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NUEVATRIBUNA.ES / I. G. C. 09.06.2009

Ni entusiasta ni dubitativo. Mariano Rajoy ha hecho balance de los resultados electorales del 7-J ante los principales dirigentes de su partido con la mirada puesta en el futuro, un futuro que le incluye a él como máximo responsable del PP y candidato a la presidencia del Gobierno. La victoria en las elecciones europeas ha sido el espaldarazo definitivo para apuntalar su liderazgo con la vista puesta en las Generales donde pretende batirse por tercera vez con José Luis Rodríguez Zapatero.

El Comité Ejecutivo Nacional del PP se reunió este martes para analizar el resultado del domingo. Sin la presencia de barones tan destacados como Francisco Camps (Valencia), Alberto Núñez Feijoo (Galicia) y Juan Vicente Herrera (Castilla y León), Rajoy presentó todo un programa de gobierno basado en la política económica a casi tres años vista de que se celebren elecciones legislativas. “La victoria acompaña siempre a quien cree en ella y lucha por ella. Se pueden ganar elecciones en situaciones difíciles”, dijo y para lo que cuenta “con todo el partido”.

Rajoy no quiso hacer “distingos” a la hora de avaluar los territorios con mayor apoyo electoral del PP (salvo Navarra), lo que pudo ser una decepción para dirigentes como Esperanza Aguirre que aunque no tomó la palabra en la reunión sí recordó minutos antes a la prensa que la mitad de los votos de diferencia entre el PP y el PSOE (600.000) eran de Madrid. El líder popular no quiso hacer esa mención ni tampoco alusión directa a la corrupción salvo para reprochar al PSOE la “instrumentalización de los tribunales” que “ha fracasado”, porque “allí donde ha ocurrido el PP ha ganado”, afirmó en referencia a la trama Gürtel.

Ni quiere “autocomplacencias” ni disensiones internas. Rajoy quiere que todos se pongan las pilas y “redoblen esfuerzos” para hacer visible y viable la alternativa para el cambio. El llamamiento a la unidad hecho por Manuel Fraga pone de manifiesto que el PP da a partir de hoy carpetazo definitivo al debate sucesorio, al menos hasta las elecciones autonómicas y municipales de 2011, que Génova empezará a preparar a partir del próximo mes de septiembre. Así lo ordenó Rajoy que anunció que después del verano convocará a todos los presidentes provinciales y regionales lo que despejará la incógnita de si repetirán candidatura dirigentes como Alberto Ruiz-Gallardón (quien se mantuvo en silencio en la reunión) y la propia presidenta de la Comunidad de Madrid.

Rajoy no ha querido recoger el guante lanzado por Josep Antoni Durán i Lleida para presentar una moción de censura contra Zapatero, lo que sería, a juicio de Fraga, un “suicidio político”. De hecho, ni se mencionó este asunto como tampoco el hacer hincapié en pedir al Gobierno un adelanto electoral. Lo que sí es “un acierto”, en palabras del número dos del PP en la lista europea, Luis de Grandes, fue haber planteado una moción de confianza como hizo el lunes la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.

Sin embargo, el presidente del PP no descarta utilizar los “medios más útiles en cada momento” en su tarea de oposición y “forjar” acuerdos parlamentarios con otros Grupos, ahora que el Ejecutivo �dijo- “tiene menos apoyo en la calle y en el Parlamento”, lo que dificultará su tarea de gobierno hasta que se convoquen elecciones en 2012. Esta fue la advertencia que el líder del PP dirigió a Zapatero al que de nuevo exigió un cambio en su política económica y de reformas estructurales.

Rajoy apostó por la “austeridad” en las administraciones públicas, por la reestructuración del sistema financiero y por las reformas, en educación, política fiscal y mercado de trabajo. También defendió la reforma de la Justicia y del sistema energético, al tiempo que apostó por la unidad de mercado. El líder del PP volvió a echar por tierra la bajada del paro y los leves síntomas de recuperación económica que, a su juicio, no que se haya tocado fondo sino a un “deterioro más suave”, precisó. A grandes líneas, todo un programa de gobierno para un proyecto que respalde la mayoría de los españoles, que con su voto el 7 de junio, “han demandado sensatez y sentido común”, aseguró.

Mariano Rajoy, "manu militari", cierra el debate sucesorio en el PP