martes. 19.03.2024
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Arturo Maira, en la entrada del Museo Naval de Madrid. (Fotos: Nuevatribuna)

Decir que “el franquismo sigue siendo la ideología dominante en los Ejércitos” no significa que todos los militares españoles sean franquistas, puntualiza Arturo Maira Rodríguez en esta entrevista.

Este Capitán de Navío de la Armada en situación de retiro es uno de los firmantes del Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas que un grupo de militares y guardias civiles impulsaron tras salir a la luz el manifiesto de desagravio a Franco firmado, entre otros, por algunos generales que han pasado a engrosar las candidaturas de Vox al Congreso de los Diputados.  Algo que no le sorprende, ya que algunos de ellos “han sido promocionados a altos cargos en democracia”, afirma.

Además de portavoz de este colectivo, Arturo Maira, natural de Ferrol, ha encabezado la petición para eliminar del Arsenal de Ferrol el callejero franquista en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. A día de hoy, aún no ha recibido contestación ni de las autoridades de la Armada ni del Ministerio de Defensa. “Los gobernantes españoles siempre le han tenido miedo a las Fuerzas Armadas”, asegura sin tapujos.


Nuevatribuna.es | Usted ha sido uno de los impulsores del ‘Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas’. ¿En qué medida pervive el franquismo en el Ejército después de 40 años de democracia?

En el Ejército no se puede hablar mal del franquismo

Arturo Maira | Después de 40 años de democracia, en los Ejércitos no se puede hablar mal del franquismo. No sé hace. No estaría dentro de la “ideología” dominante. Hay una presión ideológica en sentido contrario. Ni siquiera los antifranquistas declarados lo hemos hecho. Hemos hablado de derechos humanos, de democracia, de tener las mismas leyes y los mismos derechos que los otros ciudadanos europeos etc. No hemos hablado de que el régimen de Franco comenzó con un asesinato en serie, planificado y preparado con tiempo, donde la muerte del que se opusiese o no colaborase era obligada, especialmente la de los militares republicanos. Es decir, creo que el franquismo sigue siendo la ideología dominante en los Ejércitos. Eso no quiere decir que no coexista con otras formas de pensar, pero estas todavía están a la contra.

Hace pocos años algunos militares, casi todos retirados y por tanto no sometidos a las leyes y códigos militares, nos propusimos contribuir a la democratización de los Ejércitos, y publicábamos artículos en los periódicos. Estoy seguro de que la opinión pública, y desde luego nuestros compañeros en cuarteles y buques nos tachaban de exagerados, de no reconocer la realidad de unos Ejércitos ejemplares, que habían asumido la democracia.

El verano pasado y los meses posteriores, los ciudadanos nos encontramos con una realidad muy dura: más de setecientos militares retirados y en la reserva, prácticamente la totalidad de alta o muy alta graduación, firmaron una declaración de desagravio y loa al General Franco. Es decir, se declararon franquistas. El país comenzó a preguntarse, muy preocupado, ¿qué pasa dentro de las Fuerzas Armadas?

Esa preocupación de la opinión pública que apunta puede derivarse también del hecho de que Vox haya fichado a varios militares retirados para las elecciones generales, algunos de los cuales han firmado ese manifiesto. ¿Cómo valora el hecho de que militares abiertamente franquistas puedan llegar a ocupar un escaño en el Congreso?

El fichaje de Vox de militares franquistas me recuerda tiempos tenebrosos

Lo valoro como un desastre. Me recuerda tiempos tenebrosos. He nacido en el año 1945. He visto muchas cosas, y no puedo olvidar a las Cortes franquistas llenas de militares de alta graduación y de obispos. Recuerdo a alguno de estos con sus capas rojas o moradas moviéndose “graciosamente” por las escaleras del Salón de Plenos.

Como dirían en mi tierra: militares franquistas "ainos" (*). Lo tremendo es que estos militares han sido promocionados a altos cargos en democracia. El sistema democrático ha sido incapaz de filtrarlos. ¿Porqué? ¿Por qué la Casa Real, por ejemplo, no fue capaz de impedir que la sirva un general que hoy es presidente de la Fundación Francisco Franco? ¿Por qué un general franquista se convierte en Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra? ¿No se entera nadie? No es creíble tanta ineptitud. ¿Quién gana con ello?

Todo esto puede empañar la imagen de un Ejército del siglo XXI que se precie de ser moderno y democrático.

Sí, la va a empañar. La está empañando ya. Lo tremendo de esto es que hay militares, muchos, que son magníficos profesionales; ellos probablemente sentirán vergüenza. Yo les pediría que transformen la vergüenza en acción. Deben proteger la democracia y el respeto a la soberanía del pueblo dentro de los cuarteles y buques. Es su obligación como ciudadanos y militares de un país democrático.

Por otra parte, creo que tenemos la ocasión después de tantos años, de encarar la verdad de nuestros Ejércitos y transformarlos. Eso es algo positivo, les hemos visto con claridad la cara fea. No hay engaño posible.    

La ley de Memoria Histórica recoge la retirada de todos los símbolos de exaltación franquista pero no hace referencia expresa a la apología del franquismo. A diferencia de países como Alemania e Italia, España no cuenta con legislación al respecto. ¿Ve necesarias reformas legales? ¿En qué aspectos?

Veo absolutamente necesaria una ley antifranquista que prohíba y castigue cuando sea preciso la exaltación del franquismo en cualquier espacio público

Veo absolutamente necesarias, entre otras, las siguientes reformas legales. Primero, debe elaborarse una ley antifranquista. Esta ley debería prohibir, y castigar cuando fuere preciso, la exaltación del franquismo en cualquier espacio público. Debería atender especialmente a la obligación que tienen los funcionarios públicos de defender activamente la Constitución y las Leyes. Los militares por doble motivo; son funcionarios del Estado y son depositarios de la fuerza.

En segundo lugar, debe suprimirse el artículo 8.1 de la Constitución que dice que “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional". En este artículo se le asignan a las FFAA misiones constitucionales enormemente importantes, propias del Estado. Se las constituye así de alguna manera en un poder del Estado. Esto se matiza en el artículo 97 cuando se dice que las FFAA forman parte de la Administración del Estado y están dirigidas por el Gobierno. Pero el mal ya está hecho. Con relativa frecuencia generales en activo se refieren a ese artículo 97 amenazando soterradamente con una actuación autónoma de fuerza en defensa de la Constitución o de la unidad de España.

Y en tercer lugar, debe suprimirse la Justicia Militar en tiempos de paz. La Justicia Militar aplicada por militares de la Escala de Oficiales, y de alta graduación es injusta e innecesaria en tiempos de paz. Potencia un concepto de disciplina unívoca, solo de arriba hacia abajo. En unos Ejércitos con un notable componente franquista, que ha sido promocionado a los mandos más altos, es una situación peligrosa que refuerza unas FFAA con deficiencia democrática.

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Arturo Maira, ante el Monumento al soldado desconocido en Madrid

Uno de los firmantes del manifiesto antifranquista, el cabo Marco Antonio Santos, podría ser sancionado. Usted escribió recientemente un artículo publicado en Nuevatribuna donde sale en defensa de este militar. Cuéntenos cómo ve este caso. Exactamente, ¿de qué se le acusa?

El cabo Marco Antonio Santos ejecutó un acto necesario de valentía personal

Al cabo Santos se le acusa de faltas graves relacionadas con la firma del “Manifiesto, respuesta colectiva y personal, en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas”. La sola firma constituye, dice el Instructor del Procedimiento Disciplinario, una falta grave en relación con el artículo 7. 1 de la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de las FFAA.

Indica la instrucción en referencia a la parte colectiva del Manifiesto que “…existen expresiones que pudieran ser contrarias a la Constitución, la Corona y demás órganos, instituciones o poderes del Estado o atentar a la reputación de los superiores perdiendo la mesura necesaria y el respeto debido también a las Fuerzas Armada, así como autoridades y mandos”.

Cualquier lector del Manifiesto puede comprobar que su texto es plenamente respetuoso con la Constitución e instituciones y poderes del Estado y no atenta a la reputación y el respeto debido a las Fuerzas Armadas. Atenta, eso sí, contra la mala reputación que le dan la presencia de tantos franquistas en su seno.

El cabo Marco Antonio Santos ejecutó un acto necesario de valentía personal; la firma de un Manifiesto de militares antifranquistas, que se opone a la exaltación del General Franco, golpista, desleal con sus juramentos, máximo responsable de decenas de millares de asesinatos de personas inocentes de cualquier delito, y que mantuvo una dictadura extremadamente cruel e injusta durante cuarenta años. Eso es un acto de defensa pública del estado democrático. Los militares no solo tienen el derecho a hacerlo; tienen la obligación como ciudadanos y como funcionarios del Estado.

Eso es lo esencial, lo accesorio puede ser una exclamación ¡Salud y República! al final de su aportación escrita al Manifiesto. El cabo Santos estaba muy cansado de oír el grito franquista de ¡Arriba España! al romper filas en sus cuarteles. Las personas no somos de piedra.

¿Cree que se le están vulnerando derechos fundamentales?

El castigo que se le pueda infringir al Cabo Santos viola su libertad de expresión

Creo que el castigo que se le pueda infringir al Cabo Santos viola su libertad de expresión. Los derechos fundamentales, el de libre expresión es uno de ellos, afectan a todos los ciudadanos militares o no. Sus limitaciones deben ser puntuales, concretas, muy limitadas y definidas por la ley. No pueden ser genéricas.  El instructor del procedimiento disciplinario no concreta en absoluto cuales son las expresiones o comentarios sujetos a tal o cual limitación. Esto es inadmisible.

El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos en sentencia de 20 de mayo de 2003 dijo que “a tenor de dicha doctrina, sólo cabe limitar el derecho de expresión de los militares cuando exista una "necesidad social imperiosa", lo que ocurrirá allí donde pueda tener lugar una amenaza real para la disciplina y la cohesión interna de las Fuerzas Armadas”.

¿Puede alguien creerse que la firma del Manifiesto por el cabo Marcos ha creado una “necesidad social imperiosa”, teniendo lugar una amenaza real para la disciplina y la cohesión interna de las Fuerzas Armadas?

El ministerio de Defensa anunció que abriría un expediente a los militares en la reserva que firmaron el manifiesto de desagravio a Franco. Pero, de momento no ha habido ninguna información al respecto. Contrasta con la celeridad con la que se está actuando contra el cabo Santos, ¿no cree?

Los gobernantes españoles siempre le han tenido miedo a las Fuerzas Armadas

Desde luego. ¿Cómo se explica esto? Para mi hay dos motivos. El cabo Santos es de la Escala de Tropa y Marinería. Es decir, es de la Escala de menor rango dentro de los Ejércitos. Ya he dicho anteriormente que la disciplina en los Ejércitos se entiende erróneamente como un flujo de imposición legal con la dirección única arriba-abajo. Esto es falso porque desune y desmiembra. La disciplina debe tener también la dirección opuesta, que conlleva necesariamente el respeto de todos por las leyes y reglamentos. Dicho de forma llana y concreta, un mando declaradamente franquista no merece el respeto de sus subordinados. Aquí se produce este hecho.

La segunda razón es que los gobernantes españoles siempre le han tenido miedo a las Fuerzas Armadas. Este miedo los paraliza, y los torna injustos. Para construir unas Fuerzas Armadas profundamente democráticas hay que desprenderse del miedo.

¿Pero cree que también ellos serán sancionados?

No lo sé, pero quiero apuntar una reflexión. No son casos simétricos. En uno de ellos un militar en activo se encara con los exmilitares franquistas, antiguos mandos suyos, y les echa en cara su falta de valores democráticos, su falta de respeto a la Constitución, su falta de respeto a sus antiguos subordinados, su mentira continuada, su desprecio a la ciudadanía. Todo lo que hace es lícito. Muestra su valor, y sus valores. Les da un ejemplo desde su escasa jerarquía militar. No merece un castigo, merece un premio.

En el otro, unos exmilitares y militares en la reserva, todo ellos de alta o muy alta graduación se declaran, cuando pasan a la reserva o al retiro, franquistas. ¿Por qué no tuvieron la decencia de hacerlo antes? ¿Por qué engañaron a sus subordinados que les debían respeto? ¿Por qué lo hacen cuando no tienen nada o muy poco que perder? No sé si merecen castigo, sé que merecen el desprecio de los ciudadanos.

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Arturo Maira con el dossier de la petición de retirada del callejero franquista en el Arsenal de Ferrol.

Usted también ha impulsado una petición para que se retire el callejero franquista del Arsenal del Ferrol y se honre la memoria de otros militares que lucharon en defensa de la República y contra el golpe de Estado del ’36. ¿Tiene alguna noticia? ¿Ha recibido respuesta?

No he recibido respuesta de las autoridades de la Armada a las que dirigí mi petición. La verdad es que no lo esperaba. Para responder hace falta convicciones fuertemente democráticas, respeto profundo a la soberanía del pueblo que consagra la Constitución, y no tener miedo a reconocer los errores del pasado. Es decir, valor democrático. Desgraciadamente la Armada parece no haber llegado todavía a esa fase. La Ministra de Defensa no me ha respondido tampoco. Es una pena, parecen faltarle decisión o principios. El alcalde de Ferrol, aunque parece haber sentido afinidad por nuestra propuesta no me ha contestado tampoco. No descarto que lo haga. A lo mejor lo animo un poco.

Pero, en definitiva, ¿quién es el que debe tomar esta decisión y ejecutarla?

La decisión debe tomarla la misma autoridad militar que mandó colocar los rótulos franquistas. En su defecto, lo debe hacer la Sra. Ministra sin dilación alguna. Se está vulnerando la Ley de la Memoria Histórica en un centro dependiente del Estado. Eso es público y notorio. Los ciudadanos esperan inquietos.

¿Cómo ha sido recibida la propuesta entre los vecinos de Ferrol?

Es curioso que muchísima gente en Ferrol ni siquiera sabía que existían estos nombres y calles en su Arsenal 

Las cuatro peticiones que formulamos en nuestro Dosier han tenido un eco muy notable en la prensa gallega. Me refiero a eliminar los nombres franquistas de las calles del Arsenal de Ferrol; sustituirlos por nombres de marinos que murieron o fueron duramente reprimidos en Ferrol, muchos de ellos fusilados en el propio Arsenal, por defender a la legal y legítima II República Española; hacer un monumento en la Punta del Martillo del Arsenal con el nombre y condición de todos los fusilados allí; y hacer un acto de desagravio a los vecinos de la comarca de Ferrol, de puertas abiertas, en el Arsenal Militar, para inaugurar las nuevas placas de las calles, y el monumento indicado.

La propuesta ha despertado interés en la ciudad. Casi nadie del mundo civil sabía de los nombres actuales de las calles del Arsenal, colocados al parecer en respuesta a los cambios democráticos al callejero de la ciudad de Ferrol de 1981, 1982. El Alcalde ha comentado que someterá, el respondernos o no, a su grupo municipal. Los ciudadanos piden información sobre las personas propuestas para denominar las calles. Circula por la Armada una copia del dossier con el sello de entrada del registro del Arsenal.

Pero, ¿les ha llegado alguna reacción concreta?

Algunos de los compañeros del Manifiesto, naturales de Ferrol y residentes allí me cuentan que hay gente que habiendo trabajado en el Arsenal de Ferrol no entendían que los nombres de sus calles estuvieran plagados (todavía lo están) de personajes que habían cometido hechos atroces. Aseguran que los vecinos de Ferrol han recibido bien la propuesta. Han entendido que es de justicia acabar con este anacronismo. Con esta afrenta a la Historia y a la Humanidad. Y comentan que entre la gente que más o menos sigue al día las noticias políticas en Ferrol, una buena parte como mínimo se ha enterado de la propuesta. Es curioso que muchísima gente ni siquiera sabía que existían estos nombres y calles en su Arsenal. 

¿Han podido documentar algún caso más como el de Ferrol en el ámbito del Ejército donde no se haya aplicado aún la Ley de Memoria Histórica?

Le contesto de una forma muy simple, estamos en ese proceso. Necesitamos tiempo.

¿No nos puede adelantar nada?

No, nosotros nos educamos en la milicia. La sorpresa es un factor de éxito. Lo aprovecharemos.


(*) 'ainos': forma popular en gallego de decir “los hay”. 

"El franquismo sigue siendo la ideología dominante en el Ejército"