sábado. 20.04.2024
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Gómez Bermúdez, que hoy es juez en enlace en París, ha relatado que los atentados del pasado viernes en París, que causaron 129 muertos, los ha vivido como "un segundo 11M"

El ex juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez, que presidió el juicio del 11M, admite que la disuasión penal no basta para frenar la amenaza de los terroristas suicidas, sino que hacen falta "más armas", y ha recalcado que entre quienes se radicalizan hasta el punto de matar "hay un gran porcentaje de sociópatas".

En declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, ha explicado que la radicalización es un fenómeno muy complejo en el que "se mezclan un gran porcentaje de sociópatas con personas fanatizadas por motivos erróneamente religiosos, con algún tipo de marginación".

A su modo de ver, para combatir el yihadismo a largo plazo es necesaria la educación, pero a corto plazo hay que apostar por la inteligencia, la actividad policial y los tribunales. Es más, ha explicado que como en estos casos transcurre muy poco tiempo entre que el atentado se idea y se comete sólo se pueden evitar los atentados son un "control exhaustivo de elementos potencialmente peligrosos y su detención en cuanto hay el más mínimo síntoma de que puede atentar".

Este enfoque, ha dicho, tiene la ventaja es que se evitan atentados -como en España, "afortunadamente", desde 2004- pero el inconveniente de que se genera "frustración en la sociedad porque se detiene mucho pero se condena poco" y también que los tribunales "tienen que estar altamente especializados y la prueba que le llega es débil, escasa e indirecta". Así, cree que España es un ejemplo de que se puede conseguir el "tan manido binomio seguridad-libertad".

Gómez Bermúdez, que hoy es juez en enlace en París, ha relatado que los atentados del pasado viernes en París, que causaron 129 muertos, los ha vivido como "un segundo 11M".

A su modo de ver, la ejecución de un atentado como el del viernes "no requiere una gran capacidad organizativa", salvo porque se usaron armas de guerra --algo que empieza a verse "sistemáticamente"-- que hay que comprar, introducir en el país y ocultar, cosa que sí requiere cierta organización. No obstante, también ha señalado como factor diferencial que parece que en este caso DAESH dio instrucciones de cometer el atentado, aunque ha matizado que eso tiene que determinarlo aún los investigadores.

EL "ERROR" DE DAESH, HACERSE VISIBLE EN UN TERRITORIO

El juez ha subrayado que contra DAESH se puede actuar en dos escenarios, en el interior de los Estados "con el Derecho Penal, la cabeza fría, la ley y las garantías procesales" y también en su territorio, porque DAESH ha cometido el "gran error" de hacerse visible en un autoproclamado 'Califato'. "El terrorismo por definición era invisible y estaba oculto", ha recordado.

Por otro lado, ha opinado que es "perfectamente normal" que uno de los terroristas fuese un retornado porque "la seguridad absoluta no existe" y que por mucho que se controle no hay "medios para controlar a todo el mundo todo lo bien que se debiera". En la misma línea, ha relatado que uno de ellos estuvo controlado en 2010, pero cinco años después "en una democracia el ser humano tiene derecho a reinsertarse" y no se puede "vigilar toda la vida a todo aquel que haya cometido alguna tropelía".

El juez Bermúdez dice que la disuasión penal no basta para los suicidas