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NUEVATRIBUNA.ES 08.07.2009

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, calificó de “inaudito” la “imposición de una especie de manto de silencio” que está manteniendo el PP con el caso de Francisco Camps y su pretensión de "minimizar" algo "tan serio" como es el presunto cohecho. ”Primero optaron por desautorizar a la justicia” -dijo en alusión al acoso y derribo que sufrió el magistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, instructor del ‘caso Gürtel’- y luego utilizaron “la técnica del ventilador” o la “tinta de calamar” para "tratar de emborronarlo todo".

En una entrevista en la Cadena SER, De la Vega consideró que aunque no es ella la que tiene que hacer valoraciones al respecto, “las declaraciones de Camps y Barberá han sido cuando menos irresponsables”. Se refirió así a lo dicho por el presidente de la Comunidad valenciana durante un acto público y también a las palabras de Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, comparando los trajes de Camps con las anchoas que el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, obsequia a José Luis Rodríguez Zapatero.

NI UN TRAJE NI MEDIO TRAJE

"Querer minimizar un hecho tan serio no parece razonable", subrayó De la Vega, quien afirmó que no es una cuestión de "cuantía" ni de "tres o cuatro trajes". "Estamos hablando de servidores públicos. Ni un traje ni medio traje. La ética y la estética no se mide en términos cuantitativos, no son cuantificables", indicó.

Tras reconocer que no ha hablado con Camps desde hace "mucho tiempo", De la Vega recalcó que la alcaldesa "traspasó los límites de la corrección al atacar incluso las relaciones entre las Administraciones en un acto de deslealtad institucional". A su juicio, no es "en absoluto razonable. A veces nos quejamos de que los ciudadanos tengan una mala opinión de los políticos. No todo vale ni todos somos iguales", concluyó.

HAY MARGEN DE TIEMPO PARA EL DIÁLOGO SOCIAL

La número dos del Ejecutivo confía que “en los próximos días se reduzcan las distancias” entre los agentes sociales para cerrar un acuerdo en la mesa de diálogo social. “Los tiempos todavía no están agotados” y el Gobierno “hará todo cuanto esté en sus manos” para que la negociación se cierre antes de las vacaciones de verano.

De la Vega reiteró lo ya dicho por otros miembros del Ejecutivo como el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, o la vicepresidenta económica, Elena Salgado, subrayando las “líneas rojas” que no se pueden cruzar como es el abaratamiento del despido y la rebaja en cinco puntos de las cotizaciones sociales, dos de las demandas que está haciendo el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.

Episodio de las anchoas: "Barberá ha traspasado los límites de la...