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NUEVATRIBUNA.ES - 26.05.2009

A los quince años entraba en la redacción de un periódico, pedía entrevistarse con el director y decía: “Puedo dibujar a Carrillo, Felipe González o a Adolfo Suárez con tan sólo pestañear, contráteme”. Le hicieron caso, y durante un tiempo cobró 300 pesetas por viñeta en el diario canario La Provincia. A los 17, Juan Fernando López Aguilar se colaba en un Congreso de caricaturistas en Granada: “Me enseñó sus dibujos, eran muy buenos y se quedó pegado a mí durante todo el Congreso, ahora me toca a mí pegarme a él”, bromeaba el caricaturista Peridis, por la profesión de político del autor del libro.

El candidato socialista a las elecciones del Parlamento Europeo, Juan Fernando López Aguilar, en medio de la campaña electoral ha presentado su libro “De Aznar a ZP”, un recorrido a través de sus dibujos de la historia más reciente de nuestro país.

El político canario no ha pasado un solo día de su vida sin dibujar. Asegura que de pequeño en su colegio lo curas le regañaban por estar el día garabateando, le acusaban de distraído, pero cuando llegó a la Universidad de Derecho, no se lo pensó dos veces y se apropió de la última fila del aula, para entremezclar apuntes con caricaturas: “Allí al fondo los profesores no me decían nada”, cuenta riéndose.

Lo que no imaginaba López Aguilar, es que 30 años después de su incursión en el periódico La Provincia, tendría el privilegio de dibujar en pleno frente de batalla, desde el Congreso de los Diputados, y no como periodista, sino desde el otro bando, el de los políticos. Aguilar no pudo dejar de lado tan codiciado regalo: “Mis compañeros sabían que en muchos Consejos de Ministros me pasaba la mañana dibujando, para mí la caricatura es una forma de implicarme con las cosas, y les aseguro que no perdía hilo de lo que pasaba, lo que sucede es que yo lo retenía a través de lápiz y papel”.

Sus años en la oposición y en el Gobierno, son las viñetas que se pueden encontrar en “De Aznar a ZP”, bien lo saben sus compañeros. José Bono, Leire Pajín, Pedro Zerolo, Tomás Gómez, Carmen Alborch y hasta el tan ‘sonriente’ Celestino Corbacho (a pesar de las cientos de bromas que dijeron en la presentación, el ministro de Trabajo no hizo ni un mero intento de sonrisa) no quisieron perderse la presentación del libro, a la que también asistieron algunos caricaturistas conocidos como Máximo.

RESACA DEL DEBATE

A pesar de lo ameno del encuentro, la resaca del debate de la pasada noche era inevitable. El candidato socialista, sonreía menos de lo habitual y sólo le brillaban los ojos cuando explicaba a los periodistas lo que significa el mundo de las viñetas, una profesión que nunca ha abandonado.

Peridis, el presentador del acto, hizo constantes alusiones a Mayor Oreja: “Cuando dijo que si eras caricaturista, tenías que haberle dicho que sí, que el debate era para hablar de tú libro”, bromeaba el viñetista de El País, y Juan Fernando, sonreía tímidamente para responder: “Habló de mis caricaturas o de si tocaba o no la guitarra para humillarme, pero eso es otra de las cosas que nos diferencia, para mí no es un insulto y no quise entrar en ese juego”. Pocas más alusiones a su rival quiso hacer el candidato socialista. Pero sí dejó clara una forma de pensar: “Mis ambiciones no están en la política, están en muchas cosas pero no en la política, y les invito a desconfiar de aquellos cuyas ambiciones sólo aspiren a la política. Cuando entré en este trabajo y años después me ofrecieron ser ministro, fui muy feliz, pero no he luchado toda mi vida para ello, vivo las cosas de otras forma”. Toda una declaración de intenciones de un hombre que después de cientos de actos que ha tenido en este último mes, se le ve un tanto cansado, aunque él lo niegue.

En medio de la complicada campaña electoral, esta presentación, tan electoral como otras, tomó un color más emotivo, más sentimental. El candidato socialista habló de su descubrimiento de la caricatura en los años 70, del trabajo de Benito Pérez Galdós como dibujante, y repitió varias veces como le regañaban los curas cuando le pillaban con su lápiz y sus ojos curiosos.

Al terminar el acto, los periodistas se acercaron a preguntar por el debate, el candidato fue discreto, no habló mucho, pero de repente el dibujante Máximo se le acercó, y Juan Fernando, cambió la cara, le abrazó emocionado: “Las personas a las que más he admirado nunca han estado en política, más bien han sido personas como ésta, los dibujantes”. Como anécdota, al salir del Círculo de Bellas Artes, Leire Pajín le decía a una amiga: “El libro es buenísimo, pero mi caricatura es la que menos se parece a mí”, el candidato socialista tendrá que seguir practicando.

López Aguilar: "Mis ambiciones no están en la política"