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NUEVATRIBUNA.ES 22.10.2009

Ignacio González no tiene el aval ni de Génova ni de La Moncloa para presidir Caja Madrid. En las últimas horas los posicionamientos han sido claros después de que Esperanza Aguirre lanzara a su número dos como principal candidato a sustituir a Miguel Blesa. Fuentes del PP nacional aseguran que Mariano Rajoy se mantiene firme en la idea de que hay que despolitizar las cajas y situar al frente a profesionales, dos condiciones que no casan con el perfil del vicepresidente del Ejecutivo regional. En Génova no descartan alcanzar un acuerdo con Esperanza Aguirre después que ésta negara cualquier posibilidad de negociar con la dirección nacional de su partido, y hay cierta confianza en pensar que la presidenta de la Comunidad de Madrid termine por ceder a favor de otro candidato que aúne más consenso.

Ese otro candidato es Luis de Guindos y cuenta con el respaldo del Gobierno central. De hecho, la propia vicepresidenta económica, Elena Salgado, propuso a Aguirre el ex secretario de Estado de Economía en un encuentro que mantuvieron antes del verano para hablar de financiación autonómica. Aunque La Moncloa y el mismo presidente José Luis Rodríguez Zapatero han evitado valorar públicamente el posible nombramiento de González, fuentes del Ejecutivo central advierten del peligro de situar a una persona salpicada por la trama de corrupción Gürtel. Según la parte del sumario publicada, el vicepresidente madrileño autorizó en el año 2004 el pago de facturas a empresas de Francisco Correa, en concreto a Easy Concept. A ello se unen los dos viajes realizados el pasado año: en marzo a Johannesburgo (Suráfrica); y a Colombia en el mes de agosto. En el primero, González que pagó en metálico (8.000 euros) el billete de avión, estuvo acompañado por el empresario Enrique Sánchez, quien dos años atrás había conseguido un contrato con el Canal de Isabel II por valor de 33 millones de euros. La oposición pidió explicaciones al vicepresidente después de conocerse también unas imágenes del mismo en Cartagena de Indias, lo que se convirtió en el primer capítulo del espionaje político que luego derivó en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid.

En Génova no sólo se tiene en cuenta esto sino también el enfrentamiento que González mantuvo con Rajoy por su liderazgo en el Congreso de Valencia que le valió quedarse fuera del Comité Ejecutivo Nacional. El vicepresidente tampoco cuenta con el apoyo del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, con el que se ha enfrentado en más de una ocasión, la última más sonada cuando le pidió que rectificara después de que éste acusara al Gobierno de la Comunidad de haber creado una “unidad parapolicial”.

En todo este culebrón, el PSM de Tomás Gómez intenta jugar su papel para terminar de cerrar el acuerdo de palabra alcanzado con Aguirre para la renovación de los órganos de dirección de la Caja, un acuerdo en el que los socialistas madrileños se comprometieron no vetar a priori a ningún candidato, tampoco a González. Fuentes de este partido asisten con cierto enojo a los últimos titulares aparecidos en la prensa sobre su supuesto apoyo al vicepresidente y niegan que hayan pactado su nombramiento. El papel jugado en este sentido por Aguirre empieza a vislumbrarse como un camelo de la presidenta para ganarse un aliado que haga fuerza con ella frente a las direcciones nacionales de ambos partidos.

La aparente neutralidad del PSM que viene derivando la polémica en la lucha interna en el PP queda también en cuestión después de que Salgado dijera este jueves que aunque el Ejecutivo “ni veta ni sugiere” a los aspirantes, la persona elegida debe tener “experiencia en el sector financiero”, un perfil que no casa con el del vicepresidente González.

Otro de los candidatos en liza es Rodrigo Rato. El ex vicepresidente económico del Gobierno podría contar con el respaldo de Génova y hasta de la propia Aguirre, pero “él no quiere”, señalan dirigentes del PP que creen que el ex gerente del Fondo Monetario Internacional tiene ganas de volver a la política. El que fuera candidato a suceder a José María Aznar no es tampoco del gusto de La Moncloa para la que Rato-González, González-Rato, “es lo mismo”, dicen.

De cualquier forma el asunto está muy abierto mientras se mantiene el pulso entre Aguirre y Rajoy. Por su parte, Gallardón ha decidido remitirse a lo que diga la dirección nacional del PP pero no parece tener intención de retirar el recurso -por el cual una jueza ha suspendido cautelarmente el proceso electoral en la entidad financiera- tal y como pretende Aguirre. La presidenta está dispuesta a ceder –según algunas fuentes consultadas- y dar representación al Ayuntamiento en el Consejo de Administración con dos cargos, en una nueva operación para captar adhesiones. El regidor madrileño mantiene que Caja Madrid es un asunto de trascendencia nacional, no solo de interés territorial y que por ello debe tratarse desde la dirección nacional de su partido. En ello ha vuelto a chocar con Aguirre que este jueves defendió lo contrario.

Ignacio González, el candidato que no gusta ni a Génova ni a La Moncloa