viernes. 29.03.2024

El comunicado oficial del Alcalde de Leganés, tras la rueda de prensa de las dos representantes sindicales del Ayuntamiento, constituye todo un ejemplo de lo que no debería hacerse nunca y en ningún caso, pero aún menos en los tiempos que corren.

La primera postura y opinión oficial del Alcalde consiste en manifestar que el Comité Unitario de Trabajadores no le merece ningún respeto, para, a continuación, ponerse a acusar a la representante de CCOO de obtener su puesto de trabajo en una oposición amañada. Es, por lo tanto, una estafadora y, para más inri, ha obtenido, nada menos, que una plaza de por vida.

En cuanto a la representante de UGT, no sale mejor parada, recibiendo acusaciones que la vinculan con hechos delictivos y mafiosos.

Que el máximo responsable de un Ayuntamiento importante como el de Leganés, tenga a sus empleados públicos en tan mala consideración, es tanto como que el capitán de un avión no se fíe y hable mal de su propia tripulación. Mal despegamos. Nada bueno consigue este alcalde intentando dividir a los servidores públicos de los ciudadanos a los que sirven. Un alcalde que aprobó unas oposiciones para ordenanza y luego, por promoción interna ascendió a bibliotecario.

A continuación el Alcalde Jesús Gómez Ruiz, intenta dividir a los trabajadores poniendo de manifiesto que lo que persiguen los representantes elegidos por el 85 por ciento de los votos de los trabajadores es conservar y aumentar sus privilegios en detrimento de sus propios compañeros.

Quiero recordar que al actual alcalde no le votaron en un porcentaje tan alto de ciudadanos. A él lo eligieron las urnas y a las compañeras también. El es legal y legítimo. Ellas también lo son, al mismo nivel democrático. Al poner en duda la representatividad, y legitimidad, de los representantes de los trabajadores, pone en duda y cuestión su propia legitimidad.

Por último el Alcalde saca pecho, se envalentona y declara solemnemente que no tolerará huelgas políticas, en campaña electoral, ni coacciones y presiones de estas dos mujeres sindicalistas. El problema es que las huelgas políticas no existen. Las huelgas son legales o no lo son Eso no lo decide un alcalde sino un juez. En cuanto a la coacción y presión que siente el alcalde ante dos mujeres sindicalistas en rueda de prensa y que no piensa tolerar, debería hacérselo ver, por un psicólogo, por supuesto.

La conclusión del Alcalde es lógica: Mientras “estas dos señoras” sindicalistas no pidan disculpas y expliquen cómo consiguieron su plaza no serán reconocidas como interlocutoras válidas.

Eso sí, en actitud magnánima, apela a la responsabilidad de las centrales sindicales mayoritarias y a sus superiores en CCOO y UGT para ofrecer colaboración y lealtad en la negociación del próximo convenio colectivo.

Parece incomprensible que, en un momento de crisis galopante, cuando parece evidente que hay que salvar el empleo y consolidar la calidad de los servicios públicos, un Alcalde del PP, se convierta en abanderado del despido de sus trabajadores, intente separar a los trabajadores municipales de la ciudadanía y dividir a los trabajadores municipales.

A él lo han elegido una mayoría de ciudadanos, a ellas una inmensa mayoría de trabajadores. Nosotros no le vetamos, pero él tampoco tiene derecho a vetarlas. Por eso estudiamos si ese veto y esas declaraciones son constitutivas de un delito. Menos insultos y más voluntad negociadora le sentarían bien, muy bien, al seños Jesús Gómez Ruiz, hoy por hoy alcalde-presidente del Excelentísimo ayuntamiento de Leganés. Pero eso está en su mano, no en las nuestras.

Parece ser que tras el encierro mantenido por los trabajadores en una sede municipal, el Gobierno Municipal se ha sentado a negociar sin vetos. Esperemos que sea buena señal.

Leganés: el alcalde que no amaba a las mujeres