sábado. 20.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 2.4.2009

La noticia de que el consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, comió el lunes pasado con el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Javier Vieira, justo un día antes de que el TSJM se hiciera cargo de la investigación de los aforados madrileños imputados en el caso Gürtel, nos trae a la memoria acontecimientos muy similares. La famosa cacería compartida por el juez Baltasar Garzón y el entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, sin ir más lejos.

Pero el PP, que instigó su propia "cacería" contra Bermejo hasta que éste dejó su cargo, no cree que exista ni un remoto parecido. El secretario general del Grupo Popular en el Congreso, José Luis Ayllón, no lo ve o no quiere verlo. En primer lugar, defiende que hay que creer la palabra del juez cuando dice que en la comida no se habló de nada "oculto", olvidando que el propio Vieira sí ha admitido que uno de los temas de conversación fue el caso Gürtel. Y, por cierto, en el “caso cacería” Bermejo negó que hubiera existido alguna connivencia con el magistrado de la Audiencia Nacional para destapar la trama de corrupción y ningún "popular" quiso dar crédito a sus palabras.

En segundo lugar, Ayllón asegura que la comida tiene cierta lógica porque la Consejería de Presidencia y Justicia comparte temas con el Tribunal Superior. "Hasta donde yo conozco", ha dicho, "el consejero sí tiene responsabilidad con cuestiones que tienen que ver con la Justicia de la Comunidad de Madrid y por tanto entiendo que esa reunión pueda tener cierta justificación". Una vez asumido (porque lo ha dicho Vieira, no porque nos lo hayamos inventado) que el caso Gürtel estaba en el menú, ¿significa eso que el TSJM recibe instrucciones sobre los asuntos que le corresponde investigar y en su caso juzgar? A este paso, va a resultar que en Madrid se quiebra el principio de separación de poderes consagrado en la Constitución y vigente en todo el territorio del Estado. La verdad es que no se entienden las declaraciones del portavoz adjunto.

Tampoco el secretario general del PSM parece entender esa peculiar “responsabilidad” del consejero. Tomás Gómez ha afirmado que a Francisco Granados "sólo le quedan dos opciones: dimitir o dimitir". Y lo ha explicado diciendo que "desde luego, por coherencia y porque él reclamó de forma vehemente la dimisión de Bermejo en su momento, lo que tiene que hacer, si le queda un mínimo de moral, es dimitir hoy mejor que mañana".

Gómez ha recordado también que la comida Granados-Vieira “es un hecho más” que se suma a su condición de “jefe de la trama de espionaje”. Y todo ello, según Gómez, “se acumula a las sospechas sobre su patrimonio".

La crónica del día: comida y/o cacería, otra vez dos distintas varas de...