viernes. 29.03.2024
tic-tac2
Foto: Prudencio Morales.

Uno tiene la sensación de estar ante una contienda de meras ambiciones y luchas propias de ese Juego de Tronos y otras teleseries que representan un modelo de actuación para los llamados nuevos actores de la opereta político bufa

Pertenezco a esa generación de incompetentes tecnológicos que hasta antes de ayer no sabía ni lo que era un viral. Una pena a mi edad. También tiene uno tendencias retrospectivas a la hora de analizar la historia contemporánea y, aun confiando en el futuro,  no puedo evitar observar los errores de tiempos pasados con mas condescendencia que le concedo al presente o al futuro de otros terceros. El caso es que pertenezco a una grey que se formó en política en medio de y preocupados por múltiples problemas internacionales e ideológicos  del siglo XX:  La guerra de Vietnam; el mayo 68 parisiense; Los tanques soviéticos invadiendo Praga; La dictadura Chilena de otro 11-S de 1973 que auspiciado por USA produjo más muertos y dolor que el más reciente Neoyorkino; la revolución cultural china; la guerra de los seis días y el recrudecimiento del conflicto en oriente medio con sus consecuencias actuales en Israel y Palestina; las terribles dictaduras latinoamericanas; las frustraciones ideológicas generadas por las contrarrevolucionarias dictaduras de partido único del llamado socialismo real y tantos  otros procesos que tenían al mundo mundial, y también a ese pequeño microcosmos que formábamos  los militantes de izquierda españoles ,  con el alma en un vilo.

Pero esas cosas nos afectaban tanto en nuestro ánimo internacionalista y globalizador que ocupaba mucho de nuestro tiempo en debates y verborreas diversas. Sin duda las divisiones de la izquierda de aquellas épocas tan lejanas se correspondían con ellas. Los había pro-soviéticos de varias gamas y obediencias; los eternos trotskistas siempre “avant la lettre” de la revolución internacional; los maoístas pro chinos de diversas tendencias y contumaces estalinistas;  y, cómo no,  los comunistas o socialistas de varios grupos genéticos de los del agrupémonos todos de la Internacional Socialista.  Todo ello configuraba el ecosistema de militancia y vertebración política de la izquierda desde finales de los sesenta hasta finales de los setenta en la España de esa época. Esas mesnadas constituían el núcleo fundamental de la lucha activa por la recuperación de la democracia en nuestro país. Todas esas tribus bárbaras al asalto del paraíso social luchaban por lo suyo y por  lo de un mundo que, entendían en su ¿error?, que era lo mismo. Y cuando en sus cavernas clandestinas hablaban de eso y debatían de valores universales que les permitían luchar por la democracia en España... Hablaban de política

Claro que coexistían esos debates con la ambición humana. Y el que más y el que menos era capaz de ascender con ahínco en la escala jerárquica de las organizaciones políticas ilegales incluso con el raro privilegio de ser el que más bofetadas podría llevarse; y hablar de los coscorrones del “régimen” de aquellas épocas es un eufemismo irónico para no entrar en detalles dramáticos. El caso es que las luchas internas de poder existían sin duda, pero en general (con desastrosas excepciones que las hubo) estaban vinculadas a debates ideológicos o desacuerdos extremos en relación a la táctica política o a la estrategia necesaria para conseguir los objetivos máximos según las épocas de ese periodo. Y eso se vivía dentro de las tribus políticamente organizadas y fuera ellas de forma intensa y descalificatoria. Uno podía pasar de ser un excelente y ejemplar camarada o compañero a un repugnante pequeño burgués (peor insulto no cabía en aquellos metalenguajes de la izquierda) y/o ser expulsado sin contemplaciones del paraíso terrenal del comité u organización correspondiente, sin la menor duda. Pero raro, muy raro, fue el caso (excepto por ser infiltrado de los cuerpos de seguridad del estado) que ese proceso no se debiese a un debate político o ideológico de trascendencia incluso mundial. El que a veces su desenlace no fuese justo y las más despiadado no quita grandeza a los contendientes del mismo. Porque se hablaba solo desde una perspectiva política e ideológica.  Al menos en su mayor inmensidad.

Hago esta reflexión sin ensoñaciones de un pasado irretornable. Cada época tiene sus miserias y aquella las tuvo y muchas. Pero cada etapa también tiene virtudes y una, esencial, que hubo creo que está ausente en los debates que percibo en la actualidad desde la ventaja que da el estar amortizado. Me refiero a este horrible proceso que está viviendo,  una vez más, la izquierda española –pero en esta ocasión vinculada a un nominalismo cesarista y personalizado apabullante- y que si nada lo remedia le llevará a no poder asumir las responsabilidades de cambio en el gobierno del estado que la situación parece exigir en sustitución de la derecha en el poder. Un proceso en que ese nominalismo suicida (Pedro, Tomás, Susana, Tania, Alberto, tan jóvenes...tan viejos) pueden provocar la desaparición de los elementos dialecticos del debate político y la reflexión necesaria para lograr ese objetivo natural de la acción política. Porque hoy por hoy uno tiene la sensación de estar ante una contienda de meras ambiciones y luchas propias de ese Juego de Tronos, House of cards y otras teleseries que no en vano representan un modelo de actuación para los llamados nuevos actores de la opereta político bufa que estamos contemplado no sin estupefacción.

En este mismo digital se reflejan casi cada día las cuitas de los enfrentamientos entre la ex-candidata de IU Tania Sanchez y su antigua formación política ¿si era tan perversa y corrupta su actuación institucional como no fue denunciada ante los tribunales por los que ahora la lapidan? En sensu contrario. Si los dirigentes históricos de IU eran una agrupación mafiosa para delinquir y enriquecerse ¿Cómo pudo un espíritu tan puro, temperamental y “temerario” como el de Tania aguantar desde la infancia una situación de esas características sin acudir al estamento judicial correspondiente? Y todo esto, propio de guerras de clanes irrespirables aplicable a todo grupo social o profesional sean diputados, médicos,  taxistas, bomberos o toreros en sus conflictos gremiales ¿Qué tiene que ver con la política? Poco o nada.

El tema de la semana es sin embargo la crisis del PSOE en la Comunidad de Madrid y, por los elementos que operan, también en el conjunto del Estado Español. Resulta que se toma una medida por el Sr. Pedro Sanchez con cerrajero incluido, despidos de personal, conflicto mediático nacional con unas elecciones andaluzas a un mes vista ¿Por qué el candidato Gomez no cumplía las expectativas de voto necesarias para él PSOE? Después de la encuesta del CIS y hoy por hoy ¿las cumple algún dirigente en ese partido? Especialmente, con respecto a ese personaje de dibujos animados que está, según dice enfáticamente, para que “las ordenes se cumplan y se hagan cumplir” ¿Cual cree el Sr. Luena que es su aportación a mejorar la imagen de su partido y de su jefe político?. Y en ese enorme mejunje de confusiones y despropósitos tan “valorados” por la encuesta de El País que han posicionado por ello al PSOE como primera fuerza en intención de voto en Madrid ¿Dónde está la política? Ese supuesto arte de lo posible. Esa herramienta de organización social en manos de los representantes del pueblo… ¿Qué debate ideológico, de programa o político sustancia tales decisiones? ¿Qué ganan o pierden los madrileños con este vaudeville? Ninguno y nada.

Y a todo esto ¿Donde conectamos todos estos proceso que configuran la imagen de la izquierda para el combate electoral que se avecina? Las respuestas no son un PIM PAM ocurrente. Ni un TIC TAC amenazante. Las propuestas políticas ganadoras  son factores que unen credibilidad, valores y convicciones para crear un estado de confianza en las personas que pueden resolver los problemas que ya todos conocemos; sobre los que, por cierto, no hacen falta que nos den la lata explicándonoslos cada día, como si fuésemos memos y no sufriésemos cotidianamente los que algunos solo cacarean. Eso se llama simplemente liderazgo. Liderazgo político y social. Al electorado no se le pueden situar ante disyuntivas entre el miedo a la libertad y la resignación de lo moderación posibilista porque ese es el camino libre para el voto conservador. Que por cierto es tan ciudadano, popular y representativo como el voto que obtengan los demás.  Alguien se preguntará si hay que explicar lo que es liderazgo con la cantidad de lo que se ha escrito sobre ello. Pues fíjense por los hechos que al día de hoy ni IU, ni PSOE, ni siquiera el PP, parecen enterarse bien con la cantidad de experto en sociología electoral por metro cuadrado que tienen en nómina. Tal vez sea porque solo hablan de poder y de lo que deben volver a hablar es de ideología y de valores reconocibles. Termino parafraseando a un presidente norteamericano, que espero nadie lo tome como insulto: ¡Hablad de política, estúpidos!

Hablad de política, estúpidos