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NUEVATRIBUNA.ES - 20.11.2009

Durante años han sido Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón quienes han protagonizado un enfrentamiento con altibajos: episodios cruentos seguidos de reconciliaciones en público y salpicados de pullas, una veces inocentes y otras no tanto. La cosa empeoró desde que estalló el caso del espionaje supuestamente dirigido por el consejero de Interior y número dos de Aguirre en el partido de Marid, Francisco Granados, contra sus compañeros del Ayuntamiento de la capital. Entre los 'espiados' saltó el nombre del vicealcalde Manuel Cobo, un detalle que con los meses la presidenta regional y su equipo han acabado pagando.

La guerra por el control de Caja Madrid y la intención de Aguirre de colocar al frente de la entidad a otro hombre de su confianza, el vicepresidente Ignacio González, supuso un salto cualitativo en las tensiones entre la Puerta del Sol y el Palacio de Correos. La entrevista que Cobo concedió a El País arremetiendo contra el Gobierno regional hizo saltar por los aires esa estrategia. La presidenta perdió el pulso por la presidencia de la caja y todo indica que tampoco está dispuesta a dejar que a Gallardón le salga gratis la jugada. De momento, está coqueteando con la reforma de la Ley del Suelo, aunque después de una primera intentona para reducir drásticamente las competencias de los ayuntamientos ha decidido enmendarse a si misma y ha optado por la prudencia. El tiempo dirá si las modificaciones que proyecta reabren la caja de los truenos.

Por ahora, el puñetazo en la mesa de Mariano Rajoy, harto de peleas y de escándalos que ponen en entredicho la credibilidad del partido y la suya propia como líder, ha obligado al alcalde y a la presidenta a replegarse, aunque sólo sea para pertrecharse y volver a la carga el día menos pensado. Entretanto, son sus segundos quienes se dedican a atizar el fuego de la discordia.

Y en este segundo escalón, los aguirristas son los más activos. El vicepresidente del Gobierno regional, Ignacio González, ha protagonizado este viernes otra andanada contra Manuel Cobo, de quien ha dicho que si "se hubiera producido de manera inmediata" la actuación del Comité de Derechos y Garantías --que ha suspendido temporalmente de militancia al vicealcalde por sus declaraciones en el diario 'El País'-- habría ayudado a que la situación "se hubiera controlado desde el primer momento" y "se habrían ahorrado muchos disgustos". González, en declaraciones a la COPE, ha vuelto a reclamar a Cobo una rectificación, algo a lo que sin duda no está dispuesto el número dos de Gallardón después de no haberla formulado en el Comité de Dirección en el que se analizó la entrevista.

Las declaraciones del vicepresidente se producen tan sólo unos días después de otras, considerablemente más duras, del consejero de Sanidad, Juan José Güemes, que no sólo arremetió contra Cobo sino también contra una supuesta conspiración liderada por El País para adelantar a Gallardón en los puestos de salida hacia el liderazgo del PP. Güemes dijo en esRadio: "La semana que Cobo puso un coche-bomba en la puerta de la calle Génova, El País publicaba ese mismo domingo una encuesta sobre el liderazgo en el PP", dejando de manifiesto que la intención del diario de Prisa era "decir: ¿lo ves? ¿lo ves? El PP ha perdido liderazgo y Gallardón es el líder perfecto". En opinión del consejero, la intención del diario era desestabilizar a los populares madrileños, para lo que le hubiera gustado que se formase una gestora en el PP de Madrid pero, añadió, "funciona extraordinariamente bien, y no aquí no ha ocurrido nada de lo que ha dicho el diario El País, sino que ha habido un señor que se ha dedicado a insultar, y punto".

La táctica de los aguirristas pasa por sembrar dudas en torno a la autoría de las polémicas declaraciones para involucrar al alcalde y desacreditarle ante la cúpula. Güemes no quiso señalarle directamente con el dedo pero aludió a que "efectivamente parece que hay varias entrevistas dentro de la entrevista, en las que se ha profundizado poco".

Por si quedaba alguna duda sobre quién es para ellos el enemigo, Ignacio González ha criticado que el alcalde pueda estar anteponiendo a sus responsabilidades como alcalde sus ambiciones políticas. "Cada uno puede tener sus ambiciones políticas pero en este momento lo que hay que anteponer son sus responsabilidades de Gobierno y Esperanza Aguirre está a eso", ha señalado para añadir inmediatamente: "Gallardón debe estar también a sus responsabilidades de gestión pero lo que sí le he oído y lo he leído en muchos sitios es que, claramente, quiere ser presidente del Gobierno y no lo critico pero se lo hemos oído a él y no a otros".

Resulta evidente que las expectativas de Gallardón, mucho mejor 'colocado' que Aguirre para dar el salto a la política nacional, molestan y mucho en los despachos de la Puerta del Sol. Quizá por eso González ha hecho esta reflexión: "Sería impensable y absurdo que alguien se disparase a los pies y pensase que aquellas personas que están liderando el partido en Madrid y que gozan del respaldo mayoritario de militantes, simpatizantes y ciudadanos no estén al frente de las candidaturas" de cara a las elecciones autonómicas y locales de 2011, en clara referencia a Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón. Aunque esta tesis frustre de paso las ambiciones de la 'lideresa'.

Los 'aguirristas' no perdonan que el alcalde Ruiz Gallardón les gane la partida