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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 26.2.2009

Esta ha sido la rotunda afirmación del líder del PP cuando se le preguntaba por los motivos que han llevado a su partido a emprender una auténtica campaña de desprestigio contra el juez de la Audiencia Nacional que investiga el caso Gürtel: "Garzón es socialista". Mariano Rajoy ha esgrimido esta circunstancia como prueba irrefutable de que el magistrado debe abstenerse de seguir instruyendo el caso puesto que sus inclinaciones políticas determinan su enemistad manifiesta hacia los "populares" y colocan bajo sospecha las motivaciones de la investigación.

Cierto es que el breve paso de Garzón por la política tuvo lugar en las filas del PSOE. Pero lo que Rajoy parece haber olvidado es que, una vez concluida la aventura, el juez se empleó a fondo contra ese partido y sus principales dirigentes de entonces, Felipe González incluido, cuando le tocó investigar el caso GAL.

De todas formas, no importa porque para recordárselo están algunos socialistas que entonces ocupaban cargos importantes en la política o en la empresa pública y que han tardado minutos en salir a la palestra para recuperar aquellas páginas de nuestra historia más reciente.

GARZÓN NO ES DE LOS NUESTROS

Así, por ejemplo, el ex diputado socialista Luis Solana considera "un disparate" que el PP acuse al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón de actuar "de acuerdo con los socialistas" en la "operación Gürtel" porque el magistrado es "la persona que más daño ha hecho al PSOE" durante la democracia. Así lo afirma en un comentario publicado en su "blog" con el título "Garzón no es de los nuestros". "Que no se engañen los populares de hoy, Garzón no es de los nuestros. O no es de los míos", afirma el ex presidente de Telefónica y ex director de RTVE, que fue diputado por el PSOE entre 1979 y 1983.

A su juicio, el PP se equivoca si cree que las "intervenciones judiciales" de Garzón "han sido positivas para el socialismo español" y si recusa al magistrado por el hecho de que fuera secretario de Estado en un Gobierno de Felipe González. De hecho, para Solana en aquel momento "empezaron los problemas para una generación de socialistas que habían empezado a cambiar España".

"Que quede muy claro que yo (y muchos socialistas como yo) maldecimos la hora en que Garzón y González se conocieron en una finca de Quintos de Mora. Para lo que valga, que quede muy claro que yo (y muchos socialistas como yo) maldecimos la hora en que se nombró secretario de Estado del gobierno González al señor Garzón", dice el ex diputado. Añade que el magistrado "quiso ser ministro en ese gobierno y no lo fue" y que fue en ese momento cuando "todos los errores de los GAL se convirtieron en delitos". "¡Qué curioso!", ironiza.

QUE LA HISTORIA LE RECUSE

"Puestos a recusar", Solana espera que "la Historia recuse al juez Garzón en su persecución implacable de los responsables de Interior del gobierno González" debido "al origen dudoso de sus razones judiciales" para perseguirlos. "¿Quería hacer Justicia o recordar a alguien que no le había hecho ministro? La Historia dirá".

Igual o más duro todavía es el ex diputado socialista Joaquín Leguina, a quien ni siquiera gusta la instrucción que Garzón lleva a cabo en la actualidad y que denuncia "los abusos" que, a su juicio, está cometiendo el juez en la supuesta trama de corrupción que salpica al PP. En un artículo de su "blog", titulado "El cristal con que se mira" , recuerda que quienes ahora protestan, en referencia velada al partido de Mariano Rajoy, son los mismos que "le aplaudían" cuando el magistrado investigaba el "caso GAL" tras abandonar el Gobierno de Felipe González. "Los que ahora protestan son los mismos que antaño aplaudieron con entusiasmo cuando este justiciero metía en la cárcel a los imputados del PSOE hasta que éstos colaboraban con la Justicia, es decir, hasta que cantaban la melodía que al juez le gustaba oír, hasta que denunciaban a sus jefes", señala.

El que fuera presidente de la Comunidad de Madrid considera "un abuso" que Garzón, tras ordenar las primeras detenciones el pasado 6 de febrero por este caso, cogiera su escopeta "para cazar cervatillos" dejando a los arrestados "ablandándose en el calabozo" hasta dos días después. "¿Es un abuso? -se plantea-. Lo es, pero es algo más, pues el Tribunal Constitucional estableció hace ya bastante tiempo que la prisión provisional no puede tener fines punitivos ni puede servir para impulsar la instrucción sumarial".

EL INCENDIO DEL ESCÁNDALO

También critica que el citado magistrado, que ha sido objeto de una querella por prevaricación presentada por el PP, se haya saltado el secreto sumarial, algo que a su juicio no es nuevo porque también ocurría cuando Garzón investigaba a cargos socialistas, aunque el medio de comunicación destino de las "filtraciones" fuera distinto.

Según Leguina, un secreto en el Juzgado de Garzón "es siempre un secreto a voces". "Allí, en aquel Juzgado de la Audiencia Nacional, existe una manguera mediante la cual se envía gasolina para mantener vivo el incendio del escándalo", sostiene. "¿Eso es un delito? -reflexiona Leguina-. Sí, es un delito, pero que nadie, ni la Fiscalía, ni el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) parece dispuesto a perseguir. Porque Garzón, sobre todo cuando anda de montería a la caza de políticos, tiene bula".

Garzón, el juez socialista a quien repudian los más viejos del PSOE