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NUEVATRIBUNA.ES 29.07.2010

Aunque el foco de atención sigue situado en si Tomás Gómez es o no el candidato más idóneo para encabezar la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2011, la batalla soterrada por las listas ha sido el detonante de la crisis interna por la que atraviesa el PSM-PSOE.

El aterrizaje del parleño al frente de la secretaría general tuvo como misión el acabar con las tradicionales guerras de familias para aglutinar al partido y conducirlo a una nueva etapa de unidad y cohesión. Para bien o para mal, ese ha sido uno de los principales cometidos del sustituto de Rafael Simancas, al que todavía se le resiste una pequeña parte, el tradicional sector crítico, ahora bajo el nombre de Socialistas por el Cambio, que aunque venidos de la etapa Simancas pretenden mantenerse alejados de la marca ('simanquistas') en un intento, también loable, de no dar pábulo a los fantasmas del pasado con 'guerristas', 'acostistas', 'renovadores por la base' o 'balbistas' marcando cada uno su territorio.

(Y ahora, los 'blanquistas').

Para el PSM de Tomás Gómez ni existen ya tales familias ni los enfrentamientos internos aireados en la prensa responden a un partido desmembrado y descabezado. La polémica suscitada por su reunión con Manuel Chaves puede suponer mucho desgaste para el líder del PSM pero también le ha ofrecido una tabla de salvación a sus mermados índices de popularidad, así que, no hay mal que por bien no venga. Los que le conocen resaltan de su carácter su tozudez. Y es que el fuera el alcalde más votado de España no piensa dar un paso atrás. Si hay otro candidato se presentará a primarias y si no lo hay forzará su candidatura hasta las últimas consecuencias.

Mucho se ha hablado estos días de la falta de ‘feeling’ entre José Blanco y Tomás Gómez y de la posibilidad de que el primero haya instigado la campaña de desgaste del líder de los socialistas madrileños con “filtraciones interesadas”. Al vicesecretario general del PSOE, Gómez le podrá parecer mejor o peor candidato, pero lo cierto es que su principal objetivo es ‘preparar’ el poszpaterismo y situar en las federaciones, en este caso la de Madrid, a personas de su más entera confianza. Así lo creen fuentes del PSM que denuncian los intentos de Blanco por colocar a la senadora Ruth Porta, mano derecha de Simancas, de ‘número dos’ de la candidatura, o al menos en un puesto que le garantice su elección para mantener su escaño en el Senado.

Lo que no está nada claro es el papel que está jugando Simancas. En el PSM hay diferencia de opiniones. Los hay que acusan directamente al ex secretario general de las artimañas contra Gómez por su interés en situar en las candidaturas a determinadas personas, mientras otros le libran de toda culpa. No en vano, el actual diputado huye del protagonismo dedicado por entero a su cargo como portavoz de la Comisión de Fomento del Congreso.

Sin embargo, el caso de Blanco es bien distinto. El número dos del PSOE quiere forzar al líder del PSM para que acepte incluir en las listas al menos a una decena de personas elegidas por él. La actual dirección del PSM se niega en rotundo. Uno de los nombres que se estarían barajando, además del de Ruth Porta, es el de Antonio Hernando, actual secretario Federal de Ciudades y Política Municipal del PSOE y una de las personas de la máxima confianza de Blanco que podría querer situarle como secretario general del PSM una vez pasen las elecciones autonómicas.

Ese es el pulso que se está librando en el seno del PSM donde los críticos tienen puestas las esperanzas en que Tomás Gómez no sea finalmente el candidato. La dirección del partido insiste en que este sector está en minoría pero algunos de sus miembros como el diputado nacional Elviro Aranda podría concitar apoyos para hacer que se incline la balanza por otro candidato.

Por el momento, la consigna en la sede del PSM en Callao es la “prudencia” y la “discreción”. “Resistiremos bien el embate”, señala un destacado miembro de la Ejecutiva regional. “Si aceptamos la guerra no habrá guerra”, dice otro, para destacar que si Gómez persiste y aguanta (como está haciendo ahora) no habrá ningún otro candidato alternativo.

Maniobras blanquistas para que Ruth Porta vaya de 'número dos' de Gómez