan con una economía "más pujante": Álava, Alicante, Baleares, Barcelona, Castellón, Gerona, Guadalajara, Madrid, Málaga, Las Palmas, Tarragona, Valencia, Vizcaya y Zaragoza.

Envejecimiento social y con la baja tasa de natalidad

Por otro lado, el estudio vincula la despoblación con el envejecimiento social y con la baja tasa de natalidad. Según las estimaciones de la Fundación Renacimiento demográfico, las provincias que han perdido población española "están sensiblemente más envejecidas" que el resto.

De hecho, en el conjunto de las 36 provincias con pérdida neta poblacional, los habitantes de nacionalidad española tenían un promedio de edad de 46,1 años frente a los 41,6 años de las otras 14. En concreto, Lugo, Orense y Zamora presentan las tasas más elevadas de envejecimiento de España con una edad promedio de alrededor de 50 años.

Sobre la insuficiencia de natalidad, en las 36 provincias existe una tasa de fecundidad menor (de 1,10 hijos) que en las demás, provincias en las que la tasa asciende a 1,33 hijos (un 20% más).

Asimismo, según los datos recogidos por la fundación, en 21 de las 36 provincias que han perdido población española por emigración así como en Vizcaya y Zaragoza, también han disminuido los habitantes porque los fallecimientos han superado a los nacimientos en los últimos 20 años, pese a la aportación positiva de los inmigrantes extranjeros en nacimientos.

Según los responsables del estudio, este exceso de muertes frente a nacimientos "está a punto de pasar en toda España". Este hecho provocará una "pérdida vegetativa de población que va a incrementarse cada año en el futuro" si la tasa de natalidad no aumenta, ya que, con una natalidad inferior a la de reemplazo (marcada en 2,1 hijos por mujer), cada año hay ya menos mujeres en edad fértil que el anterior.

Mayor natalidad contra la despoblación

En este informe también se aportan consejos para mejorar las perspectivas económicas estructurales de las provincias y tierras que sufren el fenómeno de la despoblación para así poder detenerlo. En este sentido, el incremento de la natalidad como estrategia ante el declive demográfico se perfila como clave.

Según relata Macarrón en el estudio, a las zonas que sufren despoblación --y que normalmente suelen estar envejecidas-- "les sería de gran beneficio" el "efecto rejuvenecedor" que produciría un mayor número de nacimientos.

Para que la natalidad repunte, la Fundación apuesta por sensibilizar a la población sobre el problema que genera la falta de niños y ve necesario que se elaboren planes estratégicos demográficos y política pro-natalidad.

Compensar el gasto de tener hijos

Asimismo, se muestra a favor de compensar a los padres por una parte significativa del coste de criar hijos desde su nacimiento hasta su emancipación, por la vía de desgravaciones fiscales, incrementos en pensiones o reducciones en las cotizaciones a la Seguridad Social.

Para fomentar la natalidad y que las madres tengan hijos antes (actualmente la edad media para ser madre es de 31 años), desde la Fundación consideran que "convendría acortar algo el larguísimo ciclo educativo hasta comenzar la vida laboral".

En esta línea ya se pronunciaron la mayoría de los senadores de distintos grupos parlamentarios que han participado en la Ponencia. Entre las medidas más solicitadas a adoptar para acabar con la despoblación, destaca la petición de adopción de medidas fiscales especiales para empresas, habitantes y trabajadores de estas zonas; la reducción de la Cotización de la Seguridad Social; la habilitación y acceso a fondos europeos; y el aumento de las inversiones públicas en estas regiones.

La población de 25 a 40 años se reducirá en España en un 40% en sólo 15 años